del teatro social, su inteligencia
poco común, y muestra con frecuencia dotes de adulador y de intrigante.
Nunca se le verá de mal talante,
y es tan falaz su artística apariencia, que siendo muy perversa su conciencia, la sonrisa está siempre en su semblante.
Consumado maestro de picardía,
el arte de decir lo que no siente maneja con traidora maestría;
Y según deja ver con aparente
dulcedumbre, ocultando su falsía,
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