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viernes, 5 de julio de 2024

"SATÁN", de Miguel de Unamuno.



Pobre Satán! botado del escaño

del trono del Señor de las mercedes

tú que ablandar con lágrimas no puedes

el temple diamantino de tu daño.



Que no puedes llorar. Satán huraño,

preso del miedo único en las redes,

del miedo á la verdad, á que no cedes

pobre Satán, padre del desengaño!





Juan Carlos I se aupó y se sostuvo gracias a su colaboración con USA y cayó cuando se pusieron de manifiesto sus traiciones.

Así relata el coronel Juan Alberto Perote su paso por Italia para participar en un programa especial de adiestramiento castrense dirigido por la CIA: la red «Gladio: «En febrero de 1969 me incorporé a la Scuola d'Infanteria de Cesano, cerca de Roma, para realizar su famoso curso de «ardimento». La palabra ardito significa atrevido, y en aquel contexto definía al militar dispuesto a todo. Me convertí en el primer militar español admitido en tan selecto club y en el único alumno que no pertenecía a la OTAN. La CIA me consideraba miembro durmiente de la red stay behind (permanecer detrás), una estructura armada y secreta de la Alianza destinada a organizar actos partisanos y a la captación de nuevos adeptos en el caso de que Europa Occidental fuera ocupada por el Pacto de Varsovia. Desde entonces, lucí en mi guerrera el distintivo de aquel curso y, ahora que lo pienso, es una espada de gladiador: un gladio.» 

Esta organización clandestina, íntimamente conectada con la OTAN, tiene en España, a través del SECED, y más tarde del CESID, una significativa actividad, especialmente durante la Transición. La ultraderecha italiana, controlada por sus servicios secretos y la CIA, actúa intensamente durante los años setenta y ochenta en nuestro país. Los crímenes del Batallón Vasco Español y después de los GAL, la matanza de Atocha y el golpe de Estado del 23-F, entre otros acontecimientos, tienen algún tipo de relación con «Gladio».

Las investigaciones del juez italiano Felice Casson sobre el atentado de Peteano de Sagredo, cometido en el norte de Italia el 31 de mayo de 1972, en el que mueren tres carabineros, conducen al descubrimiento de un «ejército duplicado» y clandestino, una especie de OTAN paralela, creado a mediados de los cincuenta, con una estructura controlada por los servicios de inteligencia norteamericanos. «Gladio», el nombre con el que se conoce la rama italiana de esta red secreta, se acaba empleando para denominar a toda la organización.

Pero en Bélgica, originariamente, adopta el nombre de «Red Retaguardia», y en Grecia, el de «Vellón», o «Piel de oveja». Durante la dictadura franquista, en España la red «Gladio» está coordinada desde el SECED.

En diciembre de 1969 explota una bomba en el Banco de Agricultura de piazza Fontana, en Milán, que causa 17 muertos y 90 heridos. La policía detiene a un anarquista, Pinelli, al que se quiere responsabilizar del atentado, y que cae desde un piso de la comisaría durante el tercer día de los interrogatorios. Diez años más tarde son condenados por los hechos dos fascistas y un miembro de los servicios secretos italianos.

En diciembre de 1970 hay un intento de golpe de Estado, encabezado por Valerio Borghese, que se refugia en España tras el fracaso de su plan. Tres años después se descubre un nuevo proyecto fascista de golpe de Estado, y en mayo de 1974 explota una bomba en Brescia, durante una manifestación sindical, que causa 8 muertos y un centenar de heridos. Tres meses más tarde, el 4 de agosto, explota una bomba en el tren Italicus, que causa 12 muertos y 45 heridos. La estrategia de la tensión auspiciada por la CIA continúa y en agosto de 1980 explota una nueva bomba en la sala de espera de segunda clase de la estación ferroviaria de Bolonia, que provoca 85 muertos y centenares de heridos.

En diciembre de 1984, otro artefacto, colocado en el tren 904 Nápoles-Milán, explota cuando el convoy atraviesa el túnel de los Apeninos y provoca 16 muertos y un centenar de heridos. 

El 7 de noviembre de 1988, el escurridizo y turbio político italiano Giulio Andreotti admite ante el pleno del Legislativo italiano que «Gladio» siempre tuvo el apoyo financiero y político de los gobiernos norteamericano, italiano, español, británico y francés. La conmoción provocada por el descubrimiento de la red aumenta tras las declaraciones del entonces ministro de Defensa belga, Guy Coeme, como: «Gladio es una organización secreta, enraizada en los servicios de información militares, que ha actuado coordinadamente en toda Europa».

Las declaraciones de André Moyen, funcionario de los servicios secretos belgas, a los medios de comunicación vienen a confirmar que, a partir de la década de los sesenta: «Los servicios españoles han jugado un papel de faro en el reclutamiento de agentes y en el suministro de información y material para la acción de los servicios paralelos».

En un informe titulado «La CIA conspira en España», de enero de 1984, del que se publican algunos extractos en la prensa española6 , se da a conocerla información descubierta en Atenas por un colectivo del PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico) griego sobre los «Planes opcionales para España» y sobre la Operación Transición. En el informe se señala que la mayoría de las actuaciones de los servicios de información norteamericanos en los países del Mediterráneo están coordinadas desde la estación de la CIA en Italia y una de sus principales bases es la embajada estadounidense de Madrid.

Según el ex coronel italiano Alberto Bolo, durante los años setenta, la red «Gladio» dispone de un campo de entrenamiento militar en Maspalomas, a 70 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria. Bolo, que forma parte de la red controlada por la CIA hasta 1976, declara al programa de TVE Informe Semanal, en noviembre de 1990, que cuando él se dirigía a Maspalomas, hacía escala en Barcelona, donde le recogían militares españoles en un vehículo del Ejército. También afirma que asistían a los cursos de instrucción de la base situada en Canarias alrededor de quinientos individuos, algunos españoles y casi todos los demás europeos. En el programa televisivo explica, además, que los «gladios» no estaban seleccionados por su capacidad física o sus conocimientos militares. Eran personas que sabían varios idiomas y su labor debía ser más informativa que operativa. A raíz de estas declaraciones de Bolo, el secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, declara en Budapest que «Gladio» es un «secreto oficial». Al mismo tiempo, el Gobierno de Bélgica ordena disolver la red y estudiar sus implicaciones en atentados de la extrema derecha cometidos durante la década de los ochenta.

Durante los últimos años de la dictadura y a lo largo de toda la Transición, España se convierte en refugio de ultraderechistas italianos, que aquí disfrutan de protección policial y capacidad operativa para organizar con tranquilidad sus atentados. Cómodamente asentados en Madrid, trabajan para la Policía española y no cesan de cometer acciones criminales en su país de origen. Tras fugarse de su país, los neofascistas italianos llegan primero a Barcelona y después a Madrid. Los primeros que les apoyan son los falangistas Alberto Royuela y Luis Antonio García Rodríguez, y otros miembros de la Guardia de Franco. La colaboración del principal cabecilla del grupo, Stefano della Chiae, con los servicios de información dirigidos por el teniente coronel San Martín y con el comisario general de Información Roberto Conesa queda acreditada por numerosas informaciones judiciales.

Las investigaciones del juez italiano Pier LuigiVigna desvelan el poder de la trama italiana ultra en la España de los años setenta: «Los servicios secretos españoles utilizaron a exponentes radicales y violentos de los grupos italianos en las provocaciones ultras de los primeros años de la Transición. Policías de la entonces Brigada Político-Social de Madrid frecuentaban la pizzería El Appuntamento, donde se reunían los italianos, buscando mercenarios para llevar a cabo provocaciones y atentados ultras».

Mario Pvicci, Pier Luigi Concutelli, Mario Tuti, Elio Massagrande, Cario Cicuttini y muchos otros se convierten en confidentes y colaboradores de los servicios de seguridad españoles. Comienzan a intensificar sus acciones en los tiempos en que Manuel Fraga es ministro de la Gobernación.

Su intervención en la guerra sucia contra ETA es muy importante y la colaboración de algunos de ellos con la Policía española se prolonga hasta mediados de los ochenta, en la época de los atentados de los GAL. Lo mismo que la de antiguos miembros de la OAS, como Jean-Pierre Cherid, que muere el 19 de marzo de 1984, en Biarritz, al explotarle el artefacto que manipula para atentar contra un etarra. La familia del mercenario llega a reclamar una pensión al Ministerio del Interior, y la solicitud se hace por medio de un conocido policía en excedencia: José Antonio González Pacheco, «Billy El Niño».

Otro capítulo especialmente turbio de la Transición española es la matanza de los abogados laboralistas de la calle de Atocha. En esa ocasión, como en tantas otras, se da carpetazo al asunto sin descubrir quién hay detrás de los autores materiales del atentado, con capacidad real para auspiciar tan terrible atentado. También queda sin aclarar cuál es el origen de las armas empleadas y si algún ultra italiano participa en los hechos. Los abogados supervivientes sólo recuerdan haber visto a dos asesinos, los españoles García Julia y Fernández Cerra, y se acredita que en el descansillo les esperaba Fernando Lerdo de Tejada, pero es posible que fuera del despacho hubiera alguien más.

Declaraciones del ultraderechista italiano arrepentido Calore llevan, en 1982, a la detención del militante de Avanguardia Nacionale (el cabecilla era Della Chiae, que estuvo en Montejurra y en numerosos episodios de la Transición), cuyas confesiones arrojan luz sobre la implicación de los italianos en las tramas negras de la Transición española. Uno 8 El domingo 9 de mayo de 1976, grupos ultraderechistas irrumpen en la concentración carlista de Montejurra (Navarra) y asesinan a Aniano Jiménez Santos y Ricardo García Pellejera. Entre los agresores hay fascistas italianos refugiados en España, como Augusto Cauchi o Stefano della Chiae. 53 de los elementos clave es Cario Cicuttini Filiputti, peligroso ultraderechista que continúa viviendo en España y estuvo casado con la hija del general Fontanals Armengol, un militar vinculado durante años a los servicios de información. Las pruebas periciales de balística, realizadas por expertos policiales, no son concluyentes para determinar el origen de los proyectiles utilizados en la matanza de Atocha. Los abogados supervivientes hablan de que Fernández Cerra llevaba un «pistolón», que disparaba con gran rapidez, lo que encaja con la teoría de que el arma utilizada era un subfusil Ingram Marietta que había pertenecido a la Policía española y que formaba parte de un lote que fue desviado por los servicios de información de Carrero hacia la ultraderecha italiana. Con una de las mariettas de esa partida asesinó el ultra Pier Luigi Concutelli al juez italiano Vittorio Occorsio el 10 de julio de 1976. El inspector de policía Juan José Medina sostiene que «las pruebas periciales que practicó la policía científica sobre las armas de Atocha se hizo sólo con las municiones, con las balas obtenidas, nunca con las armas, pero en cierto momento el informe dice que la cadencia de disparo no puede pertenecer a una pistola normal, sino que debía ser un arma ametralladora y de las características de la Ingram Marietta, puesto que la munición era también de 9 milímetros Parabellum». Continúa el inspector Medina: Tuvimos poca colaboración y nos resultó muy difícil hilvanar la investigación, pero los ultras italianos de la época aparecieron en todos los hechos de aquellas mismas características que se produjeron en España. Además, nosotros tuvimos constatación oficial, por un funcionario de policía, de su conexión con lo de Atocha. Pero la verdad es que no lo sabremos con exactitud, al menos yo. Nosotros fuimos apartados de una forma brusca y violenta, no sólo de esa investigación concreta sino también de algunas otras. Casi todas ellas relacionadas con el mismo entorno. De pronto parece ser que en el Ministerio del Interior se despertó una especie de conciencia de no acosar a nadie. Se nos debería haber avisado antes de hasta dónde se querían llevar las investigaciones. Yo ya tenía previsto un viaje a Italia para entrevistarme con el juez Vigna, que llevaba la investigación de la muerte del juez Occorsio. Aquellos eran unos años muy difíciles de la lucha contra ETA y el gobierno socialista trataba de no hacer lo mismo que había hecho el gobierno anterior, pero quizá se veía obligado por el mismo sistema a continuar determinadas acciones y lo que menos le interesaba en ese momento, posiblemente, era destapar una trama más amplia en la cual hubiera implicado algún otro funcionario o alguna otra instancia.

Es el año 1983, con el PSOE ya en el poder y José Barrionuevo y Rafael Vera en el Ministerio del Interior. Bajo las órdenes del subcomisario Mariano Baniandrés, jefe de la entonces llamada Brigada Antigolpe, el inspector Medina sigue la «pista de las mariettas». Ambos son cesados antes de que puedan concluir su investigación, pero llegan a reconstruir el itinerario de las tres mariettas. Eran subfusiles Ingram, modelo M-19, de 9 milímetros Parabellum, pertenecientes al Servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno, entonces dirigido por el coronel Andrés Cassinello Pérez. Las mariettas han sido compradas por la Policía española a la fábrica Military Armament Corporation, de Atlanta (Estados Unidos). El inspector Medina es destituido justo cuando va a viajar a Roma para mostrarle a Concutelli fotos de varios miembros del SECED, con la intención de que el ultraderechista reconozca a la persona que le ha dado el arma. Los jueces Pier Luigi Vigna, de Florencia, y Alberto Macchia, de Roma, dedicados durante años a investigar la subversión fascista italiana y sus conexiones con el extranjero, declararon al diario Il Messaggero que, a partir de las declaraciones de un terrorista italiano arrepentido, que está colaborando con la justicia, han llegado a la conclusión de que un neofascista italiano ha participado en el ametrallamiento al grupo de abogados de la calle de Atocha el 24 de enero de 1977. Y recuerdan que las autoridades españolas nunca han respondido a los magistrados italianos cuando éstos han preguntado «cómo se explica que el jefe militar de Ordine Nuovo, Pier Luigi Concutelli, tuviera en su poder, al ser detenido en Roma, la metralleta Ingram M-10, conocida como marietta, el mismo tipo de arma que sirvió para asesinar a los abogados españoles».

El 10 de octubre de 1991, el Tribunal Civil y Penal de Venecia hace pública la sentencia del procedimiento penal 1/89 contra los jefes de los servicios secretos italianos Fulvio Martini y Paolo Incerilli. En la sentencia del magistrado Felice Casson se señala: «La organización Gladio tuvo su origen en 1956 en un acuerdo entre el servicio secreto militar italiano (SIFAR) y el estadounidense (CIA)». Efectivamente, a partir de ese momento los servicios de inteligencia de ambos países se coordinan para emprender operaciones subversivas a fin de que el proyecto comunista italiano jamás llegue a ganar unas elecciones generales.

La «guerra sucia» y la tensión terrorista, reconocidos ante los medios de comunicación por el entonces presidente de la República italiana, Francesco Cossiga y por la sentencia, que dice más adelante: «No hay duda de que la creación y la actividad de Gladio tuvieron relevancia política y comportaron "cargas financieras" para el Estado italiano, además de "modificaciones", por no decir violaciones de las leyes ordinarias, como aquellas en materia de introducción y transporte de armas y explosivos». Es consciente de todo esto el abogado del Estado que, en fecha 7 de enero de 1991, requiere la opinión del presidente del Consejo de Ministros sobre el complejo clandestino denominado «Stay Behind» (restare indietro, «quedar detrás»). La sentencia concluye que: «El acuerdo del 28 de noviembre de 1956, alcanzado entre los servicios de información italianos y estadounidenses para la creación de la organización clandestina, no es un tratado internacional sino que forma parte de la ejecución y actuación del tratado OTAN aprobado por la ley n.° 465/49».

En el proceso de «estrategia de la tensión» desarrollado en Italia durante varias décadas aparece implicada una larga lista de militares y altos miembros de los servicios secretos. Varios de ellos llegan a ser procesados por actividades terroristas, como los generales De Lorenzo y Miceli.

Una bomba de aire-combustible consiste en un contenedor de un líquido volátil o gas a alta presión que revienta y produce la dispersión del combustible en una nube que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera. Entonces detona la carga que propagará la explosión por toda la nube de combustible. 

Ya usados en la Segunda Guerra Mundial, se habrían desarrollado en la década de 1960 para ser empleados por los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, para destruir la red de túneles del Viet Cong, "despejar" zonas de jungla para el aterrizaje de helicópteros y "limpiar" campos minados. Las bombas aire-combustible ciertamente existen en la literatura publicada en inglés, ya a mediados de la década de 1970.

Pueden provocar daños internos y asfixia en las personas que hayan quedado fuera de la zona de mayor efecto de la explosión; por ejemplo, en galerías o túneles profundos, a consecuencia de la onda explosiva, el calor y la subsiguiente extracción del aire debida al vacío. Algunos de los combustibles empleados, tales como el óxido de etileno y el óxido de propileno, son altamente tóxicos, por lo que son letales aunque falle su ignición.

El 11 de julio de 1978, un camión cisterna sobrecargado de propileno explotó frente al camping de Los Alfaques situado en el municipio de Alcanar, comarca del Montsiá en la provincia de Tarragona desatando una devastadora deflagración cuyo resultado fue de 243 fallecidos y más de 300 heridos graves. La cisterna tenía una capacidad aproximada de 45 metros cúbicos y una capacidad legal máxima de 19,35 toneladas de carga de 8 bar (unas 8 atmósferas). Sin embargo, la cisterna de acero no disponía de ningún sistema de alivio de presión y su capacidad fue sobrepasada con creces.

Una explosión cuyo empuje partió al camión en dos, proyectando sus mitades en direcciones opuestas a lo largo de cientos de metros hizo que una bola de fuego cubriese en un instante la mayor parte del cámping de los Alfaques, afectando a muchos de los veraneantes que estaban allí. Además, las altas temperaturas de más de 2000 °C hicieron que la gran cantidad de bombonas de gas que había en el propio campamento se inflamaran, sumándose al incendio de la explosión. Según los testigos presenciales, la temperatura en la zona fue tan alta que hizo hervir el agua de la orilla del mar hacia donde huían las víctimas.

Fallecieron 158 personas en el acto, incluido el conductor del camión. Los periódicos divulgaron que la tragedia duró aproximadamente 45 minutos, desde la explosión a la llegada de las ambulancias y otras unidades de emergencia. Mientras tanto los veraneantes y una gran cantidad de residentes locales, ya trasladaban los afectados a centros médicos en sus propios coches o autocaravanas. La Guardia Civil y el ejército recorrieron el campamento arrasado buscando supervivientes.

En 1982 se determinó la responsabilidad de las empresas "Cisternas Reunidas" y "Enpetrol", acusadas de imprudencia temeraria y sentenciadas al encarcelamiento por un año de sus directivos. En subsecuente acción civil, se las obligó a pagar compensaciones por un total de 2.200 millones de pesetas.

Puede ocurrir una explosión aire-combustible accidentalmente a consecuencia de una Explosión de Vapor en Expansión por Líquido en Ebullición (BLEVE), como determinaron los Tribunales en aquel caso. Pero pudo ser uno de los "experimentos" que Juan Carlos autorizó en sus pactos con los norteamericanos, lo que explica que España fué pionera de este tipo de armas, junto con USA, de las que resultan las bombas termobáricas, las cuales son tan potentes y la temperatura que desarrollan tan elevada, que han sido prohibidas por la Convención de Ginebra.

En 1981 hubo otro affaire del Borbón, el del 23-F.

No se habla de ello porque el sumario del juicio militar del 23-F nunca ha sido público. No se pueden leer ni los testimonios de los cientos de militares que declararon ni las conclusiones de los fiscales militares. No fue solo un golpe militar de Tejero, Armada, Milans del Bosch, Cortina, etc. "detenidos" por el rey Juan Carlos I, los generales Gabeiras, Quintana Lacaci, etc.

Pero nunca aparecen Villar Mir, Luis María Anson o López Rodó. Empresarios, periodistas y exministros, no militares. Tampoco los intentos golpistas posteriores enterrados por la democracia: como el de Ynestrillas en 1982 o el De Meer en el 85.

Lo organiza la Transición Paralela que es un grupo de empresarios, políticos y militares conservadores que se confabulan a partir de 1977 para deponer a Adolfo Suárez y especialmente para modificar el proceso de democratización.

Se ponen en marcha varios planes para deponer a Suárez: Plan A, Gregorio López Bravo, que fracasa; en 1978-79 que López Bravo fuera elegido vicepresidente y que desde ahí pudiera sustituir a Suárez. Pero el mismo 23-F se elegía a su vicepresidente Calvo Sotelo, y en esa fecha se decide que se revierta en parte el proceso con un Gobierno encabezado por un militar y la figura elegida es Armada.

El sumario secreto contiene la declaración de Milans del Bosch: El teniente general explica que tras una llamada de Armada se pone en contacto con todos las capitanías que salvo la de Canarias le dan el visto bueno. Lo menos conocido es que el teniente general Jaime Milans del Bosch, capitán general de Valencia y el único que sacó esa noche los tanques a la calle, no estaba tan solo; que el jefe del ejército, el teniente general Gabeiras pintaba poco, y que el mayor conspirador de todos, el general de división Alfonso Armada, sí que habría contado con el apoyo de La Zarzuela.

Anson y López Rodó pondrían en marcha la Solución Armada que era el verdadero golpe Así comenzó todo: primero hubo varias intentonas de golpe de Estado, como la operación Galaxia, esa primera conspiración del propio Tejero.

Solo la operación golpe de Timón se puso en marcha con la denominada Solución Armada, que tenía un amigo íntimo, hasta el punto de ser su confidente en La Zarzuela, correligionario, ambos del Opus Dei, que no era otro que López Ródó.

Si se quería parecer a algo en un comienzo era como planteó el periodista Anson en 1979: "Una situacion de excepción que pareciese un golpe de Estado. Igual que De Gaulle lo logró en 1958 en Francia". Es decir, un cambio constitucional con un presidente del Gobierno de concentración y militar que pudiera revertir, por ejemplo, las autonomías que era una de las cuestiones por las que el mismo Milans del Bosch se habría sumado a los conspiradores. Al mismo tiempo se plantea una variante pseudoconstitucional que consistía en llevar a Armada a la presidencia del Gobierno a través de un golpe de Estado.

La primera variante se trunca cuando Suárez dimite, lo que imposibilita una moción de censura. Se forman una serie de contactos para ver si el Rey propone a Armada como presidente del Gobierno, pero también fracasan y es entonces cuando empieza a cristalizar la variante golpista. Un golpe que Armada reconduzca para proponerse a los diputados como presidente del Gobierno.

Vamos, una conspiración de altas esferas en las que La Zarzuela al menos habría tenido conocimiento. Lo que ocurrió es que fue la última variante de la Solución Armada, la golpista, y no otra, la que salió adelante. Es en la que siempre declaró haber participado Jaime Milans del Bosch, el militar de mayor prestigio de todo el ejército en ese momento. El entorno familiar del militar es muy claro con El Confidencial: “Jaime actuaba pensando siempre que el rey estaba detrás y de hecho se decía en las reuniones familiares que habló con él por teléfono esa noche y que tenía las grabaciones. Lo que era absolutamente inverosímil es que actuara nunca a espaldas del rey Juan Carlos porque le apoyaba sin fisuras y el honor era lo más importante para él". Lo mismo ocurre con el del general Armada, aunque este “protegiera al Rey una vez que todo fracasó”.

Armada y Milans pertenecen no solo a lo más alto del estamento militar, sino que además son ricos y de la nobleza. La suegra de Milans por ejemplo es la dueña de La Moraleja, habían sido monárquicos 'donjuanistas', pero esa trama no pinta nada ya en el 23-F. Es decir, estamos ante lo más respetado del ejército. Milans incluso tiene medallas por acción en combate.

Anson es un personaje difuso, muy amigo de Armada, de hecho este último mete a a Anson en la revista 'Reconquista' y a partir de ese momento aprovechan una nueva conspiración en marcha que es la de Tejero que está obsesionado con tomar el Congreso de los Diputados deciden intervenirlo y ahí es donde interviene el famoso comandante Cortina del CESID, que desde 1977 están en contacto con esos miembros de la Transición Paralela.

El coronel Monzón Altolaguirre, uno de los hombres del coronel San Martín en el Seced, y otros del servicio le están enviando informes a Gutiérrez Mellado y le dice que van por mal camino y especialmente desde la legalización del PCE. Es decir, que aprovechan la conspiración de Tejero para llevar a Armada al Gobierno y ahí colabora Milans del Bosch porque este último había hablado previamente con él. La labor de Milans era crucial porque una vez que se tomase el Congreso, si el teniente general sacaba los tanques a la calle, tenía que convencer al resto de que hicieran lo mismo y, una vez que estuvieran en la cúspide, la JUJEM como cabeza del ejército permitiría a Armada que se propusiera como presidente del Gobierno.

El Jefe del ejército de tierra, Gabeiras sabe desde el día 16 de febrero, cuando se reúne en casa de Armada con Mondéjar, lo que pretende Tejero, excepto que haría una cosa que le han dicho que no haga: que sus Guardias Civiles disparen aunque sea al techo. El resto de las capitanías generales no golpistas están plenamente al tanto de la Solución Armada y la apoyan en tanto y cuanto Zarzuela diera su visto bueno que, tal y como declararían Milans y otros, lo hace.

Una vez que los guardias civiles de Tejero disparan, el plan tal y como se había propuesto queda congelado entre las seis de la tarde más o menos y las 11 de la noche. Tras hablar Armada con Zarzuela, se le autoriza a ir al Congreso a proponerse como presidente del Gobierno. Es cuando el Rey y Sabino Fernández Campo hablan con Gabeiras y con Armada, y dan el visto bueno.

Tejero es quien no acepta que Armada hable con los diputados cuando este le enseña la lista con el Gobierno de concentración. En ese momento, Tejero que se da cuenta que le han engañado, porque él pensaba en una junta militar se cierra en banda. Por otra parte la JUJEM con Gabeiras al frente, no van a permitir otra solución que no sea la de Armada y es en ese momento cuando el Rey habla por televisión, a la 01:00 de la madrugada. Quintana Lacaci obedece las órdenes del Rey y aquieta a la acorazada Brunete paralizando todo en Madrid. El golpe fracasa por la obstinación de Tejero, que se rinde la mañana siguiente.

Tres meses más tarde se manifiesta la intoxicación alimentaria más devastadora en la historia europea moderna: el caso del "aceite de colza", que causó más de 1.000 muertos y más de 25.000 heridos graves, muchos de los cuales quedaron permanentemente discapacitados. Fue la primera vez que intereses multinacionales lograron lograr un encubrimiento importante en la ciencia internacional.

Se considera oficialmente que la epidemia comenzó el 1 de mayo de 1981, cuando un niño de ocho años, Jaime Vaquero García, enfermó repentinamente y murió en brazos de su madre camino al hospital infantil La Paz en Madrid. Al enterarse de que sus cinco hermanos y hermanas también estaban enfermos, los médicos los llevaron a todos y pusieron a una de las niñas en cuidados intensivos. Los otros cuatro niños fueron trasladados al Hospital del Rey, la prestigiosa clínica de enfermedades infecciosas de Madrid, donde los médicos comenzaron a tratarlos por una "neumonía atípica".

Cuando el director, el doctor Antonio Muro y Fernández-Cavada, llegó al trabajo a la mañana siguiente, se alarmó cuando le dijeron que estos nuevos pacientes estaban siendo tratados por neumonía. Dio una reprimenda a su personal; Desde el punto de vista médico, era imposible que seis miembros de una familia sufrieran los mismos síntomas de neumonía al mismo tiempo.

La familia Vaquero resultó ser simplemente la primera de muchas. Los afectados parecían ser principalmente mujeres y niños. Los síntomas iniciales eran parecidos a los de la gripe: fiebre y dificultad para respirar, vómitos y náuseas, aunque los pacientes pronto desarrollaron un edema pulmonar (acumulación de líquido en los pulmones), erupciones cutáneas y dolores musculares.

La epidemia fue noticia nacional. Al cabo de unos días, Muro declaró a los medios que creía que se debía a una intoxicación alimentaria y reunió a familiares de los afectados por la misteriosa enfermedad para que averiguaran exactamente qué pudieron haber comido las víctimas y qué es posible que ellos, los miembros de la familia no afectados, no hayan comido. En media hora tuvieron la respuesta: ensaladas.

El 12 de mayo, el doctor Ángel Peralta, jefe del servicio de endocrinología del hospital de La Paz, señaló en un artículo periodístico que los síntomas de la enfermedad se explicaban mejor por "una intoxicación por organofosforados". Al día siguiente, recibió una llamada telefónica del Ministerio de Sanidad, ordenándole que no dijera nada sobre la epidemia y, menos aún, sobre el envenenamiento por organofosforados.

Ese mismo día, Muro invitó a funcionarios del Ministerio de Sanidad al Hospital del Rey. El día 13 de mayo de 1981, dado que había seguido la pista de la enfermedad y había logrado dar con la red de distribución del producto venenoso, notificó a los doctores Munuera y Cañada -subdirector general de programas de Sanidad- dónde exactamente iban a aparecer nuevos casos de afectados al día siguiente, con especificación de poblaciones y de calles. Muro dedujo que los alimentos contaminados se vendían en los mercadillos semanales locales que se instalaban en diferentes ciudades en diferentes días.

Al día siguiente, 14 de mayo, aparecieron efectiva y puntualmente estos nuevos afectados en las poblaciones y en las calles indicadas por el Dr. Muro. Pero en vez de que ello sirviera para que el Ministerio de Sanidad se decidiera por hacerle caso, sirvió para todo lo contrario: al día siguiente, 15 de mayo, un telegrama del Ministerio de repente le informaba que había sido relevado de sus funciones como director del hospital, con efecto inmediato.

Su despido le permitió al menos realizar sus propias investigaciones de los mercadillos y notó la popularidad y el bajo costo de los recipientes de plástico grandes y sin etiqueta con aceite de cocina. Inmediatamente, él y sus compañeros, uno de los cuales era el doctor Vicente Granero More, se dirigieron a las casas de las familias afectadas y retiraron los envases de aceite que habían estado utilizando cuando enfermaron. Los etiquetaron cuidadosamente, enviaron muestras de cada uno al laboratorio principal del gobierno en Majadahonda, en las afueras de Madrid, y esperaron los resultados.

Finalmente el Dr. Juan Tabuenca Oliver, director del Hospital Infantil de Niño Jesús, dijo al gobierno que había encontrado la causa de la epidemia, preguntando a 210 de los niños bajo su cuidado si todos consumieron aceite de colza. Después de algunas vacilaciones iniciales, el gobierno aceptó su teoría. El 10 de junio, se hizo un anuncio oficial en la televisión nocturna, informando al público que la epidemia fue causada por aceite de colza contaminado. Casi de inmediato el pánico disminuyó. Los hospitales siguieron llenos de víctimas, pero los nuevos ingresos disminuyeron drásticamente. La situación parecía, al menos, bajo control.

Sin embargo, Muro y sus colegas observaron el anuncio del gobierno con incredulidad. El día anterior, el 9 de junio, habían obtenido los resultados de las pruebas con sus propias muestras de aceite, precisas. Estos demostraron que, aunque ninguno era el aceite de oliva puro que el vendedor había afirmado que era, casi todos los aceites tenían componentes diferentes. Obviamente, tal variedad de aceites no podría explicar una enfermedad específica.

Para proteger el sector del aceite de oliva, el gobierno español sólo autorizaba importar el aceite de colza, mucho más barato, para uso industrial. Para que no fuese comestible los exportadores añadían anilina y la enfermedad se atribuyó a una intoxicación por este colorante.

Tres semanas después del anuncio televisivo, el Ministerio de Sanidad permitió a las familias entregar su aceite supuestamente contaminado y lo reemplazó por aceite de oliva puro. La mayor parte del aceite que supuestamente causó la epidemia nunca estuvo disponible para análisis científicos posteriores. La reacción instintiva de la mayoría de las familias, al enterarse de que era el culpable de la enfermedad, había sido simplemente tirarlo a la basura.

Sin embargo, en 1983 se convocó una conferencia internacional en Madrid bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de las reservas de muchos científicos presentes, la epidemia se denominó oficialmente síndrome del aceite tóxico.

El proceso contra los comercializadores comenzó en marzo de 1987. En 1989, al final del juicio que duró dos años, los propios jueces subrayaron que la toxina contenida en el aceite era "todavía desconocida". Esta dificultad un tanto fundamental no les impidió imponer largas penas de prisión a los comerciantes de aceite desnaturalizado, que fueron condenados por causar la epidemia.

Después de años de informes mediáticos unilaterales, la noción de la epidemia del "aceite de colza" quedó firmemente arraigada en la conciencia pública. Nadie dudaba de las conclusiones científicas oficiales, sobre todo porque fueron aceptadas por la OMS.

Después de la conferencia de Madrid de 1983, el gobierno español reclutó a algunos de los principales epidemiólogos del país para encabezar una nueva comisión de investigación. Entre los elegidos se encontraban el Dr. Javier Martínez Ruiz y la Dra. María Clavera Ortiz, un equipo formado por marido y mujer de Barcelona. 

Martínez observó el patrón de admisiones a los hospitales y se dio cuenta de que la epidemia había alcanzado su punto máximo a finales de mayo. La curva de incidencia bajó al menos 10 días antes de la emisión del gobierno del 10 de junio y aproximadamente un mes antes de la retirada del aceite. Mientras tanto, su esposa se dio cuenta de que se vendían grandes cantidades de aceite en regiones (especialmente en Cataluña) donde no había habido ni un solo caso de enfermedad.

Y posteriormente se enteraron de que el gobierno ya era plenamente consciente de ello. En el momento de la epidemia, el gobierno había creado un nuevo puesto de secretario de Estado para Asuntos del Consumidor a nivel ministerial. Para este nombramiento fue elegido un abogado y economista en ascenso, Enrique Martínez de Genique.

Genique había elaborado mapas de la distribución del aceite y del patrón de enfermedades, y constató que no había correlación entre ambos y, por tanto, que el aceite no era la causa de la epidemia. Después de presentar sus hallazgos al Ministerio de Salud, fue despedido de su puesto en el gobierno y pronto Martínez y Clavera también fueron despedidos. Como esto no evitó la posibilidad de que la comisión llegara a conclusiones inconvenientes, pronto se cerró por completo.

Las estadísticas de la epidemia coincidían en que los que habían utilizado el aceite, se añadían a la lista oficial; si no, sus nombres eran excluidos. Sin embargo, el Ministerio de Salud había hecho saber que sólo aquellos cuyos nombres aparecieran en la lista oficial calificarían para recibir una compensación del gobierno, por lo que había un claro incentivo para que los afectados dijeran que habían usado el aceite. Acontecimientos como este reforzaron artificialmente la posición del gobierno e hicieron casi imposible producir una evaluación precisa de la epidemia.

El FIS, la agencia gubernamental responsable del síndrome del aceite tóxico, se negó a revelar detalles del trabajo de campo realizado o cualquier información adicional. No hubo un solo caso en el que los antecedentes familiares se correspondieran con lo escrito en los informes epidemiológicos. A veces las diferencias eran leves; a veces los informes no tenían relación con lo que realmente había sucedido. Si bien algunas familias recordaron haber sido entrevistadas por funcionarios en ese momento, otras insistieron en que nunca fueron interrogadas

En los años transcurridos desde el brote de 1981, los aceites sospechosos han sido analizados en laboratorios líderes de todo el mundo. Nunca se ha encontrado ninguna sustancia química o contaminante que pueda explicar los síntomas observados en los afectados. La anilina, a la que se atribuye la epidemia, es venenosa sólo en cantidades mucho mayores que las presentes en el aceite y, en cualquier caso, los síntomas de la intoxicación por anilina son bastante diferentes a los de los afectados. Las pruebas de laboratorio demostraron que el aceite no era perjudicial para los animales.

El Dr. Gaston Vettorazzi era toxicólogo jefe de la OMS en el momento del brote, pero ya se había jubilado. No creía que esto se hubiera producido por una serie de errores administrativos; creía que la verdad había sido ocultada deliberadamente por los funcionarios españoles. Según dijo, la explicación colza de la enfermedad estaba "predeterminada. Ésa era la línea oficial de la llamada ciencia española. No se puede obligar a un investigador a seguir una línea. Si se hace esto, la ciencia está muerta".

La administración española dependía de que se viera que el gobierno era capaz de hacer frente a esta tragedia nacional. Las consecuencias del encubrimiento fueron muertes innecesarias y que miles más, entre ellos niños, tuvieran que soportar toda una vida de dolor y deterioro físico que quizás podrían haberse evitado si hubieran recibido la atención y el tratamiento que necesitaban lo antes posible.

La ocultación de la verdadera causa del Síndrome Tóxico impidió la curación de miles de españoles, mientras otros investigadores han ido siguiendo una pista distinta, que conduce a un combinado nematicida organotiofosforado que envenenó tomates de una determinada partida tratada con el aludido insecticida.

La gravedad del problema se acentúa por la circunstancia de que por lo menos desde finales de julio de 1981 el Gobierno estaba suficientemente bien informado de que no era posible que el aceite fuera el causante de la epidemia. Desde aquel momento cuando el Ministerio de Sanidad queda ampliamente informado de la posibilidad de que determinado insecticida organotiofosforado podría haber desencadenado la nueva enfermedad.

Un médico militar, el teniente coronel Luis Sánchez-Monge Montero, envía al Gobierno, al Dr. Luis Valenciano, a la sazón Director General de la Salud Pública, un informe en el que afirmaba que el origen de la grave enfermedad radicaba en un veneno que bloqueaba la colinesterasa, y en el que explicaba cómo había que curar a los enfermos. Más adelante definiría este veneno como un compuesto organofosforado.

No se trataba de una aventurada teoría: el Dr. Sánchez-Monge ya había curado para entonces particularmente a unos cuantos afectados. Lo cual quiere decir que tal vez no todas, pero decididamente muchas de las 60.000 víctimas podrían estar curadas desde 1982. Pero nadie reacciona en el INSALUD ni en el Ministerio de Sanidad, se acercó al único médico español que había logrado salvar vidas y aliviar a enfermos de la masiva intoxicación.

De lo que se trataba precisamente era de no curar a los enfermos, para evitar así el que se descubriera el verdadero origen del envenenamiento. El cese fulminante de los doctores Muro, Martínez y Clavera, y del secretario de Estado Martínez de Genique, así como la renuncia a acelerar la curación efectiva de los enfermos debía necesariamente de obedecer a muy poderosas razones que nada tienen que ver con la Sanidad. En el Acta de la sesión del 17 de noviembre de 1983 del Pleno de la Subcomisión de Investigación Clínica de la Comisión Unificada de Investigación, integrada en el Plan Nacional para el Síndrome Tóxico dependiente de la Presidencia del Gobierno, puede leerse: 'Hace un año el SAT (síndrome del aceite tóxico) era un tema prioritario para los dos países, pero en el momento actual no lo es para España aunque los americanos siguen muy interesados.'

Como diría en su momento el entonces subsecretario de Sanidad del Ministerio socialista de Ernest Lluch, Dr. Sabando, lo del síndrome tóxico no es un problema del Ministerio de Sanidad, ni de ningún otro Ministerio; es un problema de Guerra, Felipe González, CESID, y luego, por decir algo que lo englobe todo alrededor, digamos KGB-CIA: este es el único problema, y de ahí no lo podemos sacar.

El Dr. Angel Peralta Serrano, jefe del departamento de Endocrinología del Hospital Infantil de la Ciudad Sanitaria de La Paz, de Madrid, en artículo publicado en el diario 'Ya' de fecha 12 de mayo de 1981, afirmaba, refiriéndose al síndrome tóxico, que en su opinión los cuadros clínicos que se habían presentado en aquellos primeros días, mejor se explicaban por una intoxicación por insecticidas organofosforados, que no por una simple infección viral (neumonía atípica). El artículo en cuestión fue replicado al día siguiente por el entonces Secretario de Estado para la Sanidad, Luis Sánchez-Harguindey Pimentel, en carta abierta publicada en el mismo rotativo.

Porque el mismo día 12 en que aparece el artículo del Dr. Peralta hablando por primera vez de organofosforados, una llamada telefónica desde Madrid, del Dr. Gallardo del Centro Nacional de Virología y Ecología Sanitaria, a Atlanta, en el estado norteamericano de Georgia, pide ayuda al Epidemiology Program Office del Center for Disease Control, que envía a Madrid al epidemiólogo William B. Baine.

Tal y como manifestaría más tarde la eurodiputada Dorothee Piermont, investigadores y víctimas implicadas son de la opinión de que datos, historiales clínicos y documentos establecidos con ocasión de la visita del epidemiólogo norteamericano, fueron transferidos íntegramente al CDC estadounidense, no siendo por tanto accesibles ya a los investigadores españoles que consideran falsa la hipótesis del aceite.

La Dra. Renate Kimbrough, del CDC de Atlanta, USA, el 10 de febrero de 1985 a la televisión alemana: 'No hallamos ningún indicio que señalara que el aceite fuera el causante del síndrome tóxico. Además, muchos otros laboratorios en Europa han intentado hallar alguna sustancia tóxica en estos aceites, y tampoco tuvieron éxito alguno.'

De acuerdo con las averiguaciones del Dr. Muro, el desencadenante del envenenamiento fue una partida de tomates, cultivados en Roquetas de Mar (Almería), y previamente tratados con un compuesto organotiofosforado, el fenamiphos (comercializado con el nombre de Nemacur), combinado con isofenphos (comercializado con el nombre de Oftanol). Cabe remarcar que el isofenphos es el producto que habría causado la característica neuropatía retardada acusada por los afectados. Así lo dejaría escrito el Dr. Muro: 'El nematicida fitosistémico Nemacur-10, prohibido en varios países por su alta peligrosidad, e introducido en España por primera vez pocos meses antes de la epidemia del síndrome tóxico, es un organotiofosforado del grupo fenamiphos (4-[metiltio]-m-toliletil-isopropilamidofosfato) que, de no respetarse sus muy dilatados intervalos de seguridad (mínimo de tres meses), se convierte dentro del fruto en un fitometabolito derivado extraordinariamente agresivo -su toxicidad se potencia unas 700 veces- y cuya composición exacta parece ser alto secreto militar. Las partes fundamentales de su molécula y su acción bloqueante irreversible de la acetilcolinesterasa, explica extraordinariamente bien, pese a los desmentidos globales de la OMS, la patogenia y cuadro clínico observados en el síndrome tóxico. Los tomates contaminados son semiselectos de la variedad 'lucy', razón por la cual su consumo no ha afectado a clases o zonas urbanas adineradas.'

Los organofosforados se hallan en la base del moderno armamento químico. La industria química privada multinacional ofrece la única posibilidad de ensayo impune en el supuesto de un acuerdo internacional de suspensión de la experimentación y almacenamiento de armamento químico. Nemacur y Oftanol son productos de la multinacional Bayer. La creación del arma química binaria hace imposible cualquier tipo de control internacional, debido a que su producción puede ser organizada secretamente en cualquier empresa química privada. 

La experimentación con nuevos tipos de agentes químicos en la industria de herbicidas, entre otras, evita las inspecciones en las sociedades privadas o multinacionales y explica por qué se estaba demorando el acuerdo de desarme químico entre los Estados Unidos y la Unión Soviética: ésto lo sabía perfectamente Juan José Rosón, al igual que cabe suponer lo saben perfectamente el teniente general Emilio Alonso Manglano, el coronel Catalá y el general Cassinello, por citar solamente a algunos conocedores del tema.

En la primavera de 1981 fueron envenenados más de 60.000 españoles. Desde entonces y hasta hoy, los gobiernos han centrado sus esfuerzos en impedir que el auténtico criminal salga a la luz pública. Había que borrar por todos los medios las huellas que conducían al foco de la intoxicación. Se llegó así a un oscuro montaje de los distintos sectores del Poder y de los servicios de inteligencia, para evitar que se supiera que aquí se aplicó a seres humanos una nueva combinación química, aplicable en el futuro a una posible guerra química.

Años más tarde, en 1989, se diagnosticó una enfermedad misteriosa similar en Nuevo México. Las víctimas, 29 de las cuales murieron, enfermaron con síntomas similares a los de la neumonía. En total, hubo alrededor de 1.500 casos en todo Estados Unidos. Los síntomas parecían idénticos a los que padecían los afectados en España; sin embargo, nadie en Estados Unidos había tenido acceso a aceite de colza contaminado.


Uno de los hombres de los servicios de inteligencia españoles más vinculados a la CIA y también más implicados en, la lucha contra ETA, en todas sus vertientes, es el teniente general Andrés Cassinello Pérez. Cerebro del llamado «GAL verde», llega a ser procesado por algunas acciones criminales de este grupo parapolicial, como los asesinatos de Ramón «Kattu» Oñaederra, Vicente «Perú» Perurena, Ángel «Stein» Gurmindo y Christian Olazcoaga, y por el asesinato frustrado de Claude Olazcoaga. Su nombre aparece, además, relacionado con escuchas a políticos y con temas tan oscuros como el mencionado Síndrome del Aceite Tóxico.

Sucesivamente ocupa los puestos de director del SECED, subdelegado de la Lucha Contraterrorista en el País Vasco y jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. Cassinello constituye un ejemplo diáfano de oficial español de inteligencia formado en Estados Unidos. Su inicial carrera en los servicios secretos del franquismo arranca en el Centro de Guerra Especial de Fort Bragg, en Carolina del Norte. Esta academia forma parte de la Escuela de Ayuda Militar John E Kennedy y es uno de los lugares clásicos de formación de militares latinoamericanos implicados en golpes de Estado. Según se define en sus estatutos, el centro está dedicado a la enseñanza de la «doctrina de guerra psicológica y no convencional». Cassinello se diploma en los cursos de Counterinsurgency and Specíal Warfare Staff Officery Counterinsurgency Operations. Alumno aplicado, allí toma contacto con oficiales de países de la OTAN y de ejércitos sudamericanos y asiáticos.

Cuando regresa a España, Cassinello publica las enseñanzas recibidas en Estados Unidos. En ocasiones, párrafos enteros calcados de los manuales que le han suministrado. Con todo ello elabora el libro titulado Operaciones de guerrillas y contraguerrillas,10 una obra que no tiene desperdicio, en la que se habla de «los rojos españoles» Y se dedican capítulos íntegros a la «Sintomatología de la subversión comunista». El programa de actuación que propone está dividido en varias fases e incluye las «acciones a desarrollar por los órganos de investigación e información y por el propio gobierno en cada una de las fases». Este recetario de la represión lo publica, en 1966, la empresa editora Compañía Bibliográfica Española S.A., cuyo consejo de administración preside entonces el general de división José Lacalle Larraga.

Andrés Cassinello es una pieza clave en la estructura de los servicios de información españoles a partir de los años setenta. Desde su fundación, en marzo de 1972, se integra en el servicio de información de Luis Carrero Blanco. Antes había formado parte de su organismo precursor, la OCN (Organización Contrasubversiva Nacional). Abandona momentáneamente el SECED por discrepancias con su jefe, el teniente coronel San Martín, y después regresa bajo el mando del comandante Juan Valverde.

Con Adolfo Suárez como presidente del Gobierno llega a ser el último director de este servicio, desde 1976 hasta noviembre de 1977, cuando se reestructuran los servicios de información españoles y se crea el CESID. A lo largo de toda esa etapa, no exenta de altibajos, Cassinello tiene aún la oportunidad de exponer en otro libro las doctrinas norteamericanas sobre contrainsurgencia, "Subversión y reversión en la España actual", que Cassinello firma tras el seudónimo de Carlos I Yuste.

De todos los militares formados en Estados Unidos, Andrés Cassinello resulta, por la importancia de los puestos que llega a ocupar, uno de los alumnos de los que más orgullosos se pueden sentir sus maestros de Fort Bragg, el centro que el ex agente de la CIA Víctor Marchetti define, en su obra La CIA y el culto al espionaje, como el lugar donde se realiza «la enseñanza de técnicas paramilitares a nivel de perfeccionamiento». Antes de llegar a la jefatura del Estado Mayor de la Guardia Civil, Cassinello es el director del servicio de información de este cuerpo policial militarizado.

El propio Cassinello es quien dibuja los bocetos del sello distintivo de los GAL y uno de los principales impulsores de la «guerra sucia» contra ETA en el País Vasco y el sur de Francia. Sin embargo, se acobarda y no está dispuesto a asumir la responsabilidad que le corresponde cuando su fiel subordinado Rodríguez Galindo es condenado por los secuestros, torturas y asesinatos de Lasa y Zabala. 

En 1986 Cassinello es nombrado comandante general de Ceuta. Y culmina su carrera llegando hasta el punto más alto del escalafón: el Gobierno de Felipe González le asciende a teniente general y le nombra capitán general de la Región Pirenaica Occidental, que incluye parte de Castilla y León, Navarra y... el País Vasco.

A raíz de las investigaciones de Baltasar Garzón, cuando era juez de la Audiencia Nacional, sobre una trama de evasión fiscal que afloró en 2002, se descubrieron operaciones de defraudación a Hacienda por parte del empresario hispano-libanés Abdul Rahman El Assir, identificado como principal socio del rey emérito en los negocios de venta de armas con los que fraguó su fortuna.

La amistad entre Juan Carlos I y el comerciante de armas se remonta a la década del 80 del siglo pasado, cuando El Assir se convirtió en el principal intermediario entre las empresas armamentísticas españolas y distintos países en sustitución de Adnan Kashogui, otro multimillonario dedicado al comercio de material militar, que fue cuñado del ahora amigo del rey emérito.

Licenciado en Ciencias Económicas por la American University de Beirut, el comerciante comenzó a trabajar para Kashogui después de casarse con la hermana de éste, en 1976. Cuatro años más tarde, en 1980, el magnate de las armas nombró a su cuñado El Assir director general de la filial de su empresa (Triad International) en España.

Desde ese puesto, El Assir consiguió acceso a parte de la jet set de la época. Fue entonces cuando conoció a Juan Carlos I y cuando empezó a entablar relaciones con Manuel Prado y Colón de Carvajal, administrador privado del rey emérito. Casado en segundas nupcias con María Fernández-Longoria, hija del que fue embajador de España en Egipto, Carlos Fernández-Longoria Pavía, y excuñado de Adrián de la Joya y Ruiz de Velasco, amigo íntimo y padrino económico de Villarejo.

Las crónicas de la época señalan cómo El Assir mantenía excelentes relaciones con el entonces Gobierno socialista de Felipe González, con quien después entabló amistad, y cómo se encargaba de la venta de armamento militar a países como Marruecos o Somalia. Se trata de unas operaciones que se prolongaron después, durante el mandato de José María Aznar, del que también es amigo, y por las que El Assir recibió comisiones millonarias.

Fiscalía considera que este amigo de Juan Carlos I, también conocido como ABBDOUDI KAMEL ABDER RAHMAN EL ASSIR y/o ABDERRAMÁN EL ASSIR, ocultó de manera consciente ganancias de más de 31 millones de euros entre 2002 y 2003. El Assir también está perseguido por la Justicia francesa y en Suiza debe 2,2 millones de euros en impuestos, según cuenta el medio Bergen Zeitung.

Presionado por la causa judicial, El Assir contactó en 2013 con los servicios secretos españoles para asegurarse su silencio sobre los negocios de armas que había compartido con Juan Carlos I. 

Y eso llevó al CNI a recurrir, de forma extraordinaria, al comisario José Manuel Villarejo por su amistad personal con el empresario Adrián de la Joya, quien se había instalado en Suiza. Unas gestiones que, en 2014, un agente secreto que firma "Aquiles" envía a Villarejo con el visto bueno del director del CNI, general Sanz Roldán, para “operar” y añade "no toques a nadie de tu casa", refiriéndose al entonces Director Adjunto Operativo Eugenio Pino, máximo responsable operativo de la Policía Nacional durante el Gobierno de Mariano Rajoy y condenado a un año de cárcel por montar el grupo de agentes que actuó contra los rivales políticos del PP en la etapa de Jorge Fernández Díaz al frente del Ministerio del Interior.

En parte de la documentación aparecen operaciones de comercio de armas en numerosos lugares, pudiendo tomar nota de firmas como THALES, DEFENSE & SECURITY, EINSA, LTD, BUMAR LTD, ALKANTARA IBERIAN EXPORTS, INTERNATIONAL TRIAD LTD, HISDESAT M&E, MASKPOL PROTECTION, TEDAE, TREBOL LTD, PROYTESCA GTD, EVERIS AEROSPACE, SDLE LTD, NIGHTVISION LASER SPAIN CORPORATION LTD, ANORTEC, COBRA, ROSOMAK, INDRA, NAVANTIA y POLKI HOLDING OBRONNY, así como un sinfín más que, utilizando cuentas desde la isla de JERSEY, LIECHTENSTEIN, PANAMA, SUIZA y ANTILLAS HOLANDESAS, para dotar del máximo de opacidad posible a las transferencias que lleva a cabo, desde BBVA PRIVANZA al VP BANK, que intermedia sus fondos en cuentas a nombre de TINRE E. LTD, sociedad de la familia BOTIN, administrada por H. BATLINER, el más importante despacho de VADUZ, para terminar en dos fideicomisos, con cuentas en la misma isla de JERSEY, cuya titularidad la ostentaría un conocido fiduciario de Juan Carlos I, MANUEL PRADO, quien al ser condenado y fallecer después puso a D. Joaquín Romero Maura, de nacionalidad española, y con activos en entidades financieras de Jersey y Guernsey".

O que a uno de los dos trusts constituidos en Jersey entre 1995 y 1997 por el administrador de la fortuna del rey, Manuel Prado, "en 1999 se transfirieron casi 9.000.000 de dólares, también por razones desconocidas, a Tartessos Trust por orden de D. Simeón Sajonia-Coburg-Ghota, uno de los primos del rey emérito que "Juan Carlos adopta y pone a trabajar en la compra-venta de armas de Alkantara".

Del referido despacho BATLINER vinculado al BSCH se ha venido informando desde los 90, ya que es un despacho clave en la creación de estructuras fiduciarias vinculadas a la economía española, usado por MARIO CONDE, ALBERTO ALCOCER, MANUEL y BORJA PRADO, E SARASOLA, así como despachos panameños como GLEZ. RUIZ & ALEMÁN y MOSSACK FONSECA entre otros.

El Centro Nacional de Inteligencia obtuvo los originales de los documentos societarios de sus negocios con el rey Juan Carlos I, y dio por zanjado el acuerdo con El Assir que consistía en rebajar los 14,8 millones de euros de la deuda fiscal que el traficante de armas tenía con la Agencia Tributaria a sólo 4,5 millones a pagar en varios plazos, a cambio de que mantuviera su silencio.

Y para ejecutar ese acuerdo se efectuaron numerosas gestiones judiciales. Sin embargo, el acuerdo con el CNI no llegó a materializarse, por lo que al final Hacienda no perdonó a El Assir gran parte de su deuda y al año siguiente, la causa contra él volvió a reactivarse en el Juzgado Nº52 de Madrid y el traficante de armas amenazó de nuevo con desvelar sus relaciones empresariales con el rey de España.

Pero el intermediario en operaciones de venta de armas en países, como, MARRUECOS, EGIPTO, PAKISTAN, FRANCIA y ESPAÑA entre otros mantiene una muy estrecha amistad y relación personal, tanto con el Rey de ESPAÑA, como con el de MARRUECOS, aunque España ha solicitado su extradición y le pide ocho años de cárcel y 44 millones de euros, entre lo defraudado y la multa.

El excomisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo declaraba al final de su segundo juicio por el caso Tándem que "Yo el único pecado que cometí es enfrentarme a determinados sistemas e ilegalidades y denunciar que parte del dinero de los fondos reservados para pagar secuestros luego se perdían en el camino, y sobre todo que la institución fundamental para la democracia que es la Corona hay que protegerla corrigiendo sus errores, no encubriéndolos, y a partir de ahí todo el mundo se me vino encima".

La última fechoría del viejo Rey sigue sin destaparse por la Prensa que sabe y calla. Él y los socialistas sabían de antemano del 11-M. 

“¡Antes de votar, queremos la verdad!”. Esta exigencia al Ejecutivo se instaló en una opinión pública conmocionada por el brutal atentado. “España se merece un Gobierno que no le mienta”, sentenció el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba cuando miles de personas se concentraban ante las sedes del PP al grito de “asesinos”. En primera fila, el podemita Juan Carlos Monedero.

En las primeras horas fue determinante una información de la Cadena SER que dio cuenta del hallazgo de un terrorista suicida inmolado en los trenes. La revelación azuzó los ánimos contra el Gobierno, pero resultó ser falsa. “Siempre que lo ofrecimos, lo hicimos con una aportación final: ‘Nos hemos puesto en contacto con el Ministerio del Interior, que desmiente absolutamente esta hipótesis”, se justifica Antonio García Ferreras, entonces jefe de Informativos de la emisora.




lunes, 11 de marzo de 2024

" Semblanzas: X y XVIII", de Manuel del Palacio.



Aunque no lo parece fué civil,
Dejó de serlo por favor real,
Y educado en la escuela liberal, 
Como estudió al revés se hizo servil. 

Maneja al par la pluma y el fusil, 
Habla á menudo y con frecuencia mal, 
Y brilla en el Congreso nacional 
Como brilla en un sótano un candil. 

Comióse los dineros de una dama,
Fué partidario ardiente del progreso,
Quemó de sus errores el proceso,
Y hoy moral y católico se llama.

Nada hay que en su concepto no peligre,
Ni fe que no se venda en un barato,
Ni esperanza cristiana que no emigre; 
Dice una desvergüenza al mismo Sol, 

Tiene el orgullo necio de Luzbel, 
Y en arrastrarse imita al caracol: 
Sus mismos partidarios huyen de él, 
Y aunque por lo elegante es un farol, 
Siempre me huele á rancho y á cuartel.

De orador elocuente ganó fama
Porque mueve con arte la sin hueso,
y siempre epigramático y travieso
En tocando á reñir se va á la cama. 

Pero su orgullo ciégale insensato:
Tiene el instinto y el rugir del tigre,
Mas Dios no le hizo tigre, sino gato.


Jorge de Dezcallar, de la aristocracia mallorquina, se licenció en Derecho y se unió a la carrera diplomática. De 1985 a 1993, ejerció como director general de Política Exterior para África y Medio Oriente. Ocupó por vez primera el puesto de embajador en 1997 con destino en Marruecos. En 2001, durante el gobierno de José María Aznar, fue nombrado director del Centro Superior de Información de la Defensa, convertido después en Centro Nacional de Inteligencia, convirtiéndose en el primer civil en dirigir los servicios de inteligencia españoles. En segundo plano siempre, es quien más podría decirnos cuál fue la verdadera trama, o tramas, del 11-M.

En https://guzman1-guzman1.blogspot.com/2021/12/todo-cambio-de-sistema-quema.html expuse los pormenores de la gran matanza de los trenes de Atocha, diseñada con varias finalidades, tantas como intervinientes.

Los medios de comunicación nacionales fueron los primeros involucrarse en la noticia, con muchas disparidades en cuanto al tratamiento informativo entre unos medios y otros.

También tuvieron repercusión las redes sociales, que actuaron como recopiladores de informaciones de los medios de comunicación españoles y extranjeros y que llamaban a la movilización y a responder al atentado con el voto.

Uno de los medios de comunicación más criticado fue la Agencia Efe, cuyos trabajadores solicitaron el cese del Director de Información, Miguel Platón, y del Presidente, Miguel Ángel Gonzalo Sainz, por manipulación y censura, ya que les instaron a que solamente informasen en base a las fuentes de la Moncloa y del Ministerio del Interior.

La gestión informativa de TVE también fue duramente criticada y el director de informativos, Alfredo Urdaci, fue condenado judicialmente por manipulación política. Asimismo, fue de especial impacto la reproducción, en esta cadena la noche antes de las elecciones, de la película Asesinato en febrero que cuenta el asesinato de Fernando Buesa y su escolta por ETA en lugar del filme anunciado.

Asimismo, se han conocido las llamadas desde el Gobierno a los periódicos para insistir en la autoría de ETA.

José María Aznar llamó al periódico EL PAÍS, que distribuyó una edición especial donde la versión del presidente ocupaba toda la portada: Matanza de ETA en Madrid.

RNE se puso en contacto en directo con Antonio Franco, director de El Periódico. Éste expuso su duda sobre la autoría del atentado y poco después Aznar llamó al director para asegurarse que publicaría que ETA era la responsable del atentado.

La prensa de todo el mundo se hizo eco de los acontecimientos acaecidos la mañana del 11 de marzo. La evolución tecnológica que ya era latente en el 2004 contribuyó a la rápida propagación de información alrededor del mundo. Medios digitales e impresos internacionales comenzaron a publicar datos sobre la autoría que distaban de las declaraciones del Gobierno.

El periodista Giles Tremett afirmó: “En los casi diez años que llevaba en España nadie me había llamado de la Moncloa hasta entonces”, de lo que se deduce un notable interés de Aznar en contrarrestar dichas hipótesis.

El ex director del periódico La Opinión asegura que “los medios extranjeros empezaron a hablar de la hipótesis islamista desde el primer día”. De hecho, USA y UK estaban interesados en contar que el 11-M fue obra de Al Qaeda mucho antes que los medios de comunicación españoles para justificar sus guerras en Oriente y para evitar que la hipótesis etarra enturbiase los acuerdos de paz en el Ulster.

Un día antes del 11-M, la OTAN concluía un simulacro de ataque terrorista en toda Europa. ¿Para qué ejecutar un verdadero atentado mientras se lleva a cabo un ejercicio de simulación de ataque terrorista? La idea es que durante el periodo de un simulacro, en el caso de que el ejecutor de un verdadero atentado sea sorprendido, puede utilizar como coartada que sencillamente esta participando en el simulacro, y que no esta poniendo bombas de verdad. ¿Por qué no existe ninguna imagen del comando terrorista grabadas por las cámaras de seguridad? La respuesta es que nadie depositó bombas en los trenes la mañana del 11 de marzo, sino que probablemente se escondieron explosivos militares el día anterior, fuera de las horas de servicio.

Las bases militares norteamericanas en España son “zonas negras” fuera de control de las autoridades españolas e ideales para organizar la logística de una operación como el 11-M, de donde lanzar su ejecución y controlarla. Entre todas las líneas de cercanías de Madrid, la que se golpeó bordea la base militar de Torrejón de Ardoz, utilizada por la OTAN y las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. Se eligió esta linea a pesar de que había otra que hubiera quedado mucho más cerca de Morata de Tajuña, el lugar de donde se supone que salieron los terroristas en la madrugada del 11-M.

Ya que los artificieros destruyeron las 2 bombas colocadas en los andenes, se tuvo que improvisar otra bomba-señuelo, que el jefe de los artificieros aseguró que no podía provenir de los trenes porque su equipo los había registrado cuatro veces sin verla (audiencia del 14 de marzo del 2007). El artificiero que examinó la bomba explicó que no explotó por la “pequeña chapuza de no encintar los cables”, o sea unos cables sueltos, lo cual “no cuadraba” con su confección “muy ingeniosa”.

La única serie de fotos de la bomba muestra una gran cantidad de clavos y tornillos, cuando la médico forense aseguró que no había metralla en ninguna de las víctimas. Pero esas fotos no son las que realizaron el policía científico, ya que declaró que las suyas habían desaparecido (3 de mayo del 2007). En cambio aparecieron unas fotos en la cadena estadounidense ABC News, sin ninguna explicación. Dado la confusión que rodeaba la investigación, esas fotos tuvieron un papel muy relevante, ya que hasta que no se publicó se dudaba incluso de la existencia de tal extraña bolsa-bomba, que condujo a la tienda del principal acusado, el marroquí Jamal Zougam, que muy estúpidamente habría utilizado una tarjeta SIM de su propia tienda.

Un artificiero declaraba en el juicio: « Había una mochila que estaba en el andén contra la pared, apoyada, [...] y nos llamó la atención porque después de los daños que se habían producido tanto en el tren como en los enseres que estaban en el andén, no era lógico que hubiese una mochila sin daños. Y es lo primero que fuimos a revisar. […] todo lo que estaba apilado tenía algo de daño y sin embargo esta mochila frente al vagón número tres estaba intacta, no tenía nada ».

La prensa árabe publicó multitud de informaciones acerca del atentado. No solo condenaron la masacre, sino que también criticó la gestión informativa del gobierno del PP tras la matanza. “Aznar, ¿víctima de las explosiones y del vasallaje a Washington?” fue el titular del diario marroquí Al Aalam.

El periódico El Mundo difundió la participación de ETA en el 11M, acusando al jefe de los Tedax de saltarse los protocolos con fines partidistas y expresó dudas sobre los testimonios que señalaron a presuntos yihadistas como responsables de los atentados.

La madre de Zougam, quien sigue en prisión cuando la prescripción del caso parece inevitable, pide que la Justicia reabra el caso de su hijo. “No fue Jamal Zougam quien se chocó conmigo en los trenes”, afirma sin pestañear el guardia civil Félix J. Alonso Holguín, quien viajaba en el vagón número cinco del tren que estalló en Santa Eugenia, el mismo en el que la testigo protegido C-65 dijo haber visto a Zougam. Un relato que ratificó J-70. “Yo no sé si estuvo o no allí. Pero lo que si sé es que él no fue la persona que se chocó conmigo”, mantiene Holguín, que revive todas las mañanas el día en el que estalló el reloj de su vida tras seis paradas de cercanías.
 
Los últimos encuentros entre etarras y agentes de Al Qaeda tienen lugar en la zona norte de Italia. Toda la información que el servicio secreto italiano recoge dará lugar a que precisamente sea el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien de una forma más decidida y prolongada en el tiempo defienda que miembros de ETA están involucrados de alguna forma en las matanzas del 11-M. Una opinión similar a la que sostuvo el servicio secreto británico durante varios días después de los atentados. En cuanto a los norteamericanos, es decir la CIA y la NSA, Obama no incluye el atentado del 11-M entre los considerados islamistas.

En 2004, dos días después del atentado del 11M y en jornada de reflexión, Rajoy fue entrevistado en El Mundo para decir “Tengo la convicción moral de que ha sido ETA” y “Ahora sería buena una mayoría absoluta”, vulnerando la Ley Electoral por publicar “propaganda electoral” en el día de reflexión ante la inaccción de la Fiscalía por si pudiera haberse cometido delito conforme al artículo 144.1 de la LOREG. La pena podría acarrear desde una multa hasta responsabilidades penales para el director del rotativo, pero Pedro Jota tenía información que, desde el Mundo, podía doler más.

En la denuncia que realizó en la Audiencia Nacional el confidente Abdelkader el Farsaoui, conocido como Cartagena y que tiene consideración de testigo protegido, dijo que la Policía le prohibió "mencionar al juez la relación ETA-islamistas" y que "la operación Nova era un montaje de la Policía"Se denomina Operación Nova a una operación de la policía judicial española en 2004 en la que fueron detenidas 32 personas acusadas de pertenencia a la organización terrorista yihadista Mártires por Marruecos contra los que dictó auto de procesamiento el entonces juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska.

Dos de los principales miembros de la célula terrorista islamista a los que la versión oficial atribuye los atentados del 11-M, Mohamed Afalah y Said Berraj, ambos en paradero desconocido, eran confidentes del CNI y la Policía antes de las explosiones en los trenes. Conocidos como El Chófer y El Mensajero, eran hombres de total confianza de Allekema Lamari y de El Tunecino, ideólogo del grupo islamista.

En esta misma declaración Cartagena reveló que la UCIE le comunicó que Ismail Latrech es confidente del CNI para que tuviese cuidado con él... También me prohibieron hablar de Mohamed Afalah y decir que había asistido a una de las reuniones que organizaban Mohamed Maymouni y El Tunecino antes de los atentados del 11-M.

El confidente Latrech fue detenido en octubre de 2005 por orden del Juzgado Central por la operación Nova, en la que los terroristas querían atentar supuestamente contra la Audiencia Nacional y los jueces Baltasar Garzón y Juan del Olmo. Después, tras hablar Garzón con el CNI, Latrech fue puesto en libertad y recibió la condición de testigo protegido.

Igualmente, Cartagena relata que Afalah asistió a las reuniones de los dirigentes islamistas, pero no dijo que el confidente fuese uno más dentro del grupo de El Tunecino. Por su parte, Berraj tuvo más de una reunión con agentes de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía (UCIE) bastante antes de los atentados del 11-M en una cafetería Vip's de la calle Príncipe de Vergara de Madrid.

Mohamed Afalah, era el escolta y chófer de Allekema Lamari y sabía con exactitud con quién y a dónde viajaba uno de los supuestos jefes del 11-M. Por su parte, Berraj era conocido como El Mensajero porque durante un tiempo fue el hombre de los recados de El Tunecino.

Además, éste llegó a trabajar de guardia jurado para una compañía de seguridad de un ex policía. Berraj huyó de España dos días antes de los atentados y Afalah el 3 de abril, después de la explosión del piso de Leganés. Hay que recordar que Lamari y El Tunecino eran dos de los siete islamistas que la versión oficial del 11-M dice que se suicidaron en un piso de Leganés el 3 de abril de 2004.

Abdelkader el Farsaoui, Cartagena, trabajó durante más de dos años para la UCIE y fue quien reveló a la Policía que El Tunecino, Mohamed Larbi ben Sellam y Mustafá Maymouni (arrestado por el atentado de Casablanca), entre otros, habían montado en Madrid un grupo terrorista dispuesto a atentar en Marruecos y en España. El Farsaoui, imam de la mezquita del barrio madrileño de Villaverde, dirigía los rezos del grupo terrorista.

En la denuncia ante la Audiencia Nacional, El Farsaoui también reflejó que la UCIE le facilitaba "datos sobre otros informadores que trabajaban para ellos, como los que trabajaban para otros servicios". Añade que los agentes le enseñan informes "incluso de los que trabajan para ellos y pienso que de mí también se le pudo hablar a otros confidentes". Según El Mundo, sus fuentes de los servicios de información de la Policía han confirmado que Afalah no era confidente suyo por lo que "sólo queda un servicio de información para el que pudiera trabajar: el CNI".





De la Intervención de Astarloa en la Comisión de Investigación: Una de las pistas que apunta a ETA, y que fue analizada por el compareciente, es la fotografía de un lugar característico de Mieres (aparece una locomotora de un ferrocarril en la antigua estación de "El vasco") –cerca de Avilés– y que fue encontrada en la furgoneta interceptada en Cuenca en la que dos etarras llevaban cientos de kilos de dinamita y que partió con dirección a Madrid el mismo día que la caravana de los islamistas.

Jaime Ignacio del Burgo, representante del PP en la comisión, denunció la ocultación de estos datos por parte del Ministerio de Interior y también señaló que la policía buscó un piso franco de ETA en la citada localidad asturiana. Astarloa explicó que él no tuvo conocimiento oficial de la foto y pidió que se investigue esta posible relación entre etarras e islamistas y "hasta sus últimas consecuencias".

Añadió que aún desconoce quién compró el móvil que no explotó y que no entiende por qué se dejó "una evidencia tan manifiesta" como la furgoneta con la cinta y los detonadores junto a la estación de Alcalá de Henares.

Astarloa también recordó que en las horas y días sucesivos al 11-M "alguien me iba llevando a un sitio al que querían que llegara". Citó entre algunos ejemplos las oportunas llamadas a Telemadrid para denunciar la aparición del vídeo en el que se reivindicaba la autoría de los atentados. El externo de la CIA, Bin Laden reivindicó los atentados en un video emitido el 15 de abril de 2004, y dijo: “Lo que ocurrió el 11 de septiembre y el 11 de marzo es que se os devolvió la propia mercancía”.

Una pregunta de Jaime Ignacio del Burgo en la Comisión:
¿Le informó la Guardia Civil de que varios confidentes policiales, Zouhier, el Nayo y el Lavandero habían denunciado a Antonio Toro y a su cuñado Suárez Trashorras por la venta de explosivos a ETA y a otros grupos organizados?

Y de las conclusiones del PP en la Comisión:
"¿Qué datos permiten descartar por completo la colaboración en los atentados de la organización terrorista ETA, a pesar de los indicios que apuntan a una relación más o menos intensa entre terroristas de ETA y terroristas islámicos?"

Jaime Ignacio del Burgo, en la Comisión del 11-M, dijo el 6 de junio de 2005: “No se ha querido investigar el nexo entre ETA y los grupos islamistas del 11-M y se impone una profunda necesidad de esclarecer estas conexiones por el interés de aclarar si ETA prestó algún tipo de colaboración directa o indirecta en los atentados”.

Cuando a finales de marzo estallaba el escándalo a raíz de la comparecencia en el juicio del ex-director de la policía Agustín Díaz de Mera (que insistió en la pista de ETA y se negaba a identificar sus fuentes que vinculaban la banda etarra con el 11-M), Alberto Ruiz-Gallardón fue el primero en decir lo que pensaba la mayoría de su partido cuando el 12 de abril afirmaba que “si hubiera habido relación entre ETA y el 11-M, estos indicios habrían aparecido. Y yo, por supuesto, no los he visto”.

Al cabo de tres días, Ángel Acebes dice aquello de “nadie en el PP ha hablado de la teoría de la conspiración” y Zaplana, que había presentado más de 500 preguntas parlamentarias sobre este tema en el Congreso, “Yo tan solo conozco una teoría, la de la manipulación que quiere hacer el Gobierno y el PSOE”.

En Septiembre de 2006 Agustín Díaz de Mera, en la COPE, aclaró que “Hay un informe secreto, que el comisario general sabrá dónde está y con cuántas llaves cerrado y guardado, que habla justamente de las conexiones entre el 11-M y el terrorismo de ETA”.

El 23 de enero de 2007, Mariano Rajoy, tras participar en el Foro de ABC, considera de una “enorme trascendencia y relevancia” que el tribunal del 11-M haya admitido citar como testigos a Henri Parot y a otros dos etarras. Dice que este hecho “va en la línea de lo que ha defendido el PP en los últimos tiempos”. El 12 de Abril de 2007, matiza: "Yo estaré a lo que diga el juez, aunque creo que Díaz de Mera dice la verdad y ha cumplido con la petición de un juez, que es lo que yo le pedí porque creo que hay que colaborar con la justicia".

El 19 de septiembre de 2006, Alicia de Castro, en el Debate Moción 11M del Congreso de los Diputados, había resumido: "El Gobierno se empeña en dar credibilidad y validez a hechos que han quedado invalidados como pruebas en el sumario. Son la mochila de Vallecas, la furgoneta Renault Kangoo o el Skoda Fabia (...), en los que ustedes se basan para asegurar que fueron los islamistas y no otros quienes cometieron los atentados. Intentan, además, hacer creer que el informe que relaciona a la banda terrorista ETA con el 11-M no existe, sin explicar por qué lo que un día existió hoy no existe o ha desaparecido..."Sepan que si no nos muestran la verdad, no les quepa la menor duda de que otros, mal que les pese, lo harán por ustedes".

Eduardo Zaplana, en declaraciones en el Congreso de la primavera de 2007, insiste en que el informe del que habló Díaz de Mera ante el tribunal del 11-M “aparezca por cualquier medio”.

Alberto Saiz, director del CNI desde 2004 a 2009, al que José Bono nombró un mes después del 11M, explica cómo desde el CNI se advirtió tres días antes de un posible atentando yihadista: "Desde noviembre de 2003 el CNI tiene reuniones regulares con la Comisaría de Información de la Policía Nacional y en noviembre le marca la línea de investigación más potente era el argelino Allekema Lamari, quien manifestó desde el principio sus ánimos de venganza contra España".

"Estas llamadas de atención sobre la peligrosidad de reprodujeron hasta días antes del atentado", insiste el exjefe del CNI, que asegura que "la Policía no consideró nunca que esta información era valiosa y priorizó su propia información". "No había un sistema de coordinación y todo quedaba en manos de las decisiones personales de los responsables" del departamento, explicó Saiz.

Entonces, ¿se pudieron evitar los atentados del 11M? "Se pudo hacer algo más si se hubiera hecho algo más en los previos, del control e incluso detención de Lamari", explicaba Saiz, que afirma que "si se hubiera conseguido aquello posiblemente el atentado no se hubiera producido con casi toda certeza porque él era un elemento principal dentro del grupo".

Ignacio Astarloa, secretario de Estado de Seguridad en los días posteriores a los atentados del 11 de marzo, afirmó ante la comisión parlamentaria sobre este asunto que "No estamos al final de la investigación, sino al principio de la misma" y recomendó perseverancia y no descartar nada ni primar ninguna hipótesis.

De hecho, el ex secretario de Estado de Seguridad afirmó que no supo de los principales protagonistas de la trama asturiana de explosivos antes del 11-M e insistió en la necesidad de investigar todas las hipótesis sobre los atentados, pues no descartó conexiones con ETA o incluso con elementos descontrolados de la banda.

Confirmó que en la reunión que él presidió en Interior durante la mañana del 11-M, "casi todo el mundo" concluyó que había sido ETA porque la banda "estaba atentando en trenes", había usado mochilas-bomba con móviles, y había planeado atentar contra el Rey en Baqueira-Beret con "doce paquetes" explosivos. No obstante, admitió que no era habitual que ETA no hubiera avisado y que incluso se barajó la posibilidad de que hubiera habido algún fallo en el aviso.

Surgieron dudas de que ETA cometiese una masacre de esas dimensiones, pero si la culpa era achacada al islamismo, ETA no recibiría rechazo social y demostraría mantener su potencial asesino causando una gran conmoción social, favorable a que se le hicieran concesiones antes de que la ciudadanía tuviera que vivir atemorizada.

El 11 de marzo de 2004, según opiniones, varias personas que llevaban 12 o 13 bolsas de deporte o mochilas que contenían artefactos explosivos temporizados para explosionar simultáneamente, las colocaron en varios trenes con dirección a Madrid, tres de las cuales "fallaron". Debido a las explosiones fallecieron un total de 191 personas y 1857 personas resultaron heridas.

Muchos vemos contradictorio que los terroristas "oficiales" no se inmolaran en los trenes, dejando sus mochilas abandonadas con bombas dentro, y sin embargo se suicidaran al verse rodeados por la policía. Desde un punto de vista estrictamente religioso, el Corán prohíbe el suicidio como tal (an-nisaa, 29), aunque dirigentes extremistas interpretan el Corán como si el terrorista suicida sea un mártir que cumple con su misión de acabar con el enemigo: “No penséis, acerca de aquellos que fueron sacrificados luchando en el Camino de Allah, que están muertos. ¡No!, ellos están vivos, y encuentran su sustento con su Señor” (Corán, 3:169). Según Del Pino las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado habrían engañado, drogado y asesinado a delincuentes comunes, y les habrían hecho pasar como los suicidas de Leganés.

El 11-M, se esperaba que Aznar acreditara las informaciones que empezaban a circular en los medios de comunicación (como la Cadena Ser), según las cuales los investigadores habían encontrado restos de terroristas suicidas. ¿Cómo puede saberse si entre los cadáveres destrozados había restos de kamikazes o de víctimas?.

Según la versión oficial, aparte de Jamal Zougam, todas las demás personas que supuestamente pusieron bombas el 11-M perecieron en la explosión de un piso de Leganés, tres semanas después del atentado, justo cuando los policías del GEO emprendían su asalto. Estos preguntaron públicamente porqué los jefes no ordenaron que se utilizara gas incapacitante para neutralizarlos (Cadena Ser, 7 de abril del 2004).

Se supone que los sospechosos se comunicaron por teléfono con sus familias durante el asedio para despedirse. Solo 2 familiares fueron citados como testigos de esas llamadas. Uno declaró que no pudo reconocer la voz de su hermano durante la llamada, y que pensó que no era él (9 de abril del 2007). Y la otra había contado con todo detalle a El Pais (8 de marzo del 2007) la llamada de su ex-novio, Jamal Ahmidan, pero luego durante el juicio confesó que nunca había existido esta llamada (10 de abril del 2007).

La médico forense encargada del 11-M también cuestiono la investigación, ya que aseguró que en Leganés, no se hicieron autopsias a ninguno de los 7 sospechosos (Libertad Digital TV, 30 de enero del 2008).

Una furgoneta Renault Kangoo robada se inspeccionó en el estacionamiento de la estación de trenes de Alcala de Henares y ni había explosivos ni los perros adiestrados olieron nada sospechoso dentro. En el juicio el guía canino aseguró que no era posible que su perro no notara ningún olor en el caso de que fuera utilizada la Kangoo para transportar lo que en las dependencias policiales de Canillas “se encontró una bolsa de plástico, en cuyo interior había siete detonadores eléctricos, unas rabizas de otro, un extremo de un cartucho de explosivo Goma 2 ECO” y una cinta con casette con caracteres árabes.

El 26 de Marzo 2007, Esperanza Aguirre afirma en El Mundo: "Hay tres cosas que a todos los españoles nos tienen perplejos y que deberán aclararse, la famosa mochila que (…) nadie sabe el periplo que hizo, la Kangoo que estaba vacía pero estaba llena y el Skoda que aparece pero no aparece”.

El mismo 11 de marzo de 2004, Ángel Acebes, en rueda de prensa, dijo: “ETA ha conseguido su objetivo. El Gobierno no tiene ninguna duda. Es absolutamente intolerable cualquier tipo de intoxicación que vaya dirigida a desviar el objetivo y los responsables de esta tragedia.”

"Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el Ministerio del Interior no tienen ninguna duda de que el responsable de este atentado es la banda terrorista ETA".

"No hay restos completos, pero es dinamita, y por tanto la habitual de la organización terrorista ETA". "Los cuerpos de seguridad trabajan con la línea prioritaria de ETA, pero hay que investigar todas las posibilidades y por eso he dado la orden de que se abra esa otra línea de investigación".

Mariano Rajoy, en declaraciones a Onda Cero, sostenía que: “ETA hoy ha puesto de luto a la democracia española”.

Ana Palacio, Ministra de Exteriores remite a las representaciones en el extranjero una nota reservada con instrucciones a los embajadores que reza: "Confirmar autoría de ETA. En relación con el brutal atentado que se ha cometido hoy en Madrid y los esfuerzos que desde alguna fuerza política se ha hecho para intentar confundir sobre la autoría del mismo señaló lo siguiente: El ministro del Interior ha confirmado la autoría de ETA. Así lo confirma el explosivo utilizado y el patrón utilizado en los mismos, que es el habitual de ETA, así como otras informaciones que aún no se han hecho públicas por razones obvias, a tales efectos remito información de Efe recogiendo declaraciones del ministro Acebes así como la declaración institucional pronunciada a las 15 horas por el presidente del Gobierno. Deberá aprovechar aquellas ocasiones que se le presenten para confirmar autoría de ETA de estos brutales atentados, ayudando así a disipar cualquier tipo de duda que ciertas partes interesadas puedan querer hacer surgir en torno a quién está detrás de estos atentados. Y si lo considera oportuno acudir a los medios para exponer estos hechos".

El 12 de marzo de 2004, Ángel Acebes, tras el comunicado de ETA negando su participación en la masacre, dijo: “No nos lo creemos”. Y: "ETA sigue siendo la principal línea de investigación. Así me lo han manifestado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es decir, los responsables de la investigación. No hay en estos momentos ningún motivo para que no sea la principal línea de investigación".

El 13 de marzo de 2004, Mariano Rajoy, en El Mundo: "Tengo la convicción moral de que fue ETA...Hay algunos datos que, en mi fuero interno, me hacen pensar que se trata de ETA. (…) Yo tengo la convicción moral de que es así”.

Eduardo Zaplana, en una comparecencia en La Moncloa: “Cuando hay un atentado de esta naturaleza, gravedad y trascendencia y con similitudes evidentes a las intentonas abortadas recientemente a la banda terrorista ETA, resulta que algunos parece que quieren descartar que pueda ser la banda criminal y asesina ETA, cuando todo apunta y hay líneas de investigación en marcha, de las que se ha dado cuenta, que no nos debería causar ninguna sorpresa que fueran los criminales de ETA".

Sobre los días posteriores a la matanza, el 'número dos' de Angel Acebes en Interior defendió su honestidad personal y la profesionalidad de las Fuerzas de Seguridad, destacando el éxito que supuso practicar detenciones de autores de los atentados a los pocos días.

También alertó contra la amenaza del terrorismo porque, según recalcó, "volverán a intentarlo", y quiso dejar claro que ningún país del mundo puede afrontar este fenómeno en solitario. En cualquier caso, advirtió de que nunca hay que bajar la guardia: "Se pueden evitar 100.000 atentados pero basta con se produzca uno para que dé la sensación de que no hemos hecho nada", comentó.

Preguntado por los confidentes vinculados a la trama asturiana de venta ilegal de explosivos, Astarloa recalcó que no tuvo "la más mínima noticia" de esos "personajes" antes del 11-M. Rafa Zouhier aparece por primera vez el día 19 de marzo, cuando en la Policía, se habla de "un moro" que puso en contacto a "un drogata" (Suárez Trashorras) con los que podían haber hecho el atentado, y esa tarde el confidente de la UCO fue detenido por la Guardia Civil.

Como era de esperar, desde el mismo 11-M numerosos periodistas empiezan a investigar sobre un atentado que conmociona a la sociedad española.

En la redacción del periódico El Mundo destacan cuatro de ellos. Se trata de Fernando Múgica, Casimiro García-Abadillo, Antonio Rubio y Fernando Lázaro. Todos ellos trabajan por separado en diferentes aspectos del atentado. “En ningún momento ha habido una orden desde arriba diciéndonos lo que teníamos que hacer ni qué línea investigar”, destacaba Antonio Rubio, que se ha centrado en el tema de los confidentes y las negligencias de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado), como cuando el 29 de abril del 2004 revela que Rafa Zouhier y Emilio Suárez Trashorras eran confidentes policiales. Jamal Ahmidan conocido como “El Chino” y Rafa Zouhier fueron clave para que los explosivos llegasen a Madrid.

Al cabo de pocas semanas del atentado, el 23 de abril de 2004, Múgica publicó un extenso artículo titulado “Los agujeros negros del 11-M” donde planteaba las lagunas del sumario. Su idea inicial no era que aquello fuera el comienzo de nada, pero el éxito del artículo en cuestión le invitó a convertirlo en una serie que se titula “Los agujeros negros”.

Múgica también es el autor de la entrevista en exclusiva a Suárez Trashorras quecomo escribiría Casimiro García Abadillo, “ha supuesto un garrotazo a la versión oficial sobre lo que ha ocurrido en el 11-M”, en la cual el exminero manifestó: “soy una víctima de un golpe de Estado que se ha tratado de encubrir detrás de las responsabilidades de un grupo de musulmanes y de los confidentes, cuando estaba todo perfectamente controlado por los Cuerpos de Seguridad”.

Una visita a la hemeroteca permite recopilar una pequeña selección de las numerosas frases que demuestran la clara oposición a lo que sería desde entonces la versión oficial:

“No me creo que los detenidos por el 11-M organizaran los atentados” (Mariano Rajoy, El Mundo, 10 de octubre de 2004)

“…los marroquíes del comando de Lavapiés no han sido sino las marionetas de alguien que desde mucho más arriba ha movido sus hilos” (Pedro J. Ramírez, El Mundo, 11 de julio de 2004)

“Cada vez hay más indicios de que el 11 M se gestó en los aparatos del Estado” (Pedro J. Ramírez, 26 de agosto de 2005, III Jornadas Periodísticas de Son Servera)

“¿Dónde estaba la mochila? ¿Quién la puso allí? (...) Esto es enormemente grave. La obligación de la policía es explicarlo. Si no estaba, ¿quién la puso allí? Requiere una aclaración. Es que, si esto se confirma, podría anular la investigación y podria anular el sumario” (Mariano Rajoy, 13 de marzo de 2006)

“Las pruebas aparecidas en el último mes, en estos días, indican la más que posible participación del grupo terrorista ETA en esta masacre”. (José María Aznar, 2 de julio de 2006)

“¿Y qué parece hoy el 11 M? Pues exactamente lo que dice Trashorras: un golpe de Estado perpetrado desde los Servicios de Inteligencia españoles y en el que se utilizó a traficantes de drogas y explosivos de Asturias controlados por la Policía y a traficantes de drogas y coranes de Lavapiés controlados por la Guardia Civil como mano de obra poco cualificada o simple pantalla” (Federico Jiménez Losantos, El Mundo, 4 de septiembre de 2006)

“Cada día es más evidente que el Gobierno y sus aliados están entregados a la tarea de borrar huellas etarras y socialistas del 11-M, la forma de hacer méritos de gallardones y piquerdones es jugar a santanos y telesforos. Por eso hablan tanto de lo que dicen que no hay que hablar” (Federico Jiménez Losantos, El Mundo, 29 de septiembre de 2006)

“Pese a los intentos de amordazamiento de los pocos medios sin pelos en la lengua, a las mentiras en cascada y a la desvergonzada manipulación del sumario del 11-M por el Gobierno Zapatero, no hay muchas dudas sobre el carácter secundario de una “trama islámica” compuesta esencialmente por confidentes o por pequeños delincuentes “moritos” controlados prácticamente en su totalidad por la Policía, la Guardia Civil o el CNI.Y si los pseudoislamistas fueron la coreografía, el guión y ejecución sólo pudo corresponder a las dos fuerzas con capacidad para cometer esa masacre: ETA o los servicios secretos españoles. O una combinación de ambos” (Federico Jiménez Losantos. Extraído del libro De la noche a la mañana. La Esfera de los Libros, 2006).

“¿Qué va a desvelar el juicio del 11-M? No lo sabemos, pero desde luego lo que sí parece bastante claro es que al menos la sombra de ETA planea sobre ese proceso”. (César Vidal, La Linterna, 2 de febrero del 2007).

“Desgraciadamente, cada vez va quedando más claro que el 11-M se diseñó, se organizó y se ejecutó desde las cloacas del Estado” (Luis del Pino, El Mundo, 20 de junio de 2007)

“ETA podria tener en su poder información comprometida sobre la actitud de determinados miembros del PSOE en los atentados del 11-M”. (José Alcaraz, del libro Una rebelión cívica, La Esfera de los Libros, 2007)

“Los que siempre hemos defendido es que el 11-M no podía explicarse sólo por la concurrencia criminal de unos delincuentes de poca monta con unos fundamentalistas de medio pelo sin conexiones con ninguna red criminal del tipo Al Qaeda, tenemos razones para seguir investigando lo que ocurrió aquel día terrible que cambió nuestra historia”...(Casimiro García-Abadillo, El Mundo, 1 de noviembre de 2007).

“Si alguien pretendía que la sentencia del 11-M nos dijera quiénes perpetraron la mayor matanza terrorista que nuestro país ha sufrido, me temo que esas esperanzas han quedado defraudadas” (Luis del Pino, El Mundo, 3 de noviembre de 2007)

De hecho, los medios han disfrazado la masacre de todas las formas posibles y han ridiculizado otras líneas de investigación tachándolas de "teorías de la conspiración".

Pero lo que tampoco nos dicen es quiénes pusieron en contacto a los moros-confidentes con el también confidente Trashorras y a su vez con ETA, en el caso de que les prestara colaboración. Pudo ser el CNI o lo que es lo mismo, Dezcállar, al servicio del Rey Juan Carlos que sólo se mueve por dinero.

Llama la atención que Roberto Flórez Garcíauno de los «pata negra» (apodo de los guardias especialistas en información del general Emilio Rodríguez Galindo en la lucha contra ETA) presentase su dimisión el 12 de marzo de 2004, renuncia voluntaria aceptada el 14 de marzo. Dicho agente del CNI fue posteriormente encarcelado por haber facilitado presuntamente a servicios secretos extranjeros información sobre el comandante Alberto Martínez González, agente del CNI asesinado junto a seis de sus subordinados en Irak.

La correa de transmisión también pudo ser el socialista Rubalcaba, con buena relación con los servicios de Inteligencia al haber defendido al PSOE de los escándalos sobre los papeles del CESID y los GAL. En los días posteriores al 11-M orquestó la campaña electoral encubierta.

El 16 de Marzo 2004, Pilar del Castillo, Ministra de Educación declara a Cadena Ser que: "Los resultados electorales del pasado domingo se debieron a una apelación manipuladora y descarnada de sentimientos de dolor...hay que valorar la actuación de fuentes, personas y organizaciones que han usado de manera descarnada esos sentimientos...Se han tenido actitudes claramente antidemocráticas que no se pueden consentir..se ha hecho una apelación manipuladora y descarnada de los sentimientos de dolor y además no diciendo la verdad... se han producido además otras actuaciones antidemocráticas como acosos a las sedes del PP, llamamientos a la manifestación, al acoso o al insulto..hay que valorar  la actuación que ha habido desde fuentes, personas y organizaciones que han hecho una utilización descarnada de esos sentimientos, actuado de manera irresponsable..no es de recibo actuar así en una democracia”. 

Leocadio Bueso, Diputado por Teruel, añadía en Cadena Ser que: "Es injusto que en 72 horas cambie el voto de un país. Me parece demencial. Siento indignación con la manipulación del atentado que ha hecho el PSOE y la cadena SER ...la manipulación vergonzosa es la razón que explica la victoria socialista. ... el PSOE manipuló a la opinión pública el día de reflexión y demostró  un comportamiento antidemocrático". 

El 17 de Marzo 2004, Alvarez Del Manzano, Ex-alcalde de Madrid, declaraba a Cadena COPE que: "Los que han votado y han cambiado su voto, si es que alguno lo ha hecho, como consecuencia del acto de terrorismo que sepan que han colaborado con el terrorismo. Que el terrorismo ha conseguido una victoria que no se esperaba".

El 24 de Marzo 2004 dijo Aznar a The Wall Street Journal: "Las insinuaciones corrían como un reguero de fuego entre mucha gente que estaban justamente indignados después de los ataques. A las acusaciones contra el gobierno se añadieron otras de parte de cualquiera que pudiera sacar el mas mínimo provecho de esta estrategia. El alboroto fue tanto, tan ruidoso, que nada mas se podía oír. Una vez que el engaño había suplantado con éxito a la verdad, nuestros oponentes buscaron conducir la ira publica contra los terroristas por otra vía, animando a la gente a desahogar su rabia hacia un gobierno que estaba trabajando duro, un gobierno que sigue trabajando para clarificar lo que pasó y llevar a los culpables a la justicia. El fin de semana pasado era para la solemnidad y a reflexión. En cambio, algunos con motivos partidistas vulneraron el momento con sus acusaciones estridentes....no debemos transmitir mensajes confusos, mensajes que hacen creer a la gente que tenemos que hacer concesiones a los que nos piden que nos arrodillemos ante sus bombas. Este no es el momento de pensar en retirar tropas. Y mucho menos cuando los terroristas, con su mensaje de muerte y destrucción, han exigido que nos rindamos. Ceder ahora sería crear un precedente peligroso que permitiría creer a los que nos atacan que nos han impuesto sus condiciones. Permitiría a los agresores creer que han ganado".

Y el 26 de Marzo 2004 intervino Aznar en Bruselas recalcando: "Yo sé quién mintió, quién manipuló, quién radió, quién televisó y quién llevó a la gente frente a la sede del PP....Hay gente puede entender que lo que debe hacerse es rodear una sede, llamar asesinos a los políticos y violar la jornada de reflexión....los atentados del 11-M han tenido una influencia sustancial en el resultado de las elecciones...Hay unos datos y unos hechos determinantes".

6 de mayo de 2004, Jaime Mayor Oreja, en la clausura del Foro Comprometidos por la convivencia y la integración, en Valencia: “El PP tiene la obligación democrática de devolver la esperanza y la confianza que una tragedia no tiene el derecho de enterrar y menos la manipulación, la mentira que ha habido detrás de la tragedia”. 

Mariano Rajoy, en declaraciones en Madrid a 2 de junio de 2004: “No descarto en absoluto” la existencia de “colaboraciones” entre ETA y el terrorismo islámico.

El 22 de julio de 2004, Jaime Ignacio del Burgo, en declaraciones en el Congreso, afirmó que el PSOE “sabe” que la Comisión del 11-M llega a “conclusiones radicalmente distintas a las que pretenden, deberían dar muchas explicaciones a los españoles, porque el Gobierno de Zapatero estaría sustentado sobre la manipulación de 200 cadáveres”. 

El 28 de julio de 2004, Ángel Acebes, en la Comisión del 11-M, cree necesario “saber los vínculos y colaboraciones externas de los ejecutores materiales y el alcance real de la sombra de ETA que aún planea sobre aquellas horas. Saber el exacto papel que representó cada quien, sea éste confidente policial, manifestante ante la sede del PP o agitador deseoso de réditos políticos derivados de la situación de incertidumbre existente sobre la autoría del atentado”.

Al día siguiente, Mariano Rajoy, en los cursos de verano de El Escorial, subrayó: “No afirmo nada, pero no descarto nada. No se puede cerrar la investigación porque los detenidos no tienen capacidad intelectual” para organizar un atentado de semejante envergadura.

José María Aznar, en Radio Eco de Moscú, a 18 de octubre de 2004: “La hipótesis de ETA ya está en el Parlamento y aumenta con el paso del tiempo. Todos los grupos terroristas tienen relación entre sí”.

Eduardo Zaplana, en el Congreso del PP valenciano, dijo el 21 de noviembre de 2004: “Hubo un atentado teledirigido para hacernos perder las elecciones del 14-M”.

Fue el 29 de noviembre de 2004 cuando José María Aznar, en la Comisión del 11-M, pronunció su famosa frase: “No creo que los autores intelectuales de los atentados, los que deciden precisamente ese día, no creo que anden en desiertos muy remotos ni en montañas muy lejanas”.

Mariano Rajoy, en rueda de prensa declara el 28 de marzo de 2005 que el PSOE no puede cerrar la comisión de investigación sobre el 11-M, “salvo que quiera tapar algo”.

En Marzo de 2006 comparece Eduardo Zaplana como Portavoz en el Congreso de los Diputados: "La democracia española sigue sin saber quienes fueron los autores materiales y menos aún quienes estaban detrás de aquella masacre, y no lo sabemos porque a Zapatero le dejó de interesar la verdad sólo tres días después, el 14 de marzo".

A Zapatero y después a Rajoy les dejó de interesar una vez en el Poder. El 3 de Diciembre de 2006, José Francisco Alcaraz, Presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se pronuncia en la Revista Epoca: “La negociación requería un atentado como el del 11-M...No está todo investigado. Creemos que hay algunas conexiones que se han pasado por alto, y que hay una voluntad por parte del Gobierno y de algunos miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de desvincular cualquier relación con otra banda terrorista. El Gobierno tiene la voluntad de indultar a la serpiente (ETA) y de que no haya ningún resquicio (…) de que la banda terrorista pudiera haber alentado o contribuido a los atentados de forma indirecta...La hipotética participación de ETA sería más bien intelectual. Necesitaba ese atentado, pues era quien se beneficiaba por el proyecto de negociación. Pero ellos no podían llevarlo a cabo, porque cualquier resquicio que dejara un nexo de unión entre ETA y el atentado se le volvería en contra, tendría un efecto bumeran...El Gobierno quizás necesita retroceder porque ahora mismo están todos los focos de atención controlando y vigilando el proceso de rendición (…) Ante esta situación, la rentabilidad que el Gabinete pudiera sacar de este proceso sería totalmente contraria. Necesitaría mostrar o vender ante la sociedad la fortaleza del Estado de Derecho, que no se halla sumiso ante ETA y que aplica las leyes vigentes”.

Pero sin embargo, tanto si gobernaba el PSOE como el PP, todas las investigaciones se cerraron aunque implicaran a ETA o dieran nuevas pistas, como el hallazgo de uno de los vagones destrozados por las bombas, el cual no había sido destruído. La investigación recayó al Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid, de la juez Coro Cillán, que finalmente está neutralizada en un psiquiátrico. El vagón, por supuesto, también destruído.

A dicho Juzgado llegaron las declaraciones que en 2009 realiza el miembro de Inteligencia y ex agente de la Guardia Civil Al-lal Mohand Al-lal referentes a unos hechos acontecidos en 2003. Las personas relacionadas y sobre las que consta su comparecencia en la Dirección General de la Guardia Civil son el capitán Sandoval Campos, teniente de la Unidad Aniterrorista de la Benemérita; los coroneles Martínez y Manuel Llamas, y los sargentos Navarro y José Iranzo, todos ellos destinados en la comandancia de Melilla en aquellas fechas; los ex-generales Andrés Casinello y Enrique Rodríguez Galindo, condenado por el caso de las muertes de los etarras Lasa y Zabala, relacionado con el GAL  y torturas en el cuartel de Intxaurrondo; y, por último, al mando directo de Allal Mohand Al-lal, Jorge Dezcallar.

Mohand Al-lal se encontraba en Melilla cuando le llaman del CNI anunciándole la llegada de un etarra a quien debía seguir y espiar sus movimientos. 
El agente de Inteligencia comprueba cómo en un paraje 
conocido por el nombre de Los pinares de RostroGordo, el confidente de ETA se reúne en una autocaravana con el capitán de la Guardia Civil Sandoval, quien después se ve en un coche con los coroneles Martínez y Llamas (actualmente teniente general, a quien el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, nombró Director Adjunto Operativo de la Guardia Civil el pasado mes de diciembre tras ocupar el Mando de Personal del cuerpo).

Posteriormente el enlace etarra se reúne en Nador (Marruecos) con miembros del grupo salafista Predicación y Combate y en Tetuán contacta con una pareja vinculada a la banda terrorista.

Días después, seis árabes ilegales, siempre según la versión del ex agente, pasan a la Península por vía marítima con el apoyo logístico del propio cuerpo armado. Allal Mohand Allal informa de todo eello e inmediatamente su mando directo le dice que aborte la operación y se busque un nuevo destino en la Península. “Está en juego la propia existencia de la Guardia Civil”, le aseguró un mando de Inteligencia. 

Al-Lal solicitaba al CNI que DESCLASIFIQUE las notas, fotografías, otras pruebas documentales y grabaciones que el agente realizó y consiguió en el año 2003. Finalmente, pide también la comparecencia de Roberto Flórez, miembro del grupo autodenominado Patas Negras de Galindo.

GÓMEZ BERMÚDEZ RECHAZÓ LA DECLARACIÓN de agosto de 2009 y que también llegó a Baltasar Garzón, en esas fechas magistrado de la Audiencia Nacional. Algo más de tres años después de ese primer escrito, la Fiscalía General del Estado recibió con fecha de 4 de enero de 2013 una segunda declaración que reenvía al fiscal jefe de Madrid, Eduardo Esteban.

La Guardia Civil, después de que dicho fiscal le diera instrucciones para investigar, no llegó a analizar los restos de uno de los vagones del tren que estalló el 11 de marzo de 2004 en la estación de Santa Eugenia y que estaba custodiado en un cobertizo de la empresa Tafesa de Villaverde.

La juez Cillán no llegó a indagar por qué dichas pruebas fueron a parar ahí, precintados desde que la Guardia Civil se hace cargo y "ocultos" durante años; ni en el citado juzgado, a donde también llega la declaración, se tramita lo que Allal Mohand solicita: que le informe de las actuaciones abiertas y la razón por la que aún no ha sido llamado a declarar. Es más, el ex agente de Inteligencia certifica que ha recibido nuevas informaciones acerca de recientes actividades “que pueden poner en riesgo la seguridad interior y exterior del Estado”.


El 11 de marzo de 2004, las asociaciones de víctimas están divididas. La llegada de Francisco José Alcaraz al frente de la histórica AVT estaba causando estragos y algunas antiguas delegaciones, como la catalana, deciden independizarse ante el abandono por parte de Madrid.

En medio de este ambiente enrarecido tiene lugar el 11-M, que no hizo más que ampliar la división existente. La creación de dos asociaciones de víctimas del 11-M (la mayoritaria, Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, presidida por Pilar Manjón y crítica con el PP, y la minoritaria, Ayuda a las Víctimas 11-M, presidida por Ángeles Domínguez y próxima al PP) ha alterado una situación ya de por sí anómala.

Manjón (que perdió su hijo Daniel de 20 años en el atentado de la estación de El Pozo) se hizo popular a raíz de su comparecencia ante la Comisión de Investigación del 11-M. Federico Jiménez Losantos, en su libro De la noche a la mañana (Ed. La Esfera de los Libros, 2006) habla así de ella: “El PSOE alcanzó el máximo de su eficacia manipuladora con el testimonio de la madre de uno de los asesinados en el 11-M, una militante comunista llamada Pilar Manjón, que compuso una actuación digna del Oscar”.

El juicio en la Audiencia Nacional fue reflejo de esta división con situaciones paradójicas como el hecho de que los abogados de la AVT y de Ayuda a las Víctimas del 11-M insistieran en la autoría de ETA y en la existencia de una “cuarta trama”, respectivamente.

Luis del Pino es un ingeniero de telecomunicaciones nacido en Madrid en 1962, que anteriormente había escrito libros de informática, que se puso a investigar el sumario por su cuenta y empezó a colaborar con determinados medios de comunicación. Ha escrito: Los enigmas del 11-M: ¿negligencia o conspiración? (Libros Libres, 2006), Las mentiras del 11-M: 192 falsedades sobre la mayor masacre terrorista que ha sufrido España (Libros Libres, 2006) y 11-M: golpe de régimen (La Esfera de los Libros, 2007).

El verano de 2005 empezaba a publicar en un blog que puede encontrarse en Libertad Digital titulado “Los enigmas del 11-M”.partir de aquí, pasó a ser colaborador habitual de El Mundo, la COPE, Telemadrid (donde ha visitado periódicamente diferentes programas) e incluso ha protagonizado documentales para la productora Mundo TV y ha dirigido y presentado un programa sobre el juicio del 11-M en Libertad Digital TV.

Pero, sin lugar a dudas, lo que le ha dado más popularidad es su blog “Los enigmas del 11-M”, que reunió a un grupo de seguidores, los Peones Negros, que convocaban manifestaciones que tienen lugar el día 11 de cada mes. Del Pino jugaba con aquella expresión y se refería a una partida de ajedrez entre las blancas que movieron ficha primero y las negras, que “buscan la verdad”. El 13 de marzo otro internauta propone adoptar el símbolo del peón negro como emblema del grupo. A partir de aquí, la presencia de este símbolo se populariza y empieza a verse en actos públicos.

Pero la relación de los Peones Negros con Luis del Pino vivió un momento crítico cuando éste les pidió que, mientras duraba el juicio, dejaran de movilizarse en la calle “por respeto al juez”. Eso no cayó muy bien a algunos, ni tampoco cuando Del Pino publicó en su blog el artículo “Desplazamiento de foco” el 29 de marzo de 2007, en el que afirmaba que “Si alguien piensa que a estas alturas resultaría creíble una teoría que pretendiera explicar el 11-M recurriendo al contacto con la banda de Edu el Moco y los asesinos de ETA, entonces es que este alguien no había entendido nada”. A raíz de estas discrepancias, en marzo de 2007, se creó Peones Negros Libres, entidad liderada por Luis Miguel Rodríguez, coordinador de los Peones Negros de Madrid y unos cuantos coordinadores provinciales que no aceptaban “la imposición de los criterios personales de Luis del Pino, ni las hipótesis desveladas en su último libro sobre la autoría del atentado del 11-M en Madrid”.

“El 11-M se politiza desde la primera de las bombas en los trenes y lo más triste de todo es que ni PP ni PSOE han hecho nada para despolitizarlo”, criticaba Antonio Rubio. Pero ¿es este realmente el objetivo final de esta pugna?

¿Si ETA es culpable, por qué no se ha podido demostrar su culpabilidad? Pregunta retórica ya que a lo largo de toda la larga pero nada exhaustiva investigación realizada lo que por falta de interés en demostrarla por parte de los jueces, fiscales y agentes de las fuerzas de seguridad del Estado que se han encargado de ello, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no estuvo interesado en que se probara tal culpabilidad, pues ello pondría en entredicho la legitimidad moral de su victoria electoral y haría imposible la política de negociación con la banda terrorista que el gobierno socialista inició en 2005.

En junio de 2004 un editorial de El Mundo titulaba: “Graves indicios de connivencia policial con la trama auxiliar del 11-M”. Y dos años después, en los micrófonos de la COPE, Federico Jiménez Losantos aludió a “la implicación de los servicios españoles de la Policía, de la Guardia Civil” (ABC, 9-6-2006), aunque: “casi mejor que sean los etarras los que hayan ayudado a los moros o los hayan llevado porque la otra alternativa son los servicios secretos españoles” (ABC, 5-10-2006).

Declaraciones como las de Esperanza Aguirre en la COPE donde se preguntaba:“¿O es que no tenemos en España ejemplos de que todavía 14 años después, como el caso de los GAL, se han descubierto crímenes de Estado gracias a las investigaciones periodísticas?”.

Por su parte, el portal Libertad Digital, fundado por Federico Jiménez Losantos, titulaba el editorial del día siguiente de conocerse la sentencia del 11-M con esta frase: “Otra sentencia con la X por despejar”, en clara alusión a los GAL. Pedro J. Ramírez no dudó a la hora de comparar al ex-comisario José Amedo, condenando por las acciones de los GAL, con dos condenados por el 11-M, como son Rafa Zouhier y Emilio Suárez Trashorras en un artículo (11 de julio de 2004) titulado Los amedos del 11-M donde aseguraba que éstos “están vinculados a los atentados en una medida u otra, los dos saben más de lo que cuentan, los dos podrían aportar datos muy embarazosos para las Fuerzas de Seguridad y los dos están siendo presionados para que se callen, con la misma mezcla de amenazas y promesas de entonces”.

Esto explicaría por qué el Juez del caso considera que la verdad es tan terrible que no puede ser conocida por el pueblo español.

El origen de ETA podemos enmarcarlo en el año 1959 cuando se convirtió, tras un acercamiento y posterior separación al Partido Nacionalista Vasco en la organización terrorista que no se autocalificaba como un partido político, sino un movimiento de liberación para lograr la independencia de Euskal Herria.

Los jóvenes nacionalistas veían al País Vasco como una nación oprimida y ocupada por España y Francia, que no le dejan desarrollarse libre e independientemente. Se siguió la estrategia de actuación de las guerrillas tercermundistas de carácter anticolonial, de países como Argelia o Vietnam. El hecho de que el proceso descolonizador ganara importancia y de que muchas naciones obtuvieron su independencia, hizo que desde 1962 ETA partiese de la idea de que Euskadi era una colonia de España y Francia y estableciesen una comparación entre su situación y las colonias del Tercer Mundo.

Fue en el periodo de 1965-1974 cuando ETA buscó una vía para conseguir sus objetivos: forzar un enfrentamiento militar con el régimen franquista. Así, la puesta en práctica de las ideas teóricas planteadas viene determinada por el asesinato del inspector Manzanares en 1968, verdadero detonante que inició su serie de crímenes y su apoyo social hasta que el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco marcó la aparición de agrupaciones de ciudadanos que reivindicaban el final de la violencia ejercida por la organización terrorista.

Gracias a la presión que se ejerció a nivel policial y judicial se consiguió reducir los efectos de la organización. Por todo ello, ETA hizo público el 22 de marzo de 2006, un comunicado en el que anunciaba el inicio de un “alto al fuego permanente”, que permitió al Gobierno iniciar negociaciones denominadas “procesos de paz”. Eso no les impidió romper dicho “alto el fuego” en diciembre de 2006 con una furgoneta-bomba en el aeropuerto de Barajas. Debido a esta acción se bloqueó el proceso de diálogo establecido hasta que la organización terrorista no abandonase su actividad armada.

Finalmente, ETA anunció el “cese definitivo” de la violencia en el año 2011 y no fue hasta abril de 2017 cuando hizo entrega a Francia de las coordenadas de ocho depósitos de armas y tres toneladas de explosivos. Según mediadores civiles franceses, la banda terrorista ETA se encuentra desde entonces “totalmente desarmada”.

Si algo sabemos casi seguro es que los abertzales tienen el secreto del 11-M muy bien guardado, y poco que temer ya que EH Bildu, ERC o el BNG apoyan la reforma (propuesta por el PNV) de la Ley de Secretos Oficiales de 1968, por la que el plazo máximo para la desclasificación de documentos será de 25 años. En la práctica, supondría desclasificar de forma inmediata los archivos del 23-F, y adelantaría la revelación de los atentados del 11-M, cuyos archivos serían liberados en 2029. Los etarras han sabido sacar partido a la información de la que disponen.

El régimen penitenciario que se aplicaba a los condenados por actos terroristas es más restrictivo y con el sistema de dispersión se intentaba desvincularles de las organizaciones terroristas y facilitar su reinserción social.

En el año 2011 se llevó a cabo un plan denominado la “vía Nanclares” que consistía en comprobar si los internos que afirmaban haber renunciado y desvinculado de la banda terrorista era real. El tiempo demostró que la dispersión ha debilitado los vínculos que unen a sus miembros y la comunicación y la coordinación se ha hecho mucho mas complicada.

En la actualidad esos hechos han ido cambiando. El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha revisado la política penitenciaria de los presos de la banda terrorista, debido a que ETA ya no existeLos presos etarras han sido liberados o acercados al País Vasco después de que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciara el inicio de una nueva política penitenciaria tras la disolución de la organización terrorista. Dichos presos no han pedido de manera expresa perdón a las víctimas.

La posibilidad de un ataque de origen yihadista no era descartable la mañana del 11-M. Fuentes de inteligencia y seguridad del Estado habían advertido de la existencia de terroristas “durmientes” en territorio español e incluso la FAES (Fundación de Análisis y Estudios Sociales), el laboratorio de ideas del Partido Popular, ya advertía en el 2003 en una ponencia (“El desafío de la seguridad”) del peligro de atentados de terroristas islámicos radicales contra países que participaron en la guerra de Irak.

El Yihadismo o “Yihad” como término árabe, significa lucha o esfuerzo y algunos grupos del islam defienden una ideología política que tiene como fin imponer una visión intolerante del islam y aplicar el terror para conseguir sus objetivos. Se habla de islamismo radical, yihadismo o islamofascismo.

Muchos factores son los que han contribuido a que se forme un islamismo extremista: atrasos económicos, diferencias sociales, corrupción de sus gobernantes o la reacción contra la forma de vida occidental, entre otros. La revolución islámica en Irán de 1979, las guerrillas islámicas que se enfrentaron al ejército soviético en Afganistán y el apoyo extraoficial dado por países como USA, Arabia Saudí o Pakistán son focos importantes de expansión del islamismo extremista. Desde el inicio de la actual Guerra de Gaza se ha sabido también que el régimen de Netanyahu ha apoyado financieramente a Hamás y no hay dudas de que a otros grupos similares.

Stellarwind fue el nombre en clave de un programa de vigilancia sin orden judicial iniciado bajo el Programa de Vigilancia del Presidente​ de la administración de George W. Bush. El programa de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) fue aprobado por el entonces presidente Bush poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y fue el preludio de nuevas normas que permitieron al presidente Bush y a su sucesor Barack Obama reproducir cada uno de esos programas y ampliar su alcance.

Las actividades del programa implicaban la minería de datos, incluidas las comunicaciones por correo electrónico, las conversaciones telefónicas, las transacciones financieras y la actividad en Internet.

La comunidad de inteligencia también pudo obtener del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos informes de actividades sospechosas, como grandes transacciones en efectivo que son presentados por las instituciones financieras en virtud de las normas contra el blanqueo de capitales. Hubo disputas internas en el Departamento de Justicia de EE. UU. sobre la legalidad del programa, porque se recogen datos e informes de un gran número de personas, no sólo de los sujetos de las órdenes de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera.

A partir de un informe de los inspectores generales de seis agencias de inteligencia estadounidenses que se desclasificó en 2015, quedó claro que el presidente Bush había autorizado originalmente la recopilación de metadatos telefónicos y de correo electrónico solo si uno de los extremos de las comunicaciones era extranjero o cuando había un vínculo con el terrorismo. Bush volvió a autorizar el programa el 11 de marzo de 2004, para interesarse con los sumarios y comunicaciones relacionados con el terrorismo extranjero.

En especial un sumario de especial interés para el rey Juan Carlos, Francia y Alemania, para Israel y para las élites españolas, en cuya cuenta de consignaciones y fianzas se llegarían a acumular cifras de doce dígitos. Existía por el ex-Juez Garzón un empeño para proseguir una interminable investigación. Y explica por qué Rajoy dijera el 10 de octubre de 2004: “Lo que me dice tanto el sentido común como mi experiencia como ministro del Interior es que es metafísicamente imposible que los señores a los que se detuvo hubieran podido cometer el atentado sin que hubiera alguien detrás. Yo no me creo que los señores que han sido detenidos hayan organizado los atentados.......La Comisión está siendo un fiasco; la investigación no debe acabar nunca”.

“Oficialmente dependíamos del CESID pero en realidad nuestros patrones eran los jefes de estación de la CIA” cuenta el coronel Juan Alberto Perote. Y explica como en los años 80, muchos agentes de inteligencia españoles cobraban una parte de su sueldo directamente de la mano de la CIA. El jefe de la estación de la CIA iba cada semana a la sede de Contra-inteligencia española a repartir sobres: “Los delegados de la CIA, y también los del Mossad Israelí, entraban por allí cuando querían, como si estuvieran en su casa”.

Para finalizar con el relato de lo ocurrido el 11 de marzo, cabe poner de manifiesto que el eje franco-alemán estaría interesado en que el resto de países europeos tengan unas condiciones de vida razonables, pero no influencia política y económica, la cual quedaría concentrada en Francia y Alemania. Esto implicaría que los gobiernos de Francia y Alemania tienen interés en erosionar al actual líder mundial, Estados Unidos, para que no sea capaz de ser el policía del mundo, y que Europa sea imprescindible para conseguir cualquier equilibrio dominante. Es decir, más poder en la práctica para China, Rusia, Irán, en ese mundo multipolar.

Para ello, les interesa que los países de tamaño medio o grande se dividan en unidades más pequeñas, sin casi poder de influencia política, como actualmente amenaza ocurrir en España. Apoyando a los nacionalismos en España, como por ejemplo el largo santuario de ETA en Francia, la liberación de la etarra Natividad Jáuregui en Bélgica, el incumplimiento de las euroórdenes con Puigdemont, la declaración de 51 diputados franceses apoyando a unos nacionalismos incuestionablemente antidemocráticos. Con 858 asesinatos políticos, un golpe de estado en Cataluña, imposición lingüística de evidente intención política, constante incumplimiento de una exigible neutralidad política en el espacio público…Y, una vez más, Zapatero con su Cataluña nación, y Sánchez con su nación de naciones, también alineados. Y los quieren amnistiar.