Con sin igual destreza endemoniada
las mentiras más pérfidas maneja, y chismes formando una madeja la extiende diestramente preparada.
Viendo, entonces, su intriga bien formada,
complácese en oír cómo se queja la desdichada víctima en quien deja la sospecha cruel inoculada.
En él no cabe un noble sentimiento,
es mal su aspiración constante gozando en el ajeno detrimento,
que, si volase por el pensamiento
intrigaría al mundo intrigante. |