GUZMAN1

lunes, 28 de mayo de 2018

LLÁMALO INCOHERENCIA O LLÁMALO HIPOCRESÍA.


Con lo del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero ha acabado de desvelarse en qué consistía la nueva política. Por si no fuera bastante que la pareja se haya convertido en la máxima autoridad de Podemos, van y contradicen todo lo que nos decían. ¿Qué harán sus seguidores?

Por de pronto, muchos de los demás líderes del partido justifican el cambio de actitud de los obreros propietarios de Villa Tinaja atrapados por el consumismo capitalista. No importa, la polémica ha quedado olvidada por el anuncio de la moción de censura contra Mariano Rajoy.

La nueva política es un excremento del Régimen del 78 para renovar el bipartidismo sin cambiar la partitocracia. Se hn quedado en los "slogans" porque ya no tienen esa aura de poderío y santidad que les llevó a sacar uno cuantos eurodiputados unas elecciones ya lejanas.



No es de extrañar que la maniobra de Pedro Sánchez y los populistas excluya a Ciudadanos, por la misma razón que C's considera que sustituir a un gobierno del PP por otro del PSOE es una tomaura de pelo. Y más si es por el argumento de la corrupción.

El partido que propone la moción de censura está tan corrupto como el del gobierno que quiere derribar, y los podemitas no han hecho nada para combatirla. Ciudadanos ha hecho algo contra la corrupción de los partidos, pero menos de lo necesario.

Ahora ya se ve que las bases de Podemos tampoco están mucho por la labor de higiene política, si es que alguna vez dieron más valor a su discurso que a la mera demagogia. Un tercio de los militantes piden la dimisión de los oportunistas Iglesias y Montero, pero ambos seguirán en sus cargos para seguir con lo suyo.

Al final tenía razón Llamazares cuando se escamaba ante la invasión populista de su partido.