GUZMAN1

martes, 29 de octubre de 2019

"Dame qué elegir y me darás qué sufrir."

El futuro de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno depende de que las elecciones le permitan gobernar en solitario, sin coaliciones ni ministros de otra formación política.

Pablo Iglesias sólo contempla una coalición izquierdista tras las elecciones generales y llegó a pretender para Podemos el Ministerio del Interior, que ocupa Grande-Marlaska. Iglesias dijo que desde esa posición acabaría con las cloacas del Estado y controlaría la policía política, de la que Podemos habría sido víctima, según la investigación abierta por el caso Villarejo.

Tras rechazar la vicepresidencia y otros importantes cargos, Unidas Podemos exigió a las bravas controlar las políticas activas de empleo y con ellas los 6.000 millones de euros que desde el Estado llegan cada año a las Comunidades Autónomas para fomentar el empleo y ayudar a los parados a través de cursos y programas.

A pesar de que dice que no quiere sillones, Iglesias y su clan los han exigido y no han votado la investidura por cobrarse una cuota de poder en la cúspide de las Administraciones Públicas estatales, autonómicas y locales A cambio de sus apoyos, buscan instalarse definitivamente en las entrañas del régimen. Los sociatas necesitan sustentarse en el hemiciclo, y puede que les ayude el nuevo partido de Iñigo Errejón, que probará suerte recogiendo los votos que pierdan Iglesias y Sánchez.



Podemitas y las otras "confluencias" son de ideas fijas, pero que no alumbran propuestas claras y duraderas. Como en su día los socialistas hicieron causa de las promesas demagógicas, sus sucesores de la nueva izquierda han subido el nivel de exigencia para imponernos el zapaterismo elevado al cuadrado que Iglesias llegó a definir como "leninismo amable"Sus propuestas cambian de un día para otro, sosteniendo un montaje destinado a movilizar a la masa borreguera haciéndola creer que representan la ruptura con el sistema y la corrupción.

Propuestas como las de apoyar la autodeterminación de Cataluña se hacen pensando en la ingenuidad del votante en general. En la sesión de investidura el propio Pablo Iglesias reconoció la legitimidad de las causas judiciales del "procés". Los asaltantes del cielo, con su facilidad de convicción sobre los votantes de izquierda desengañados, arrastran indecisos al colegio electoral con el fin de que depositen el voto a un candidato que no han elegido y sobre el que no tienen influencia. 




La abstención de Podemos, ERC, Bildu y Compromís en la pasada investidura obliga al PSOE a negociar con ellos y con los separatistas catalanes. En el seno del independentismo hay diversas facciones más o menos radicales que no están para negociaciones. Torra está entregado a las movilizaciones, que dice que no son violentas, aunque en el Parlament todos los grupos le pidieron la dimisión.

Quim Torra tardó tres días en expresar su rechazo a los altercados violentos ocurridos en Cataluña, arguyendo que "No podemos permitir que grupos de infiltrados y provocadores estropeen la imagen de los catalanes. No queremos provocaciones, no las toleraremos." Como si no fuese el responsable de impedirlos, dijo que "No se pueden permitir los incidentes que estamos viviendo. No hay razón ni justificación para la quema de coches ni lo que estamos viendo".

El president de la Generalitat se presentó en la Cámara con una nueva propuesta de referéndum de la que ni ERC ni tampoco JxCAT sabían nada. ERC no es partidaria de volver a la unilateralidad de 2017, de manera que Cataluña se precipita a un nuevo escenario electoral para sustituir a un president con pocos más apoyos que los de Matteo Salvini y Alternativa por Alemania. 

Ciudadanos no pudo derribar a Torra debido a la obstrucción del PSC a la moción de censura, por lo que sólo le queda coordinarse con los populares buscando reunir los votos de los catalanes decepcionados. Los sectores empresariales que temen la nueva recesión que está llegando prefieren encarar los riesgos económicos bajo un eje del bipartidismo y Ciudadanos. Fuentes de la CEOE señalaban que “vamos a empujar a favor de un acuerdo de Sánchez con Rivera después de unas elecciones generales en las que Ciudadanos va a tener un peor resultado, lo que va a cuestionar la estrategia de su líder y le va a obligar a entenderse con el PSOE”.

El montaje de marketing político que es Ciudadanos pretende conjugar ideas contrapuestas para definirse como "centrista", o sea, ni lo uno ni lo otro. La triste oferta electoral que nos presentan les permitirá ganarse un hueco en la socialdemocracia, en la que ninguno tiene un programa ni sabría cumplirlo como debe.



Ninguno de los líderes políticos españoles es un ideólogo, sino un simple bausán que delega en sus ayudantes y algún gurú la elaboración de las líneas de la política a seguir. Algunos, además, las someten a votación entre sus afiliados aparentando cierta democracia interna.

Como dice Sun Tzu en "El arte de la guerra", "El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, coraje y disciplina...Cuando uno tiene las cinco virtudes todas juntas, cada una correspondiente a su función, entonces uno puede ser un líder." El liderazgo se entiende como la capacidad de delegar, gestionar, promover y evaluar un proyecto dentro de la organización. En la partitocracia, el liderazgo entraña una distribución desigual del poder, porque los miembros del grupo se limitan a obedecer a un líder que tendrá la última palabra.

Los líderes han adquirido la facultad de dirigir por sus capacidades, o por maniobras propias de un estratega pero no necesariamente de un verdadero líder. Por ejemplo, algunos llegan a ser líderes carismáticos porque generan entusiasmo entre sus seguidores, pero creen más en sí mismos que en sus equipos y cuando fallan cae la organización entera. Otra clase de líder es aquel que hereda el poder por costumbre aceptada o que pertenece a una gran familia que ha tenido el poder desde hace generaciones, como ocurre en el bipartidismo.

El poder basado en la experiencia no cuenta ya. Como liberal y conservador, el ex-miembro fundador de Vox Alejo Vidal-Quadras ya está viejo para ejercer de guía y faro de referencia de la derecha.

Esta lamentable realidad hace que, por muy propicia que sea la ocasión para unas nuevas elecciones, los partidos carezcan de líderes que animen a los votantes. Aunque partidos como el de Errejón o Vox suban en la venidera convocatoria electoral, ninguno de los dos nos aportará un líder sino que darán su voto a los bloques del bipartidismo, lo mismo que Ciudadanos. A cambio de pactos, pero sin más exigencias que las que permitan sus escaños.