cuyo falso centro está en nosotros
este y oeste se confunden,
el sur se pierde entre la bruma
¿Quién no tiene un cachorro de mentira?
¿Quién no le da su fiesta acostumbrada,
su mínima mentira, sea gris o grandiosa,
y la lleva
donde los pájaros, las mariposas vuelan,
Y cuántos
celan la mentira del otro
mientras sin malicia los mira