GUZMAN1

domingo, 12 de junio de 2016

"Ruega a Dios por el mal señor, porque no venga otro peor."


El caudillo Rajoy nos promete más de lo mismo para la próxima legislatura. Nada de estimular la economía ni los servicios públicos que pronto dejarán de serlo con beneficio para quienes los privaticen.

Una legislatura en la que tanto se ha hablado y sabido sobre la amplísima corrupción, pese a las restriccciones de la "Ley Mordaza" y muchos silencios comprados a los medios de comunicación más conocidos. El PPSOE está hasta el mismísimo cuello de mordidas descubiertas y desvío de dineros públicos y privados a los bolsillos más que llenos de aquellos que nos obligan a callar y obedecer.

Hemos visto cómo desafían las leyes más estrictas con excusas que a nadie más se le aceptan. Puede que algún Juez decida aplicar los mismos atenuantes y circunstancias eximentes a alguno de los ciudadanos de a pie que caen bajo su jurisdicción y así seguir fingiendo que la Ley es igual para todos.

Como ya sabemos, no veremos pronto el final de las causas penales que afectan a los potentados, ni mucho menos la justa condena de alguno de ellos.



Otros cuatro años para vomitar, y con la economía pública de Estado y Comunidades Autónomas en el mismo camino de perdición que la mayoría de empresas privadas. Incluso la gran Banca da sustos a los inversores y eso tras llenar sus arcas de miles de millones que hasta un empresario cortito de entendederas sabría rentabilizar mucho mejor.

Pero nadie quiere arriesgar empezando por el Presidente Mariano el Cagao, que es quien dice que con él y unos años de paciencia vamos a vivir de maravilla. O sea, sin cambiar nada vamos a verlo cambiar todo. Es evidente que algún cambio sustancial es lo único que podría sacarnos de la vía muerta a la que nos encarrilaron Zapatero y su sucesor en el cargo: el maldito Mariano.


Como la desgracia nunca viene sola, el PSOE no se ha puesto manos a la obra de fulminar a los autores del desaguisado económico de las dos legislaturas previas a Rajoy. El CAMBIO del que tanto hablan es sólo de aspecto, porque los proyectos que podrían sacarnos del atolladero brillan por su ausencia en los huecos discursillos del aspirante Sánchez.

Los populares se limitan a esperar la ocasión de coaligarse con el PSOE y consumar el pacto de silencio sobre el reparto de los fondos ambiguamente denominados de la "corrupción", o lo que "no es de nadie" y "es de todos" según las voceras del PP Cospedal y Soraya S.S.

Esta es la gran jugada que el gobierno de Rajoy espera en pago de sus servicios a la Patria, y su altura de miras es la de alguien que se reparte con sus amigachos el fruto de muchos años de trabajo en menos de un lustro, y encima le echa la culpa a los demás. Algunos querríamos impedirlo, votando o callando, que es escasamente nuestro único recurso.

La búsqueda del aforamiento es para muchos una tabla de salvación porque ser señoría cuenta mucho para otra señoría. Un Juez puede prevaricar y omitir su deber de perseguir determinados delitos: está y siempre ha estado en el Código Penal.

La Fiscalía está obstruyendo la Ley impunemente y a la luz pública, gracias a una curiosa teoría jurídica que le permite hacer lo que le venga en gana sin incurrir en culpa ni delito. Suponiendo que un fiscal no pudiera ser acusado de prevaricar porque él no dicta resoluciones, puede ser cómplice o instigador de que el Juez las dicte, y como funcionario no puede incurrir en omisión de sus obligaciones.

La inmunidad de los acusados por corrupción pone en juego la propia credibilidad del aparato judicial. A unos se les exime y a otros se les condena, en función de quién se es. Pero el paseíllo por los Juzgados ya se ha asentado como sustituto de la Justicia para aquellos que están por encima de ella, y todos los días vemos alguno saludándonos a través de la televisión.


Si bien a Albert Rivera no se le conocen negocios sucios, no tiene las manos del todo limpias desde que participó en el contubernio nacido de las municipales. Entonces cedió ante los mismos que denunciaba y aunque Chaves y Griñán consiguieron por un tiempo salir de sus líos, ahora ya están a la espera de juicio.

¿Qué otras traiciones a la causa de la regeneración tienen pensadas en el partido "de la ciudadanía"? Supongo que en el fondo no depende de ellos sino del número de votos que les respalde, por lo que todo depende de que tengan muchos votos y que no tengan que pactar con implicados en la corrupción. O sea, un milagro de los que raramente ocurren.

Mira que me gusta poco cómo ha empezado Ciudadanos a desenvolverse en las instituciones, pero al menos existe un partido que ejerza de contrapeso a la izquierda populista. No es que estos tampoco sean populistas, pero por suerte son menos radicales.

Rivera y los suyos son de los que creen que una propuesta pesa más sobre el papel que lanzada al viento, y con dicha actitud ha firmado pactos y estipulaciones con sus aliados a la derecha y a la izquierda.

Rivera siguió a Felipe González y Rodríguez Zapatero en el fracasado intento de recuperar los fondos desviados a Venezuela. Igual que unos días dicen que es el dinero de todos los españoles (o, en su caso, de todos los catalanes), el pueblo de Venezuela también dice que es suyo y como allí mandan ellos, así será. Encima de robar en España, nuestros políticos ladrones esperan que, en las peores circunstancias, los venezolanos les vayan a dar en mano el dinero que tanto necesita dicho país sudamericano. Ya se cuidarán los jueces venezolanos juramentados al chavismo de barrer para su casa, como hacen sus homólogos españoles pensando en la subida de sueldo y las primas por productividad.

Con la cantidad de dinero español que hay en el extranjero, algunos no pueden extrañarse de que los inversores privados lo lleven a los mismos destinos que los gobernantes. Suiza y Panamá serán mejores custodios que el anhelante funcionariado venezolano.

 

La regeneración de la que hablan los Ciudadanos es cada día menos creíble. La pregonan mucho y sin tanta legitimidad como presumen de tener, porque primero los hechos y luego el discurso. No basta con no haber robado aún porque tampoco han tenido la oportunidad. Y de hablar sin derecho y sin intención de cumplir lo que se dice, más que nadie, está Pablo Iglesias al frente de una pandilla de charlatanes de feria titulados universitarios. Ya es algo.

La "democracia” que les sirve de argumento de todas sus reclamaciones consiste en denigrar cualquier otra idea que no se les haya ocurrido a las cabezas pensantes que dirigen sus círculos.

Desde la unidad del iquierdismo y para disimular su  desplome, se presenta Podemos para demostrar la fuerza electoral de su amalgama de votantes, cada uno de diferente tendencia. No les importa que les engañen, básicamente porque el voto de castigo es lo que mueve a buena parte de ellos.

La "nueva izquierda" que ya era vieja hace años ha salido a hacer la competencia a la izquierda vieja de hace siglos. Alarde de cinismo y contradicción para el votante del siglo XXI. Un partido con líder supremo al más puro estilo bananero, y es que algo se les habrá pegado cuando fueron a Sudamérica a tomar lecciones de cómo sujetar al pueblo.

Dar la nota, y apuntarse como tiernogalvanes a lo que diga la moda, parece ser una estrategia de marketing para unos partidos que están de acuerdo con romper moldes, pero sólo simbólicamente. Hacer la dura faena está pospuesto hasta nueva orden de la cúpula de camaradas jefe.

Como les suena alguna de las ocurrencias de Ernesto 'Che' Guevara, el núcleo de Podemos sabe que "Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia". O sea, que el aparato es el órgano encargado de la elaboración ideológica. Ni asambleas ni nada de nada, eso es un partido totalitario, de los que quieren empezar a dictar decretos como "okupas" del hemiciclo. Ningún mandatario aceptaría venderse a tantas exigencias como ponen estos saltimbanquis ideológicos que se precian de ser muchos y muy diferentes a lo que había. Así que ya veremos con quienes pactan si se cumplen sus expectativas.