GUZMAN1

viernes, 25 de noviembre de 2016

"EL AMASIJO", de EVARISTO CARRIEGO.


Dejó de castigarla, por fin cansado

de repetir el diario brutal ultraje,

que habrá de contar luego, felicitado,

en la rueda insolente del compadraje.



Hoy, como ayer, la causa del amasijo

es, acaso, la misma que le obligara

hace poco, a imponerse con un barbijo

que enrojeció un recuerdo sobre la cara.



Y se alejó escupiendo, rudo, insultante,

los vocablos más torpes del caló hediondo

que como una asquerosa náusea incesante

vomita la cloaca del bajo fondo.



En el cafetín crece la algarabía,

pues se está discutiendo lo sucedido,

y, contestando a todos, alguien porfía

que ese derecho tiene sólo el marido



Y en tanto que la pobre golpeada intenta

ocultar su sombría vergüenza huraña,

oye, desde su cuarto, que se comenta

como siempre en risueño coro la hazaña.



Y se cura llorando los moretones

lacras de dolor sobre su cuerpo enclenque

¡Que para eso tiene resignaciones

el animal que agoniza bajo el rebenque!



Mientras escucha sola, desesperada,

cómo gritan las otras rudas y tercas,

gozando de su bochorno de castigada,

¡Burlas tan de sus bocas! ¡Burlas tan puercas!