GUZMAN1

miércoles, 12 de septiembre de 2018

ARMAS PARA ARABIA


España vende cada año millones de euros en armamento a Arabia Saudí. Las ventas de material de defensa a este país están envueltas en polémica debido a que no es una democracia y que participa en la guerra de Yemen. Amnistía Internacional, Greenpeace, Oxfam Intermón y otras ONG han protestado por la venta de armas con el argumento de que en esa guerra hay víctimas civiles, como si no las hubiera en todas y se siguen exportando armas desde todos los países que las fabrican.

Arabia Saudí es el principal cliente de la industria de defensa española fuera de la OTAN y la Unión Europea. En concreto, España exportó al país 270,2 millones de euros en 2.017, por la compra de un avión de transporte, repuestos para aeronaves, drones, plataformas porta morteros, granadas de mortero, munición de artillería, equipos de detección y cámaras de infrarrojos.

El Parlamento Europeo envió una advertencia a los países miembros que comerciaban armas con el régimen saudí por la situación en Yemen. Sin embargo, una vez la propuesta de controlar la exportación de armas llegó al Congreso en 2017, se acabó bloqueando con el voto del PP, PSOE y Ciudadanos. El Gobierno argumentó entonces que la conexión entre Arabia Saudí y la guerra de Yemen no estaba probada, algo que ahora es insostenible.

La Ministra de Defensa paralizó la venta de bombas teledirigidas, iniciando un conflicto diplomático con el país árabe, que pone en peligro otras exportaciones armamentísticas, como los barcos de guerra que están encargados a Navantia y de los que dependen unos seis mil empleos.

La ministra Robles dijo que las dos cosas no tienen relación y que la venta de las bombas "está en fase de estudio", lo que no ha convencido a los trabajadores de Navantia, que anunciaron movilizaciones. El conflicto unió a árabes y astilleros contra Gobierno y ONG, sin un punto intermedio para una negociación.

El rey Felipe VI tiene estrechas relaciones con la monarquía saudí, relaciones fructíferas y apoyadas por empresas pertenecientes al Ibex 35, además de organismos como la CEOE y la Cámara de Comercio.

Si el Jefe de Estado de un país intermedia directamente en el tráfico de armas, es que se aparta del ejercicio de su función por negocios. Los miembros de la Casa Real poseen cuentas en Suiza, entre otras razones porque el secreto bancario de este país permite que allí se cierren la mayor parte de transacciones armamentísticas del mundo.

Si la opinión pública no se lo reprocha, es porque acepta las actividades comerciales y mediadoras de su monarca, todo y que preferentemente mira para sí mismo.

En territorio español se fabrican desde vehículos de combate hasta sistemas de artillería, pasando por armas ligeras y municiones. De cada contrato de compra para el Ejército español sale una sustanciosa comisión, que no se lleva nadie más que su máximo representante, al igual que ocurre con cada lote de armas que vende España al extranjero.

No se investiga por la misma razón de que no se investigasen las revelaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein sobre Juan Carlos: por la inviolabilidad del monarca y su práctica impunidad ante cualquier abuso que se permita llevar a cabo.

Está claro que ambas monarquías, la española y la saudí, están cortadas por un mismo patrón en lo que se refiere a su absolutista forma de conducirse. Sin explicarnos por qué, la ministra Robles ha dejado de bloquear la transacción para que veamos cómo los reyes se salen con la suya sin que nadie les moleste, uno con sus bombas y otro con su dinerito.