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jueves, 15 de noviembre de 2018

LAS ALTERNATIVAS AL PARTIDO POPULAR.


Ciudadanos se ha convertido en el coco de los populares por su potencial de arrebatarles votos en la centroderecha. Los ataques son continuos y pretenden ridiculizar al nuevo partido por su ambigüedad y su inexperiencia en gobernar. Eso no ha hecho mella en CS, que tras su éxito como primer partido en las últimas elecciones catalanas se va a lanzar a las elecciones andaluzas, y después a las europeas y las generales más que dispuesto a ser el enterrador de la hegemonía popular frente a las opciones izquierdistas.

Pero no son los únicos competidores del PP, ya que los votantes conservadores se están fijando en otra formación que representa sus valores, y que no es otra que Vox. Este partido está capitaneado por Santiago Abascal, salido en su día del entorno de los populares y partidario de una línea más conservadora que la que llevan sus antiguos correligionarios. Tampoco tienen experiencia de gobierno, pero sí de militancia en un partido que lo ha ejercido y ejerce en el ámbito estatal, autonómico y municipal.

De este modo, el PP se encuentra cercado por Ciudadanos desde el centro, y por Vox a la derecha, o "ultraderecha", que en realidad significa "más allá de la derecha".



Vox es un partido aparecido en 2.013 con el objetivo de «recoger el voto de la derecha desencantada con las políticas del PP». Se ha sabido atraer un gran número de simpatizantes tras presentar diversas querellas criminales contra políticos independentistas catalanes, y personarse como acusación particular contra ellos.

El partido se define a favor de una reforma constitucional que termine con el sistema de autonomías, así como a la ilegalización de los partidos independentistas. También apoyan la reducción del volumen de la Administración pública y piden la bajada de los impuestos.

Vox propone políticas a favor de la natalidad y en contra del aborto así como de la gestación subrogada. También están en contra de la ideología de género.

Quieren frenar la inmigración ilegal y la acogida de refugiados, así como rebatir la ideología multiculturalista que va unida a estas políticas. Creen que el multiculturalismo es el caballo de Troya de la islamización de Europa, y que lo fomentan políticos que no tienen que convivir con sus consecuencias en las calles.


Para ser realistas, tanto Ciudadanos como Vox tienen capacidad de robar preponderancia a los populares, pero no de gobernar sin contar con ellos. Los pactos para después de las elecciones dependerán, por supuesto, de sus resultados, pero parecen inevitables.

Contra lo que se enfrentan los tres es a la extrema izquierda y su imposición de un pensamiento único. Los que les acusan de ser de ultraderecha olvidan que defender hoy en día la Constitución es más bien la obligación de todo demócrata, por mucho que postulen cambios en la Carta Magna y la necesidad de actualizarla.

Además los únicos que amenazan e insultan llamándoles fascistas son los izquierdistas y los independentistas. Los populares cargan contra Vox y Ciudadanos invocando el voto útil, cuando en realidad votar al PP es tirar el voto a la basura y esperar resultados en vano.

Las alternativas al PP van a determinar en breve el futuro de los andaluces tras cuarenta años de gobiernos socialistas, solos o en coalición con el PCE/Izquierda Unida, y ahora seguramente con Podemos. Los únicos que les pueden frenar son los nuevos partidarios del cambio, porque los populares siguen buscando el voto del señorito, y con eso hacer desgaste desde la oposición. Ya vemos el resultado que ha dado hasta ahora esta cómoda actitud.