GUZMAN1

lunes, 23 de septiembre de 2024

"Aquí, con gran placer de su heredero", de Lope de Vega, "Porque dejaste el mundo de dolores", de Manuel Acuña, y "Se Murió El Avaro", de Federico Bermúdez y Ortega.



Aquí, con gran placer de su heredero,
un avariento miserable yace;
requïescat in bello, que no in pace,
pues no supo gozar de su dinero.

Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, sólo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.

Se murió el avaro, y en la estancia oscura
donde yace el cuerpo sobre el tosco alambre
de una cama pobre, alguien asegura
que el avaro triste ¡se murió de hambre...!

Nunca pensó llegar al fin postrero,
punto fatal del que a la vida nace;
mas ya las esperanzas satisface
que en largos años le negó primero.

Yo te vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
si la vida a los goces es ajena
mejor es el sepulcro que la vida.

Una pobre vieja misericordiosa,
presa de congojas y crueles martirios,
a todos advierte, triste y pesarosa,
que hace falta incienso y hacen falta cirios.

Todos los curiosos se van alejando
de la pobre vieja, mientras va quedando
el avaro a oscuras y sin oración.

Cuando al otro día fueron a enterrarlo
cuatro pordioseros, todos al mirarlo
pasar, ¡sonreían de satisfacción...!

¡Oh juventud lozana!, desperdicia
la plata, el oro con la arena iguala,
y en sus doblones pálidos te envicia;

lascivo con tus damas te regala,
véngate liberal de su avaricia,
y más que él lo guardó, consume y tala.