GUZMAN1

sábado, 29 de junio de 2024

"ROSA, NIÑA", de Juan Ramón Jiménez.


Todo el otoño, rosa,
es esa sola hoja tuya
que cae.
Niña, todo el dolor
es esa sola gota tuya
de sangre.



El Corán no hace referencia a la mutilación genital femenina, y según Mahoma, hay que cuidar a las niñas. Existen estados islámicos que respetan la ley islámica y no “cortan” a las niñas (por ejemplo, Arabia Saudí, Iraq, Irán, Siria, Marruecos, Libia…).

Es una práctica extendida entre musulmanes y cristianos egipcios. La extirpación parcial o total de los órganos genitales es una violación de los derechos humanos. Su práctica, a menudo en pésimas condiciones higiénicas, puede provocar hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e incluso la muerte.

La mutilación genital femenina, también llamada ablación del clítoris, es la extirpación parcial o total de tejido de los órganos genitales femeninos, particularmente del clítoris (clitoridectomía), con objetivo de eliminar el placer sexual en las mujeres, considerando razones culturales, religiosas o cualquier otro motivo no médico.

Esta práctica se considera una violación de los derechos humanos, que Naciones Unidas abordó como una prioridad entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcándose como referencia el año 2030 para acabar con esta práctica.



A pesar de que mecanismos internacionales establecen una edad mínima los 18 años para las uniones matrimoniales y de que existen leyes y normas sociales que lo prohíben, el matrimonio infantil sigue siendo una realidad.

Una práctica nociva que afecta, según Unicef, a 12 millones de niñas que son casadas cada año en el mundo. Según Naciones Unidas, un matrimonio infantil es aquel en el que uno o ambos cónyuges son menores de 18 años.

Esta es la edad que se utiliza para determinar el paso a la edad adulta. Sin embargo, en algunos países esta mayoría de edad se alcanza antes de los 18. El término “matrimonio precoz” se define como “los matrimonios en los que uno de los cónyuges es menor de 18 años en países en los que la mayoría de edad se alcanza más temprano o tras el matrimonio”.

El término “matrimonio forzado” hace referencia a las uniones matrimoniales donde uno o ambos cónyuges no dan su pleno y libre consentimiento, independientemente de la edad. El "matrimonio infantil" suele ser considerado una forma de matrimonio forzado, ya que no se cuenta con el consentimiento libre e informado de una o ninguna de las partes involucradas.

El matrimonio infantil está prohibido por varios acuerdos internacionales que protegen los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La Convención de los Derechos del Niño  recomienda que todos los países firmantes tengan una ley que fije en 18 años la edad mínima para contraer matrimonio.

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer recoge que no tendrá ningún efecto jurídico el matrimonio de niños y niñas, y que se adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de carácter legislativo, para fijar una edad mínima para el matrimonio y hacer obligatoria la inscripción del matrimonio en un registro oficial. 

Para contraer matrimonio en España la edad mínima es de 16 años conforme a la reforma del Código Civil operada por la Ley de Jurisdicción Voluntaria.

Aunque la mayoría de los países legisla a favor de una edad legal mínima para el matrimonio, esta a menudo no se aplica. Además, existen legislaciones nacionales que permiten a los menores de 18 años contraer matrimonio. También hay países que permiten “excepciones” con el consentimiento de los progenitores o en virtud del derecho religioso.

Muchas familias en situación de pobreza económica creen que el matrimonio es la mejor o la única opción para dar un futuro a sus hijas. Cuando las adolescentes tienen otras opciones, contraen matrimonio más tarde. La tendencia es que los cónyuges con los que son casadas las niñas obligadas a casarse son mucho más mayores que ellas.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es el pago de una dote. En los países en los que la familia de la novia paga una dote a la familia del novio, esa dote es menor en novias jóvenes, lo que hace que las familias casen a sus hijas a una edad temprana. Sin embargo, cuando es la familia del novio la que paga por la novia, los progenitores de las niñas con dificultades económicas ven en el matrimonio de sus hijas una fuente de ingresos.

Dicen que también es resultado de la desigualdad de género porque las discriminaciones que sufren las niñas impiden que decidan libremente en cuestiones que influyen en su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. 

En otras ocasiones las adolescentes embarazadas se ven obligadas a casarse porque sus familias consideran que un embarazo fuera del matrimonio es algo vergonzoso y que de esta forma protegen el supuesto honor de la familia.

Las causas del matrimonio infantil también las encontramos en las crisis humanitarias, donde aumenta el riesgo de que las niñas y adolescentes sean víctimas de matrimonio infantil. En estas situaciones los progenitores ven en el matrimonio una forma de proteger a sus hijas de la violencia sexual.

Lejos de lo que podamos pensar, se produce en todos los lugares del mundo, incluido países de Occidente como Estados Unidos. En países en vías de desarrollo, la pobreza económica es una de las principales causas de los matrimonios infantiles.

Es por eso que las cifras son más altas en África subsahariana, donde aproximadamente 4 de cada 10 jóvenes se casan antes de los 18 años, y el sur de Asia, donde se da en 3 de cada 10. A estas dos zonas les siguen América Latina y Caribe, Oriente Medio y África del Norte, Europa oriental y Asia central.

Las edades más frecuentes están en la franja entre los 15 y 17 años. Los matrimonios antes de los 15 se consideran “matrimonios muy precoces”. En algunas comunidades es habitual el matrimonio entre niñas y niños de edades similares.

Las niñas tienen más posibilidades de sufrir abuso sexual, violencia sexual y física por parte de su pareja, así como enfermedades de transmisión sexual. Sin olvidar que es frecuente que al matrimonio le siga un embarazo cuando aún no están ni física ni emocionalmente preparadas para ello, algo que aumenta las posibilidades de muerte materna y neonatal.

Según Unicef, sus expectativas económicas y de salud son peores que las de las niñas que no se casan. Además, tiene más probabilidades de tener que abandonar la escuela cuando los matrimonios se producen con menos de 15 años para ocuparse de las tareas del hogar y de su nueva familia. Los matrimonios infantiles perpetúan el ciclo de la falta de educación y la pobreza.

“Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado” es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030.