Por otro lado, los teléfonos móviles utilizados en la confección de las bombas fueron desbloqueados en el establecimiento Test Ayman, S.L., perteneciente a un policía de origen sirio, Ayman Maussili Kalagi, que también era el guardaespaldas de Garzón y colaboró junto con García Castaño, alias "El Gordo", socio de Villarejo.
Los arrestos de otras cinco personas presuntamente implicadas en los atentados del 11 de marzo se produjeron entre la tarde del día 24 y la madrugada del 25, tras localizarse a los sospechosos mediante el cruce de los números de teléfono de anteriores detenidos.
Los detenidos eran: el marroquí Fouad El Morabit Anghar, de 28 años; y Baset Ghayoun, de nacionalidad siria y de 25 años, detenidos en Ugena, Toledo, pero residentes en el barrio madrileño de la Concepción; los primos Said y Hamid Ahmidam, arrestados el día 25 en Madrid, en el distrito de Usera; y el español de origen sirio Almallah Dabas Mouhammad, detenido también en Madrid, en el distrito de San Blas, en cuyo domicilio se incautaron de numerosa documentación, cintas de audio y vídeo, agendas, libros, facturas y otros materiales.
El 29.03.2004 el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo dejó en libertad a Said Ahmidam, Fouad El Morabit Anghar y al español de origen sirio Almallah Dabas Mouhammad.
Al día siguiente, la Policía detiene en Madrid a los mencionados sirios Walid Altaraki Almasri y Mohamad Badr Ddin Akkab, cuyas huellas fueron encontradas en la vivienda de Morata de Tajuña, de cuya compraventa y sucesivos alquileres fueron mediadores, pese a lo cual el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo los dejó en libertad.
El sirio Basel Ghalyoun, condenado por la Audiencia Nacional a doce años de prisión por su supuesta implicación en los atentados del 11-M de Madrid, después fue absuelto por el Tribunal Supremo y expulsado a Siria. Albañil de profesión, los servicios de información de la Policía Nacional le ubicaban en el círculo más próximo a Rabei Osman, más conocido como El Egipcio, presunto autor intelectual de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Convivió en Madrid con 'El Tunecino', y salió de España pocos días antes de la masacre.
El 7 de diciembre de 2004 fue extraditado temporalmente a España desde Italia donde estaba pendiente de juicio, y reenviado a Italia el 18 de abril de 2005, en donde fue condenado a 10 años por pertenencia a banda armada. A Rabei Osman El Sayed "Mohamed El Egipcio", se le interceptó una llamada en Italia el mismo día de los atentados de Madrid en la que reconocía que "fue todo una idea mía". Sin embargo, se demostró que los intérpretes italianos habían falseado la traducción de lo que realmente dijo.
Tras los correspondientes recursos, el Tribunal Supremo absolvió en 2008 al Egipcio y a Ghalyoun por falta de pruebas suficientes. A los pocos días, bajo el argumento de que no tenía los papeles en regla, Ghalyoun fue deportado a su Siria natal donde fue detenido por el régimen de Bachar al Asad nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Damasco. Sólo se le permitió hacer una llamada a su familia para avisarles de que no iba a reunirse con ellos, como habían convenido, tras lo cual fue incomunicado.
En Siria se respiraba un ambiente prebélico. Las manifestaciones daban paso a las protestas; las protestas, a las revueltas. Bachar al Asad atravesaba sus momentos más críticos y su debilidad se manifestaba en la pérdida de apoyos en la comunidad internacional.
Estalla la guerra y Basel Ghalyoun se implicó en un negocio relacionado con la asistencia sanitaria. El rastro de Basel Ghalyoun se extingue en Siria. El entorno de Ghalyoun comentó en espacios públicos que éste había muerto a causa de una bomba que estalló a su paso.
Pero el más intrigante terrorista sirio es Mustafa bin Abd al-Qadir Sitt Maryam Nasar, sospechoso de pertenecer a Al Qaeda. Obtuvo la nacionalidad española desde que en los 80 se casara con una española. Se le busca en España por el atentado con bomba en el Restaurante El Descanso en 1985 y como testigo relacionado3 con los atentados del 11 de marzo de 2004.
Setmarian es pelirrojo, de ojos verdes y tez clara. Nació y creció en Alepo (Siria), y estudió 4 años en el departamento de ingeniería mecánica de la Universidad de Alepo. En 1980 ingresa en la organización islamista Vanguardia Combatiente, rama siria de los Hermanos Musulmanes. Esta organización fue la punta de lanza del levantamiento armado contra Hafez Al Assad. Naser tuvo que abandonar Siria a finales de 1980 e ingresó en los Hermanos musulmanes en el exilio, recibiendo entrenamiento en sus bases y refugio seguro en Irak y Jordania.
«Abu Musab», siempre huyendo del régimen sirio que le perseguía por su relación con los Hermanos Musulmanes, llegó a ser lugarteniente de Osama Ben Laden, con el que terminó discrepando.
En 1987, Setmarian y un pequeño grupo de sirios abandonaron España para dirigirse a Peshawar (Pakistán), donde fue reclutado como entrenador militar en los campos de yihadistas árabes, y también luchó en el frente contra la Unión Soviética en Afganistán y el régimen comunista títere de Kabul después de la retirada soviética en 1988.
Setmarian conoció a Osama bin Laden en Peshawar y se cree que ha sido amigo íntimo y colaborador suyo hasta aproximadamente 1991, momento en que Setmarian vuelve a España. Entre 1985 y 1995 Setmarian Naser se estableció su residencia en España, a pesar de lo cual viajó constantemente y pasó mucho tiempo en Afganistán. Se casó con la española Elena Moreno en 1987, que se convirtió al islam y tuvieron cuatro hijos.
Entre sus colaboradores destacan Abu Dahdah, del que ya se ha hablado. Durante un tiempo Setmarian publicó la revista Al-Ansar, la más importante publicación yihadista por aquel entonces, claramente vinculada al Grupo Islámico Armado argelino.
En 1997, Setmarian fundó una compañía de medios de comunicación llamada Islamic Conflict Studies Bureau junto a Mohamed Bahaiah. A través de esta agencia de prensa facilitó exclusivas relacionadas con el yihadismo, en particular la famosa entrevista de a Bin Laden por el periodista Peter Bergen para la CNN en marzo de 1997.
En 1999 fundó una agencia de prensa e investigación islámica en Kabul y en 2000 se le autorizó a abrir su propio campo de instrucción de yihadistas, el campo de entrenamiento de Al Ghuraba, ubicado en Kargha, cerca de Kabul. El campo de Setmarian dependía formalmente del ministerio de defensa afgano controlado por los talibanes. Debido a sus numerosos escritos sobre temas de actualidad política y estratégica y su experiencia en la guerra de guerrillas, Setmarian fue un profesor con éxito y obtuvo reconocimiento como asesor no oficial de diversos grupos yihadistas en Afganistán, pero su red de contactos era mucho más amplia, incluyendo organizaciones yihadistas de Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Siria, Líbano, el Kurdistán iraquí, Arabia Saudí, Yemen, Uzbekistán, y otros lugares.
Estaba distanciado de Al Qaeda, desde una carta de siete páginas escrita a mediados de 1998, en la que criticó duramente a Bin Laden por el desprecio que había mostrado respecto del gobierno Talibán en Afganistán, incluido el Mulá Omar. Es también muy crítico con sus estrategias, especialmente con los ataques a las embajadas de EE. UU. en África oriental, y el ataque del 11 de septiembre a las torres gemelas, de que dice que puso un fin catastrófico a la causa de la Yihad.
En septiembre de 2003 el magistrado español Baltasar Garzón acusó a 35 integrantes de la célula de Al Qaeda en Madrid por su papel en los ataques del 11 de septiembre. Setmarian estaba entre ellos. En noviembre de 2004 el Departamento de Estado de los EE. UU. incluyó a Setmarian entre el grupo de terroristas más buscados y ofreció una recompensa de 5 millones de dólares a quien diese informaciones fiables acerca de su paradero.
A finales de 2004, unos meses después de los atentados de Madrid, Setmarian difunde «Llamada a la Resistencia Islámica Global», 1.600 páginas en las que marca las pautas del futuro del terrorismo islamista, enterrando las estructuras piramidales y apostando por la «yihad individual». En esa obra ensalza el 11-M como paradigma de «operación de disuasión» capaz de «derrocar a un Gobierno» y forzarle a retirar las tropas de Irak «sólo a costa de un pequeño grupo de mártires y de cautivos».
Baltasar Garzón pidió el 14 de abril de 2009 información a las autoridades del Reino Unido, Estados Unidos, Pakistán, Siria y Afganistán. El informe declaró que funcionarios estadounidenses habían confirmado que Setmarian fue detenido por los pakistaníes el 31 de octubre de 2005 o en noviembre de 2005, y transferido a autoridades estadounidenses aproximadamente un mes después.
Numerosas informaciones hablan de que Setmarian fue uno de los prisioneros fantasma detenidos en la isla de Diego García, pero no se encontraba entre los 14 sospechosos de máxima peligrosidad transferidos al penal de Guantánamo a finales de 2006, de modo que se supone que Naser fue trasferido a las autoridades de Siria, donde estaba en busca y captura. Habría sido puesto en libertad en 2011 en Siria, en una de cuyas prisiones permanecía recluido.
Tras la fundación del Estado Islámico, en 2014, se pasó a esta banda yihadista, y expertos antiterroristas apuntan la posibilidad de que Setmarian hubiera sido detenido en algún momento de la ofensiva que la coalición internacional desplegó para derrotar territorialmente al ISIS (Estado Islámico, Daesh). Páginas yihadistas anuncian ahora que está “cautivo” y no dan más detalles.
Sin embargo, Villarejo omite toda mención a la pista siria y defiende que los franceses habrían apoyado a Marruecos en la realización de los asesinatos del 11M, por las tensiones territoriales con España y para mantener su posición dominante en el Magreb. Marruecos es el principal receptor de inversiones francesas en el continente africano, y Francia sigue siendo, con diferencia, el primer inversor extranjero directo, el primer socio comercial y el primer acreedor de Marruecos.
La inversión extranjera directa francesa está presente en todos los sectores de la Economía marroquí, incluida la compañía aérea nacional, Royal Air Maroc, y la red ferroviaria nacional. Los marroquíes también invierten en Francia; por ejemplo, la Real Fuerza Aérea Marroquí depende de las tecnologías aeronáuticas francesas. Más de 750 filiales de empresas francesas -como Orange, Total y Lydec- están presentes en Marruecos y emplean a unas 80.000 personas.
Como primer socio comercial del reino, Francia se beneficia de la falta de reservas energéticas y de seguridad alimentaria de Marruecos, lo que crea una dependencia constante del comercio exterior y un permanente déficit comercial en Marruecos.
Marruecos también importa educación de Francia. En la actualidad, las escuelas francesas, en las que el francés es la lengua de enseñanza y el árabe sólo se enseña como segunda lengua, siguen teniendo una presencia importante en Marruecos. Las escuelas están certificadas por la Agencia para la Enseñanza Francesa en el Extranjero, y administradas por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, y el alumnado suele estar compuesto por hijos de las clases elitistas y acomodadas de Marruecos. Estas escuelas suelen estar situadas en grandes ciudades como Casablanca, Rabat, Fes, Marrakech, Meknes, y Oujda.
Francia es el primer destino de los estudiantes marroquíes que salen del país para estudiar en el extranjero, ya que acoge al 57,7 % de todos los marroquíes que estudian fuera de Marruecos. Los estudiantes marroquíes también representan el grupo más numeroso de estudiantes extranjeros en Francia, con un 11,7 % de todos los estudiantes internacionales en universidades de Francia, según un estudio de la UNESCO de 2015.
También hay que considerar que Francia siempre ha sido reacia a colaborar con España contra ETA. Pero en Diciembre de 2003, Francia descabezaba la cúpula militar de ETA y Europol indica que la banda se encontraba en una situación difícil, sin dirección de su aparato militar.
Pese a ello, y quizás a la desesperada, en Nochebuena, dos terroristas pretendían estallar 50 kg de explosivos, divididos en 2 artefactos, en el tren Intercity Irún-Madrid al llegar a Chamartín. El temporizador de la bomba que los terroristas lograron introducir en el tren fijaba algo más de 30 minutos después de la hora prevista para la llegada del convoy, cuando el tren estuviera detenido en el andén de la estación.
Los planes de la banda se fueron al traste cuando la Policía detuvo en San Sebastián a Garikoitz Arruarte, quien portaba en un carro de equipajes una maleta que contenía 28 kilos de titadine, un cordón detonante, un temporizador, una pistola, una peluca y un billete para el tren San Sebastián-Madrid que salía de la capital guipuzcoana a las 8.30 de la mañana y llegaba a Madrid a la 15.12 horas.
Este dato hizo sospechar a la policía de que ese tren podía haber sido objetivo terrorista. Por esta razón, el convoy fue detenido a las 11.30 horas cuando circulaba cerca de Burgos. Allí se procedió a la evacuación de los pasajeros y a la localización y desactivación de un segundo paquete bomba con más de 20 kilos de titadine reforzado con un temporizador programado para estallar a las 15.55 horas, colocada en el portaequipajes de uno de los vagones por el otro etarra, Gorka Loran, quien fue detenido poco después en la localidad guipuzcoana de Hernani.
Juan Jesús Sánchez Manzano recibe la medalla roja al mérito policial por la desactivación de la maleta-bomba que ETA consiguió colocar en el tren. Este policía, procedente de los grupos de información del CNI, tendría un gran protagonismo el 11-M.
En febrero de 2004, el CNI difunde que ETA ya está preparada para utilizar móviles en sus próximos atentados. El 8 de Marzo, el ministro del Interior Acebes avisa personalmente a diversos periodistas líderes de opinión, de que temen un atentado de ETA. Dos días después, ETA reparte panfletos en el casco viejo de San Sebastián instando a boicotear a RENFE.
Francisco José Vázquez, coronel de la Guardia Civil, formaba parte de una importante operación en Francia contra ETA el 12. Estaban vigilando al dirigente del aparato de logística de la banda terrorista, quien era el que tenía que facilitar los explosivos a los terroristas para cometer un atentado, y el primero que dudó de que ETA hubiera sido la autora de esos ataques. "ETA había demostrado su interés por cometer un gran atentado en Madrid, pero era muy difícil pensar que ETA en el año 2004 cometiese un atentado de esa magnitud sin haberlo anunciado o haber hecho alguna llamada de reivindicación, porque entendíamos que la ETA del año 2004 no estaba en disposición de querer cometer un atentado de esas características. Yo creo que la ETA de ese momento no tenía voluntad de cometer una acción de esas características. La ETA del año 2004 tenía capacidad más que suficiente para acometer ese atentado o incluso uno peor."
El 11M, a las 08:15 horas, a la media hora de las 10 explosiones, se comprueba que todos los etarras que están siendo estrechamente vigilados para la macro operación del 12M (la captura de toda la cúpula de ETA y de prácticamente todos sus comandos operativos conocidos) no han participado en la masacre.
Sarkozy abandona su Ministerio del Interior en marzo de 2004 y fue premiado en 2011 por el rey Juan Carlos I con el título de Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro.
Un grupo especial del Ministerio del Interior, dirigido por el comisario general de Policía Judicial, Enrique de Federico, investigó durante meses al juez Baltasar Garzón y a varios de sus colaboradores policiales, que habían participado en la detención de Monzer Al Kassar, atribuyéndoles relaciones con una organización de narcotraficantes.El operativo de seguimiento y control de Garzón y sus colaboradores fue puesto en marcha a mediados de septiembre de 1994, antes de que estallara el «caso GAL», y participaron 20 inspectores trasladados a Madrid desde Zaragoza y Barcelona, coordinados por el comisario Carlos Rubio. El inicio de las investigaciones sobre Garzón y sus colaboradores policiales se remonta a la fecha del «caso Al Kassar».
Tras su detención en junio de 1992, el comerciante de armas sirio se quejó de que había sido objeto de un complot dirigido por el comisario Alberto Elías, ya fallecido, y su equipo de la Brigada de Interior.
Al Kassar, que mantenía que su detención se debía a un montaje de algunos policías corruptos, contrató los servicios del detective José Villarejo para que investigara al grupo que lo había llevado a la cárcel. Villarejo que, aparentemente había dejado la Policía en agosto de 1983 pero que seguía en la nómina de Interior, recibió permiso de sus superiores, y al cabo de unos meses, Villarejo elaboró un informe para el comisario general De Federico en el que asegura que «un grupo de policías, de confidentcs e importantes narcos se organizan para corromper y controlar a determinados jueces, políticos, empresarios, periodistas y policías».
Tras varias semanas de pesquisas, la Policía entregó un extenso informe en el Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid que decidió abrir las diligencias 7.214, que fueron declaradas secretas. El dossier recogía testimonios de algunas mujeres presuntamente implicadas en la red de narcotraficantes que, según los agentes policiales, habían participado en orgías con el juez Garzón.
El comisario general de Policía Judicial, Enrique de Federico, tras consultar al director general de la Policía, Angel Olivares, al subdirector operativo, Miguel Angel Alonso, decide abrir una investigación a partir de los datos facilitados por Villarejo, que entrega sus informes al comisario Rubio y se retira de la investigación.
José Villarejo, que fue suspendido de empleo y sueldo por organizar a finales de los setenta una huelga policial salvaje, convocada desde la Asociación Profesional de la Policía, en la que ocupaba el cargo de secretario general, fue contratado por el sirio Monzer Al Kassar porque había trabajado para la agencia norteamericana Kroll en la investigación de las cuentas de Sadam Hussein en España y había elaborado algunos informes contra Javier de la Rosa por encargo del gobierno de Kuwait. El detective también recibió el encargo de Julián Sancristóbal y Luis Roldán para que participara en la confección del «informe Crillon» sobre Mario Conde, pero no llegó a un acuerdo porque el exdirector general de la Guardia Civil quería que le facturara una minuta de 190 millones de pesetas, pero que él sólo cobrara 30 millones.
La decisión del director de la Policía, Angel Olivares, de apartar de sus destinos a tres cualificados inspectores jefes, confirma que Interior elaboró durante 1994 y 1995 un informe secreto en el que figuran datos sobre la vida privada de jueccs, políticos de la oposición, periodistas y empresarios. El cese de Villarejo, con el de otros dos policías, se produjo a raíz de que EL MUNDO desvelara la existencia del denominado «informe Veritas» sobre la vida privada del juez Garzón, realizado con el conocimiento del director de la Policía, Angel Olivares; el subdirector, Miguel Angel Alonso y el comisario general de Policia Judicial, Enrique de Federico.