GUZMAN1

sábado, 11 de mayo de 2024

"PRÓLOGO II", de Rubén Darío.



Juntos hemos visto el mal

y en el mundano bullicio,

cómo para cada vicio,

se eleva un arco triunfal.

Vimos perlas en el lodo,

burla y baldón a destajo,

el delito por debajo

y la hipocresía en todo.

Bondad y hombría de bien,

como en el mar las espumas,

y palomas con las plumas

recortadas a cercén.

Mucho tigre carnicero,

bien enguantadas las uñas,

y muchísimas garduñas

con máscaras de cordero.

La poesía con anemia,

con tisis el ideal

bajo la capa el puñal

y en la boca la blasfemia.

La envidia, que desenrosca

su cuerpo y muerde con maña;

y en la tela de la araña

a cada paso la mosca...

¿Eres artista? te afeo.

¿Vales algo? te critico.

Te aborrezco si eres rico,

y si pobre te apedreo.

Y de la honra haciendo el robo

e hiriendo cuanto se ve,

sale cierto lo de que

el hombre del hombre es lobo.



Aunque haya prescrito, seguiré dándole vueltas al 11M aunque tenga que barajar las hipótesis menos fiables, como la que divulga el ex comisario José Manuel Villarejo, a quien no le cuadra que lo monten los servicios de inteligencia franceses y marroquíes y nosotros ponemos los explosivos.

La posibilidad de que los servicios secretos de Francia y Marruecos estuvieran detrás de los atentados terroristas del 11-M fue debatida en diciembre de 2009 por altos mandos policiales de la etapa de Rubalcaba, según un audio de Villarejo publicado en: https://www.moncloa.com/2019/03/11/marroquies-franceses-11-m-11402/ durante una cena con Juan Antonio González, por aquel entonces comisario general de la Policía Judicial; José Luis Olivera, que dirigía la Unidad de Delincuencia Económica (UDEF); Eloy Quirós, máximo responsable de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) en aquel momento. En la Policía Nacional, los cargos de máxima responsabilidad son de confianza. Eso quiere decir que cuando hay cambio de Gobierno es habitual que también haya cambios en la cúpula.

Tanto Olivera como Villarejo se centraron en la mochila de Vallecas que no explotó y que, en opinión del segundo, era una pista que dejaron ad hoc para atrapar «a los malos» ya que no podía explotar, lo que no se debió a un fallo logístico de los terroristas, en opinión de ambos comisarios, sino que alguien a propósito dejó esa pista.

Villarejo expuso que fueron los servicios secretos marroquíes, «con apoyo de los franceses», los que estuvieron detrás del acto terrorista. Lejos de desmentirle en ese momento, el comisario general de la Policía Judicial afirmó tajantemente que: «Estaban detrás».

Asimismo, el excomisario advierte que parte de los explosivos que ese día se colocaron en los trenes de cercanías procedían de un arsenal que la Guardia Civil había incautado a ETA, el cual terminó en manos de los terroristas por una fallida entrega controlada que realizó la Benemérita.

Zouhier, condenado por el 11M, según publicó LA RAZÓN, aseguraba desde Marruecos, ya en libertad tras diez años de prisión por poner en contacto a la célula yihadista del 11M con la trama asturiana que facilitó los explosivos y ser expulsado a Marruecos, donde cumplió una nueva condena por tráfico de drogas, que avisó de la venta de los explosivos:

"Me arrepiento de no haber detenido a Trashorras yo mismo sin confiar en que la Benemérita hiciese su trabajo. Con veinte años, después de decirme que está todo controlado, confíe en que así era. Al final me di cuenta de que no era así y me arrepiento de no haberle detenido yo personalmente."

"Al denunciar en su día los explosivos a la Benemérita, pensaba que no se iban a utilizar para hacer el bien. Pero está claro también que si denuncias una y otra vez durante todo el año 2003, meses antes de que pasara la masacre, que los explosivos se van a vender, confías en que se detenga esa venta de explosivos. Yo era un delincuente, un vendedor de hachís y no quería que pasara nada, porque eso afecta a mi negocio, a la alarma social y a la gente, porque se matan inocentes. Está claro que no hacía falta."

Rafa Zouhier niega que pusiera en contacto a "El Chino" con Trashorras (quien sigue sosteniendo que todo estaba controlado por la Guardia Civil):

"Sí, porque se conocían de antes. Estuve en las dos reuniones para hablar de la deuda entre ellos. Pero le digo una cosa para la historia y las nuevas generaciones: «el Chino» no tenía ningún signo de radicalización. No tenía barba, hablaba normal, un tío taleguero. Un tío que vende hachís y quiere cobrarlo. Eso para mí no es radical. Que después se convierta o haya hecho lo que hizo, eso es otra cosa. Si no se dieron cuenta de su radicalización ni los servicios secretos, ¿cómo voy a darme cuenta yo? No había signos de radicalismo en él, y si los había los tenía bien escondidos."

Emilio Trashorras afirmó que la policía le había pedido que inventara el episodio según el cual fue él quien proporcionó los explosivos al Chino. Este testigo pensaba que gozaría de la condición de testigo protegido y que no tendría más problemas con la justicia.

Rafa Zouhier, según dice: "No tenía ni idea de que los explosivos que había denunciado eran los mismos que explotaron en Atocha."
"No hablé de «el Chino» ni de ningún traficante porque no me considero un chivato. Para mí, era un traficante y la prueba de que vendía hachís a la trama de Asturias son los niños que transportaban ese hachís desde Asturias hasta Madrid. Está claro que entre ellos hay una deuda de hachís y por eso no avisé."

El 31 de octubre de 2007 el tribunal que juzgó la matanza del 11-M dio a conocer la sentencia en la que quedó probado que los explosivos que estallaron en Leganés en abril de 2004, procedían de Mina Conchita, en Asturias.

Un dictamen del peculiar sumario pormenoriza cómo se obtuvieron y trasladaron los explosivos de la citada mina a Madrid, así como los individuos que participaron en estos hechos, José Emilio Suárez Trashorras, condenado por facilitar los explosivos con los que se cometieron los atentados a Jamal Ahmidan, alias El Chino, Mohamed Oulad Akcha y Abdennabi Kounjaa, quienes participan en la sustracción y traslado de los explosivos, Antonio Toro por tráfico de explosivos y el entonces menor Gabriel Montoya Vidal por transportar parte de los detonantes a la capital española.

Federico Jiménez Losantos: "Se ha condenado a un moro porque había que condenar a alguien para que pareciera vagamente islamista (...) Y luego hubo una explosión en Leganés donde dicen que murieron siete personas, había ocho, que eran los asesinos (...)".

El marroquí Abdelmajid Bouchar, "El Gamo", se fugó del piso de Leganés, de donde presuntamente huyó corriendo del cerco policial. La Sentencia del juicio del 11-M le declaró culpable de pertenencia a organización terrorista y tenencia de explosivos, siendo condenado por estos delitos a 18 años de prisión.

Los atentados de Madrid abrieron un nuevo panorama en torno a la situación interna de Marruecos y al papel de la monarquía a través del liderazgo religioso del rey como “comendador de los creyentes”. Las últimas investigaciones oficiales señalaron a una formación denominada Grupo Islámico Combatiente Marroquí, vinculada también a los atentados de Casablanca perpetrados en 2003.

De creer las afirmaciones de Villarejo, las Brigadas Abu Hafs al Masri, que están vinculadas a Al Qaeda, y por tanto a la CIA, el grupo terrorista que reivindicó inicialmente el 11M,  negó más tarde su implicación y acabó confesando al servicio de inteligencia sirio que recibió un pago para atribuirse la matanza.

El 29 11 2003, 7 agentes del CNI mueren en una emboscada al sur de Bagdad. Un equipo de Skynews grabó escenas. La vía por la que transitaban estaba asegurada por las fuerzas de la coalición, y un agente del CNI se salva gracias a un clérigo iraquí a sueldo del MI6. Su misión era indagar sobre las supuestas armas de destrucción masiva del régimen iraquí, un asunto extremadamente inconveniente para el Presidente de los USA, y quizás un motivo.

El 22 de Marzo de 2004  detienen en Irak al intérprete Al Mayali, como cooperador necesario para asesinar a los 7 agentes del CNI: No se informa a la AN, la cual lleva la instrucción judicial por los asesinatos. Al Mayali probablemente estaba siendo utilizado como chivo expiatorio de unos asesinatos responsabilidad de la propia coalición.

En Junio Bono sorprende al Congreso al anunciar la retirada de todos los agentes del CNI de Irak. La retirada de las escasas tropas españolas por Zapatero también alivió, más que perjudicar, a los mandos de la CIA y del ejército usano.

La autoría intelectual de los atentados terroristas del 11-M en Madrid es uno de los puntos sin esclarecer en las sentencias de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo. Pedro J. Ramírez: “La sentencia no dice ni quién ni cuándo ni cómo ni dónde se decidió que se cometieran los atentados de Madrid”.

El 13.03.2004, agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron por la tarde en el barrio de Lavapiés (Madrid) a tres marroquíes y dos indios, siguiendo la pista a la tarjeta prepago del teléfono móvil que fue encontrado en la bolsa bomba hallada en la estación de El Pozo.

Los tres marroquíes que fueron detenidos eran Jamal Zougam, nacido en Tánger el 5 de octubre de 1973; Mohamed Bekkali Boutaliha, nacido el 5 de junio de 1972 en Tetuán, mecánico de profesión; y Mohamed Cahoui, nacido el 26 de junio de 1969 en Tánger y obrero. 

Los tres marroquíes, que tenían regularizada su situación en España, estarían vinculados con la célula de Abu Dahdah, según señalaron el Ministerio del Interior de Marruecos y el de Francia.

Jamal Zougam fue investigado por la Policía en 2001 a petición de Marruecos. Así consta en el auto de procesamiento dictado por el juez Baltasar Garzón en 2003 contra la red española de Al Qaeda, y en el que el juez revela que Zougam llegó a Madrid en el 2001. Garzón recoge una intervención telefónica que le fue interceptada a Imad Eddin Barakat “Abu Dahdah”, detenido el 13 de noviembre de 2001 en el marco de la “Operación Dátil” y considerado por el juez como el cabecilla de la red Al Qaeda en España. En esa conversación, Zougam explica a “Abu Dahdah”, y que se alojaba en la casa de Abedelaziz Benyaich, hermano de Salaheddin, uno de los arrestados en Marruecos por el atentado de Casablanca el 16 de mayo de 2003 que costó la vida a 45 personas.

En el marco de aquella operación, la Policía halló en el domicilio de Jamal Zougam, unos papeles en los que aparecían anotados los números de teléfono móvil de Amer Azizi, Said Chedadi, Abdalrahman Alarnaot Abujaljer, miembros de la célula dirigida por “Abu Dahdah”, y también el número de Mohamed Maherhalak. En 2003 las autoridades de Rabat dictaron una orden de busca y captura contra Jamal Zougam, al que calificaban de “terrorista activo”.

El nombre de Zougam aparece también en un sumario abierto en Francia contra las “redes afganas” de Al Qaeda, por haber mantenido en 1998 una entrevista en una mezquita madrileña con uno de los supuestos miembros de estas redes, David Courtailler, un francés convertido al Islam y presunto terrorista que preparaba un atentado en algún punto indeterminado de Europa.

Otro de los detenidos, Mohamed Chaoui, hermanastro de Zougam, aparece citado en las escuchas realizadas en agosto de 2001 entre Abdulak al Magrebi y “Abu Dahdah”, en la que el primero afirmaba: “hay que ponerse en relación con Jamal y con su hermano Mohamed Chaoui de Tánger”. A continuación, añadía que “voy a ir a Tánger porque son parientes de Said Chedadi”, cuyo número de teléfono apareció en el domicilio de Zougam y que fue detenido en noviembre de 2001 por orden de Garzón por su presunta pertenencia a la citada célula de la organización terrorista.

Por su parte los dos ciudadanos indios Vinay Kohly y Suresh Kumar quedaron en libertad sin fianza, con la obligación de comparecer semanalmente en el Juzgado y de comunicar su cambio de domicilio.

El 17.06.2004 el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó la puesta en libertad sin fianza de Mohamed Chaoui y Mohamed Bekkali, imputados en el sumario del 11-M. El juez Del Olmo les impuso la obligación de presentarse semanalmente en el juzgado, así como fijar un domicilio y un número de teléfono. También les fue retirado el pasaporte, y prohibido abandonar el país.

El 20.08.2004 el imán Abdelkrim Beghadali y Safwan Sabagh, un individuo de nacionalidad siria de 40 años que responde al sobrenombre de “Abu Ubaida”, fueron detenidos por la Policía por su posible implicación en los atentados del 11 de marzo en Madrid, después de haberse comprobado que las huellas de ambos aparecen en un libro recuperado entre los escombros del piso de Leganés.

El 26.08.2004 el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo dejó en libertad provisional al ciudadano sirio Safwan Sabagh, con la obligación de comparecer semanalmente en el Juzgado más próximo a su domicilio y la prohibición de salir de territorio nacional sin comunicarlo, por falta de pruebas respecto a su posible implicación en el 11-M.

Mandos policiales de la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba atribuyeron un conocimiento previo de las bombas a los servicios secretos franceses y marroquíes en una operación de inteligencia llevada a cabo desde Siria que podría conectar con la figura del yihadista marroquí Amer Azizi, apodado Otman Al Andalusi o Abu Jaafar al Magrebi, y abatido por la CIA en Pakistán en 2005.

Esta línea de investigación vinculada a Siria, que no quedó reflejada en el sumario, fue analizada por José Manuel Villarejo, adjunto a la Dirección Adjunta Operativa de la Policía y el traficante de armas sirio Monzer al Kassar, quien por aquel entonces vivía en Marbella y era confidente del comisario.

La primera vez que la pista siria salió a la luz fue en 2011 en una entrevista de Al Kassar en El Mundo. En ella, desveló que Villarejo le pidió ayuda para investigar las conexiones que tuvieron los terroristas del 11-M con países de Oriente Próximo. El comisario rastreó, en concreto, las comunicaciones de los sirios Basel Ghayoun y Mouhhannad Almallah Dabas desde su país en los días previos.

Villarejo viajó al Líbano poco después del 11-M, a una zona controlada por Hizbolá, en busca de un listado de llamadas que se habían hecho desde una cabina de teléfono de la vecina Siria. Allí se encontró otra sorpresa. «Hablo con el general, que es amiguete y me dice: ‘Han venido los franceses y han cogido con las tijeras y han dicho, esto no se los des, esto se lo das, esto se lo das’. ¡Los franceses! Y yo se lo dije al tonto de ‘Teleférico’, que es tonto, y que, por tanto, no entendió la importancia del tema», dijó refiriéndose de forma despectiva a Telesforo Rubio, el primer jefe de la Comisaría General de Información en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero salido de las elecciones del 14-M.

«El jefe policial Pepe me pidió ayuda por unos teléfonos del Líbano que tenían relación con los atentados del 11-M y organicé un viaje del jefe Telesforo (Rubio, entonces comisario de Información) y del jefe Pepe», afirmó Al Kassar. «Nunca comprendí por qué al final prohibieron que viajara el jefe Pepe y que el jefe Telesforo dijera en Siria, cuando ya tenía todas las relaciones y todos los contactos telefónicos, que esos datos ya no eran necesarios. Tenía información que nadie antes tuvo y no quiso o no supo usarla», planteó Al Kassar, y: «Además dijo que si se conseguían nuevas informaciones, que se las diera directamente a él, ya que el jefe Pepe no era de fiar».

Posteriormente, fuentes de la cúpula de Interior con Rubalcaba explicaron a El Español que aquella información de inteligencia llevaba a «una vía muerta» y que, por tanto, no se comunicase a ninguna autoridad judicial española.

Sin embargo, la pista siria de una cabina de teléfono de un campamento de Hezbolá explicaría la aparición en una Renault Kangoo de una cinta de casete con versos coránicos chiítas. Hezbolá es una milicia chiíta libanesa, y los marroquís son musulmanes sunitas para los cuales las autoridades religiosa y política están fundidas en la misma persona, el rey.

Desde hace unos años sobresale en Marruecos un "crecimiento chiita". Marruecos está gobernado por una dinastía de origen alauíta, que tienen en común con los chiítas considerar a quien comanda a los creyentes un descendiente de la familia de Mahoma. 

Los alauitas representan cerca del 11% de la población de Siria, y constituyen la minoría religiosa más grande. Los clérigos hacen hincapié en que el alauismo es distinto al chiismo, aunque concuerdan en que veneran al primer imán chiita, Alí, el primo y yerno del profeta Mahoma.

Dicha comunidad ocupa los puestos más importantes y estratégicos del gobierno de Siria, y han dominado el gobierno sirio y sus servicios de seguridad por más de cuatro décadas, tanto bajo el régimen de Hafez al Asad  como con el de su hijo y actual presidente Bashar al Asad.

También era de origen sirio Imad Eddin Barakat Yarkas, conocido como Abu Dahdah, líder de la célula que Al Qaeda había establecido en España en 1994, juzgado y condenado en España a doce años de prisión por estar relacionado con los ataques del 11S de 2001.

Mohamed Needl Acaid, alias Abu Nidal, también sirio y el lugarteniente de Abu Dahdah, compró a nombre de su mujer una finca en Morata de Tajuña, donde construyó una casa de una planta y edificaciones menores.

En noviembre de 2001 se puso en marcha la 'operación Dátil', coordinada por Garzón, finaliza con la captura de Abu Nidal (Mohamed Neddl Acaid) y queda desarticulada la célula liderada por Abu Dahdah. Ninguno de los integrantes de esa cúpula está imputada en la causa del 11-M, ni siquiera Abu Nidal pese a ser el propietario de la finca de Morata donde que presuntamente se fabricaron las bombas del 3 al 9 de marzo de 2004 y que anteriormente estuvo alquilada al jefe de Serhane, Mustafá Maymounni, responsable de los atentados de Casablanca.

Serhane (el Tunecino) se encarga de los contratos de arrendamiento, ya que trabajaba en aquellos tiempos en una inmobiliaria de los dos hermanos sirios Roston, Inmobiliaria que se vuelve a dar la casualidad que estaba situada a dos escasas manzanas de la zona en donde se roba la kangoo, vehículo también casualmente preferido por ETA.

Según declaración policial de la esposa de Abu Nidal, contactó con su cuñado Mohamed, y a su amigo Walid Altarakji que buscaran inquilino para la finca, pues necesitaba dinero. En octubre de 2002 se presentó una mujer que quería alquilarla, por las gestiones de los dos intermediarios sirios, ya que no se había publicado que la finca estuviera en alquiler.

La mujer en cuestión era la esposa de Mustafá Maimouni, cuñado de Serhane “El Tunecino”, que fue detenido en 2003 por su presunta relación con los atentados de Casablanca, tras lo que la finca quedó desocupada, por lo que la dueña otra vez encarga a los dos intermediarios sirios, Walid y Mohamed, que la alquilen a alguien. 

Según las declaraciones ante la Policía acuden a la inmobiliaria, “Arconsa”, propiedad de los hermanos sirios Roston y en la que trabajaba “El Tunecino”. El 28 de enero de 2004, gracias a Mohamed, a Walid y al “Tunecino”, alquila la casa a Jamal Ahmidan, “El Chino” presunto terrorista del 11-M.

La dueña de la casa no llegó a ser detenida. Los dos intermediarios sirios, fueron detenidos el 29 de marzo de 2004 y puestos en libertad a los tres días. En su declaración en perfecto español ante la Policía, Mohamed, hermano del terrorista Abu Nidal, saca en el momento oportuno a colación a Jadicha Candela, cuñada de Joaquín Almunia y madre de Yamila Pardo.

El testigo protegido "Cartagena" avisó a la policía de la radicalidad de los mensajes en las reuniones y que eran frecuentadas por una abogada española, Yamila Pardo Candela, sobrina de José Joaquín Almunia Amann, un destacado miembro del Partido Socialista Obrero Español, que fue comisario de economía de la Unión Europea desde el 26 de abril de 2004 hasta el 27 de noviembre de 2009, cuando el presidente de la Comisión Europea le encomendó una vicepresidencia de la cartera de Competencia.

Pardo Candela, aparte de las reuniones a las que asistió, ejerció como abogada de la esposa de Abu Nidal y propietaria de la casa de Morata en los sucesivos alquileres, y asumió la defensa de miembros de AlQaeda en la operación Dátil. Su cuñada Jadicha Candela fue letrada en el Grupo Parlamentario Socialista y presidió la asociación de mujeres musulmanas españolas An-Nissa.

Aunque tanto Walid como Mohamad (el hermano del lugarteniente de Abu Dahdah) pueden formar parte de la organización autora de los atentados del 11-M, y que Serhane aparece como conexión entre los terroristas que estuvieron en la finca las dos ocasiones en que fue alquilada, y los individuos del grupo de Lavapies, NUNCA FUERON ACUSADOS como autores de los atentados del 11-M.


Por otro lado, los teléfonos móviles utilizados en la confección de las bombas fueron desbloqueados en el establecimiento Test Ayman, S.L., perteneciente a un policía de origen sirio, Ayman Maussili Kalagi, que también era el guardaespaldas de Garzón y colaboró junto con García Castaño, alias "El Gordo", socio de Villarejo.

Los arrestos de otras cinco personas presuntamente implicadas en los atentados del 11 de marzo se produjeron entre la tarde del día 24 y la madrugada del 25, tras localizarse a los sospechosos mediante el cruce de los números de teléfono de anteriores detenidos.

Los detenidos eran: el marroquí Fouad El Morabit Anghar, de 28 años; y Baset Ghayoun, de nacionalidad siria y de 25 años, detenidos en Ugena, Toledo, pero residentes en el barrio madrileño de la Concepción; los primos Said y Hamid Ahmidam, arrestados el día 25 en Madrid, en el distrito de Usera; y el español de origen sirio Almallah Dabas Mouhammad, detenido también en Madrid, en el distrito de San Blas, en cuyo domicilio se incautaron de numerosa documentación, cintas de audio y vídeo, agendas, libros, facturas y otros materiales.

El 29.03.2004 el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo  dejó en libertad a Said Ahmidam, Fouad El Morabit Anghar y al español de origen sirio Almallah Dabas Mouhammad.

Al día siguiente, la Policía detiene en Madrid a los mencionados sirios Walid Altaraki Almasri y Mohamad Badr Ddin Akkab, cuyas huellas fueron encontradas en la vivienda de Morata de Tajuña, de cuya compraventa y sucesivos alquileres fueron mediadores, pese a lo cual el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo los dejó en libertad.

El sirio Basel Ghalyoun, condenado por la Audiencia Nacional a doce años de prisión por su supuesta implicación en los atentados del 11-M de Madrid, después fue absuelto por el Tribunal Supremo y expulsado a Siria. Albañil de profesión, los servicios de información de la Policía Nacional le ubicaban en el círculo más próximo a Rabei Osman, más conocido como El Egipcio, presunto autor intelectual de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Convivió en Madrid con 'El Tunecino', y salió de España pocos días antes de la masacre.

El 7 de diciembre de 2004 fue extraditado temporalmente a España desde Italia donde estaba pendiente de juicio, y reenviado a Italia el 18 de abril de 2005, en donde fue condenado a 10 años por pertenencia a banda armada. A Rabei Osman El Sayed "Mohamed El Egipcio", se le interceptó una llamada en Italia el mismo día de los atentados de Madrid en la que reconocía que "fue todo una idea mía". Sin embargo, se demostró que los intérpretes italianos habían falseado la traducción de lo que realmente dijo.

Tras los correspondientes recursos, el Tribunal Supremo absolvió en 2008 al Egipcio y a Ghalyoun por falta de pruebas suficientes. A los pocos días, bajo el argumento de que no tenía los papeles en regla, Ghalyoun fue deportado a su Siria natal donde fue detenido por el régimen de Bachar al Asad nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Damasco. Sólo se le permitió hacer una llamada a su familia para avisarles de que no iba a reunirse con ellos, como habían convenido, tras lo cual fue incomunicado.

En Siria se respiraba un ambiente prebélico. Las manifestaciones daban paso a las protestas; las protestas, a las revueltas. Bachar al Asad atravesaba sus momentos más críticos y su debilidad se manifestaba en la pérdida de apoyos en la comunidad internacional.

Estalla la guerra y Basel Ghalyoun se implicó en un negocio relacionado con la asistencia sanitaria. El rastro de Basel Ghalyoun se extingue en Siria. El entorno de Ghalyoun comentó en espacios públicos que éste había muerto a causa de una  bomba que estalló a su paso.

Pero el más intrigante terrorista sirio es Mustafa bin Abd al-Qadir Sitt Maryam Nasar, sospechoso de pertenecer a Al Qaeda. Obtuvo la nacionalidad española desde que en los 80 se casara con una española. Se le busca en España por el atentado con bomba en el Restaurante El Descanso en 1985 y como testigo relacionado3​ con los atentados del 11 de marzo de 2004.

Setmarian es pelirrojo, de ojos verdes y tez clara. Nació y creció en Alepo (Siria), y estudió 4 años en el departamento de ingeniería mecánica de la Universidad de Alepo. En 1980 ingresa en la organización islamista Vanguardia Combatiente, rama siria de los Hermanos Musulmanes. Esta organización fue la punta de lanza del levantamiento armado contra Hafez Al Assad. Naser tuvo que abandonar Siria a finales de 1980 e ingresó en los Hermanos musulmanes en el exilio, recibiendo entrenamiento en sus bases y refugio seguro en Irak y Jordania.

«Abu Musab», siempre huyendo del régimen sirio que le perseguía por su relación con los Hermanos Musulmanes, llegó a ser lugarteniente de Osama Ben Laden, con el que terminó discrepando.


En 1987, Setmarian y un pequeño grupo de sirios abandonaron España para dirigirse a Peshawar (Pakistán), donde fue reclutado como entrenador militar en los campos de yihadistas árabes, y también luchó en el frente contra la Unión Soviética en Afganistán y el régimen comunista títere de Kabul después de la retirada soviética en 1988.

Setmarian conoció a Osama bin Laden en Peshawar y se cree que ha sido amigo íntimo y colaborador suyo hasta aproximadamente 1991, momento en que Setmarian vuelve a España. Entre 1985 y 1995 Setmarian Naser se estableció su residencia en España, a pesar de lo cual viajó constantemente y pasó mucho tiempo en Afganistán. Se casó con la española Elena Moreno en 1987, que se convirtió al islam y tuvieron cuatro hijos.

Entre sus colaboradores destacan Abu Dahdah, del que ya se ha hablado. Durante un tiempo Setmarian publicó la revista Al-Ansar, la más importante publicación yihadista por aquel entonces, claramente vinculada al Grupo Islámico Armado argelino.

En 1997, Setmarian fundó una compañía de medios de comunicación llamada Islamic Conflict Studies Bureau junto a Mohamed Bahaiah. A través de esta agencia de prensa facilitó exclusivas relacionadas con el yihadismo, en particular la famosa entrevista de a Bin Laden por el periodista Peter Bergen para la CNN en marzo de 1997.

En 1999 fundó una agencia de prensa e investigación islámica en Kabul y en 2000 se le autorizó a abrir su propio campo de instrucción de yihadistas, el campo de entrenamiento de Al Ghuraba, ubicado en Kargha, cerca de Kabul. El campo de Setmarian dependía formalmente del ministerio de defensa afgano controlado por los talibanes. Debido a sus numerosos escritos sobre temas de actualidad política y estratégica y su experiencia en la guerra de guerrillas, Setmarian fue un profesor con éxito y obtuvo reconocimiento como asesor no oficial de diversos grupos yihadistas en Afganistán, pero su red de contactos era mucho más amplia, incluyendo organizaciones yihadistas de Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Siria, Líbano, el Kurdistán iraquí, Arabia Saudí, Yemen, Uzbekistán, y otros lugares.

Estaba distanciado de Al Qaeda, desde una carta de siete páginas escrita a mediados de 1998, en la que criticó duramente a Bin Laden por el desprecio que había mostrado respecto del gobierno Talibán en Afganistán, incluido el Mulá Omar. Es también muy crítico con sus estrategias, especialmente con los ataques a las embajadas de EE. UU. en África oriental, y el ataque del 11 de septiembre a las torres gemelas, de que dice que puso un fin catastrófico a la causa de la Yihad.

En septiembre de 2003 el magistrado español Baltasar Garzón acusó a 35 integrantes de la célula de Al Qaeda en Madrid por su papel en los ataques del 11 de septiembre. Setmarian estaba entre ellos. En noviembre de 2004 el Departamento de Estado de los EE. UU. incluyó a Setmarian entre el grupo de terroristas más buscados y ofreció una recompensa de 5 millones de dólares a quien diese informaciones fiables acerca de su paradero.

A finales de 2004, unos meses después de los atentados de Madrid, Setmarian difunde «Llamada a la Resistencia Islámica Global», 1.600 páginas en las que marca las pautas del futuro del terrorismo islamista, enterrando las estructuras piramidales y apostando por la «yihad individual». En esa obra ensalza el 11-M como paradigma de «operación de disuasión» capaz de «derrocar a un Gobierno» y forzarle a retirar las tropas de Irak «sólo a costa de un pequeño grupo de mártires y de cautivos».

Baltasar Garzón pidió el 14 de abril de 2009 información a las autoridades del Reino Unido, Estados Unidos, Pakistán, Siria y Afganistán. El informe declaró que funcionarios estadounidenses habían confirmado que Setmarian fue detenido por los pakistaníes el 31 de octubre de 2005 o en noviembre de 2005, y transferido a autoridades estadounidenses aproximadamente un mes después.

Numerosas informaciones hablan de que Setmarian fue uno de los prisioneros fantasma detenidos en la isla de Diego García, pero no se encontraba entre los 14 sospechosos de máxima peligrosidad transferidos al penal de Guantánamo a finales de 2006, de modo que se supone que Naser fue trasferido a las autoridades de Siria, donde estaba en busca y captura. Habría sido puesto en libertad en 2011 en Siria, en una de cuyas prisiones permanecía recluido.

Tras la fundación del Estado Islámico, en 2014, se pasó a esta banda yihadista, y expertos antiterroristas apuntan la posibilidad de que Setmarian hubiera sido detenido en algún momento de la ofensiva que la coalición internacional desplegó para derrotar territorialmente al ISIS (Estado Islámico, Daesh). Páginas yihadistas anuncian ahora que está “cautivo” y no dan más detalles.

Sin embargo, Villarejo omite toda mención a la pista siria y defiende que los franceses habrían apoyado a Marruecos en la realización de los asesinatos del 11M, por las tensiones territoriales con España y para mantener su posición dominante en el Magreb. Marruecos es el principal receptor de inversiones francesas en el continente africano, y Francia sigue siendo, con diferencia, el primer inversor extranjero directo, el primer socio comercial y el primer acreedor de Marruecos.

La inversión extranjera directa francesa está presente en todos los sectores de la Economía marroquí, incluida la compañía aérea nacional, Royal Air Maroc, y la red ferroviaria nacional.​ Los marroquíes también invierten en Francia; por ejemplo, la Real Fuerza Aérea Marroquí depende de las tecnologías aeronáuticas francesas. Más de 750 filiales de empresas francesas -como Orange, Total y Lydec- están presentes en Marruecos y emplean a unas 80.000 personas.

Como primer socio comercial del reino, Francia se beneficia de la falta de reservas energéticas y de seguridad alimentaria de Marruecos, lo que crea una dependencia constante del comercio exterior y un permanente déficit comercial en Marruecos.

Marruecos también importa educación de Francia. En la actualidad, las escuelas francesas, en las que el francés es la lengua de enseñanza y el árabe sólo se enseña como segunda lengua, siguen teniendo una presencia importante en Marruecos. Las escuelas están certificadas por la Agencia para la Enseñanza Francesa en el Extranjero, y administradas por el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, y el alumnado suele estar compuesto por hijos de las clases elitistas y acomodadas de Marruecos. Estas escuelas suelen estar situadas en grandes ciudades como Casablanca, Rabat, Fes, Marrakech, Meknes, y Oujda.

Francia es el primer destino de los estudiantes marroquíes que salen del país para estudiar en el extranjero, ya que acoge al 57,7 % de todos los marroquíes que estudian fuera de Marruecos. Los estudiantes marroquíes también representan el grupo más numeroso de estudiantes extranjeros en Francia, con un 11,7 % de todos los estudiantes internacionales en universidades de Francia, según un estudio de la UNESCO de 2015.

También hay que considerar que Francia siempre ha sido reacia a colaborar con España contra ETA. Pero en Diciembre de 2003, Francia descabezaba la cúpula militar de ETA y Europol indica que la banda se encontraba en una situación difícil, sin dirección de su aparato militar.

Pese a ello, y quizás a la desesperada, en Nochebuena, dos terroristas pretendían estallar 50 kg de explosivos, divididos en 2 artefactos, en el tren Intercity Irún-Madrid al llegar a Chamartín. El temporizador de la bomba que los terroristas lograron introducir en el tren fijaba algo más de 30 minutos después de la hora prevista para la llegada del convoy, cuando el tren estuviera detenido en el andén de la estación.

Los planes de la banda se fueron al traste cuando la Policía detuvo en San Sebastián a Garikoitz Arruarte, quien portaba en un carro de equipajes una maleta que contenía 28 kilos de titadine, un cordón detonante, un temporizador, una pistola, una peluca y un billete para el tren San Sebastián-Madrid que salía de la capital guipuzcoana a las 8.30 de la mañana y llegaba a Madrid a la 15.12 horas.

Este dato hizo sospechar a la policía de que ese tren podía haber sido objetivo terrorista. Por esta razón, el convoy fue detenido a las 11.30 horas cuando circulaba cerca de Burgos. Allí se procedió a la evacuación de los pasajeros y a la localización y desactivación de un segundo paquete bomba con más de 20 kilos de titadine reforzado con un temporizador programado para estallar a las 15.55 horas, colocada en el portaequipajes de uno de los vagones por el otro etarra, Gorka Loran, quien fue detenido poco después en la localidad guipuzcoana de Hernani.

Juan Jesús Sánchez Manzano recibe la medalla roja al mérito policial por la desactivación de la maleta-bomba que ETA consiguió colocar en el tren. Este policía, procedente de los grupos de información del CNI, tendría un gran protagonismo el 11-M.

En febrero de 2004, el CNI difunde que ETA ya está preparada para utilizar móviles en sus próximos atentados. El 8 de Marzo, el ministro del Interior Acebes avisa personalmente a diversos periodistas líderes de opinión, de que temen un atentado de ETA. Dos días después, ETA reparte panfletos en el casco viejo de San Sebastián instando a boicotear a RENFE.

Francisco José Vázquez, coronel de la Guardia Civil, formaba parte de una importante operación en Francia contra ETA el 12. Estaban vigilando al dirigente del aparato de logística de la banda terrorista, quien era el que tenía que facilitar los explosivos a los terroristas para cometer un atentado, y el primero que dudó de que ETA hubiera sido la autora de esos ataques. "ETA había demostrado su interés por cometer un gran atentado en Madrid, pero era muy difícil pensar que ETA en el año 2004 cometiese un atentado de esa magnitud sin haberlo anunciado o haber hecho alguna llamada de reivindicación, porque entendíamos que la ETA del año 2004 no estaba en disposición de querer cometer un atentado de esas características. Yo creo que la ETA de ese momento no tenía voluntad de cometer una acción de esas características. La ETA del año 2004 tenía capacidad más que suficiente para acometer ese atentado o incluso uno peor."

El 11M, a las 08:15 horas, a la media hora de las 10 explosiones, se comprueba que todos los etarras que están siendo estrechamente vigilados para la macro operación del 12M (la captura de toda la cúpula de ETA y de prácticamente todos sus comandos operativos conocidos) no han participado en la masacre.

Sarkozy abandona su Ministerio del Interior en marzo de 2004 y fue premiado en 2011 por el rey Juan Carlos I con el título de Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro.


Un grupo especial del Ministerio del Interior, dirigido por el comisario general de Policía Judicial, Enrique de Federico, investigó durante meses al juez Baltasar Garzón y a varios de sus colaboradores policiales, que habían participado en la detención de Monzer Al Kassar, atribuyéndoles relaciones con una organización de narcotraficantes.El operativo de seguimiento y control de Garzón y sus colaboradores fue puesto en marcha a mediados de septiembre de 1994, antes de que estallara el «caso GAL», y participaron 20 inspectores trasladados a Madrid desde Zaragoza y Barcelona, coordinados por el comisario Carlos Rubio. El inicio de las investigaciones sobre Garzón y sus colaboradores policiales se remonta a la fecha del «caso Al Kassar».

Tras su detención en junio de 1992, el comerciante de armas sirio se quejó de que había sido objeto de un complot dirigido por el comisario Alberto Elías, ya fallecido, y su equipo de la Brigada de Interior.

Al Kassar, que mantenía que su detención se debía a un montaje de algunos policías corruptos, contrató los servicios del detective José Villarejo para que investigara al grupo que lo había llevado a la cárcel. Villarejo que, aparentemente había dejado la Policía en agosto de 1983 pero que seguía en la nómina de Interior, recibió permiso de sus superiores, y al cabo de unos meses, Villarejo elaboró un informe para el comisario general De Federico en el que asegura que «un grupo de policías, de confidentcs e importantes narcos se organizan para corromper y controlar a determinados jueces, políticos, empresarios, periodistas y policías».

Tras varias semanas de pesquisas, la Policía entregó un extenso informe en el Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid que decidió abrir las diligencias 7.214, que fueron declaradas secretas. El dossier recogía testimonios de algunas mujeres presuntamente implicadas en la red de narcotraficantes que, según los agentes policiales, habían participado en orgías con el juez Garzón.

El comisario general de Policía Judicial, Enrique de Federico, tras consultar al director general de la Policía, Angel Olivares, al subdirector operativo, Miguel Angel Alonso, decide abrir una investigación a partir de los datos facilitados por Villarejo, que entrega sus informes al comisario Rubio y se retira de la investigación.

José Villarejo, que fue suspendido de empleo y sueldo por organizar a finales de los setenta una huelga policial salvaje, convocada desde la Asociación Profesional de la Policía, en la que ocupaba el cargo de secretario general, fue contratado por el sirio Monzer Al Kassar porque había trabajado para la agencia norteamericana Kroll en la investigación de las cuentas de Sadam Hussein en España y había elaborado algunos informes contra Javier de la Rosa por encargo del gobierno de Kuwait. El detective también recibió el encargo de Julián Sancristóbal y Luis Roldán para que participara en la confección del «informe Crillon» sobre Mario Conde, pero no llegó a un acuerdo porque el exdirector general de la Guardia Civil quería que le facturara una minuta de 190 millones de pesetas, pero que él sólo cobrara 30 millones.

La decisión del director de la Policía, Angel Olivares, de apartar de sus destinos a tres cualificados inspectores jefes, confirma que Interior elaboró durante 1994 y 1995 un informe secreto en el que figuran datos sobre la vida privada de jueccs, políticos de la oposición, periodistas y empresarios. El cese de Villarejo, con el de otros dos policías, se produjo a raíz de que EL MUNDO desvelara la existencia del denominado «informe Veritas» sobre la vida privada del juez Garzón, realizado con el conocimiento del director de la Policía, Angel Olivares; el subdirector, Miguel Angel Alonso y el comisario general de Policia Judicial, Enrique de Federico.