GUZMAN1

sábado, 6 de septiembre de 2014

PARLEM CLAR I CATALÁ-VALENCIÁ-BALEAR.



Ya vimos en el País Vasco cómo un sector de la población y de las autoridades comenzaron a limitar la libertad de opinión del resto. Ahora lo vemos en Cataluña, donde los que aseguran sentirse oprimidos usan ese argumento para hacer el vacío a los que como yo no nos creemos ninguna de las promesas aparejadas a la independencia. Se incomodan porque queramos seguir hablando en español como si fuese asunto suyo, aunque de momento no nos amenacen con males peores.

Mal ambiente para cualquier acuerdo, y mal presagio el que no quieran convencernos sino vencernos.

No voy a entrar en las contradicciones jurídicas de la famosa "consulta", como por ejemplo que vayan a votar los menores y que, si el derecho a decidir pertenece a los catalanes, vayan a votar los residentes extranjeros.

Voy a ser positivo. Por alguna razón, que nadie explica, en la Constitución está escrito que es posible hacer consultas no vinculantes, así que Artur Mas y demás cómicos de la legua han convencido a gran parte de los catalanes de que ese es el vehículo para iniciar el camino "liberador".

Para ser más exacto, el vigente artículo 92 dice que :


"1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.



2. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.



3. Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de referéndum previstas en esta Constitución".

Esa Ley, si la hubiera, permitiría que la gente se considerase con derecho a ser consultada en todo lo que consideren "de especial trascendencia". ¿Quienes? Dice la Carta Magna que "todos los ciudadanos".

Es de prever que la gente reivindique su derecho a disponer de su presente y de su futuro en un momento en que los partidos se han convertido en marcas blancas sin contenido ideológico. Ya se ve lo que les importamos, lo justo para seguir pagando sus pufos, los de antes y los de cada día que pasa.


Por eso algunos piden un referéndum para cada ley, porque muchos nos sentimos incapaces de exigir el cumplimiento de los programas por los usurpadores del voto.


El Gobierno no se considera obligado a legislar sobre la posibilidad de celebrar referéndums consultivos y menos sobre el modelo territorial, pero sólo porque no son quienes promueven su disolución. 

Así que las autoridades catalanas improvisan un desarrollo constitucional "asimétrico" con su Ley de Consultas que permite que sólo voten los catalanes de Cataluña. No sabemos por qué no dejan que voten también los paisanos de Valencia y Baleares, y otros que también votarían a favor como bastantes vascos, navarros, gallegos, canarios o los que se solidarizarían (sic) por todos los rincones de España o tienen ganas de perdernos de vista.

¿Qué se hizo del antiguo anhelo de los Països Catalans? Es raro que Esquerra Republicana no diga nada, salvo que tenga pensada una segunda fase de ampliación territorial para la futura República.




Menudo cabreo se van a coger los de Esquerra cuando se consume el intercambio de la "Consulta Legal" por el perdón de los Pujoles y el Consejo de Ciento y la madre de sus compinches. Dirán que no firman los presupuestos y el Govern que se han rajado los escoceses y que no es culpa de nadie y que tal y cual.

Que no se quejen, eso les pasa porque ninguno se ha atrevido a denunciarlo antes. Claro que también porque a todos les rentaba más imitarlo. Por eso no se alborota más el gallinero.

Sólo saber la cantidad que se maneja nos daría una idea del porcentaje que la corrupción detrae de la riqueza que se genera en el virreinato catalán. Lo que más caro va a pagar la corte del pirata del Liliput andorrano es haber puesto a Cataluña como paraguas para defenderse de las acusaciones, y que ahora se entere cada catalán de haber sido el tonto útil.

Andorra tampoco debe estar muy contenta por estar bajo la lupa debido a la dudosa procedencia de los depósitos bancarios.

El dinero que el clan del señor Pujol ha amasado como las bolas del escarabajo pelotero se nos quiere hacer pasar por herencia sorpresa, y el tema de los impuestos, como un pecado menor.

Dinero negro sin más explicaciones, justo el elemento que sostiene la política económica de Rajoy & Montoro, esos grandes gestores de la recapitalización y blanqueo de las bolsas negras de la corrupción que nos van a llevar por la senda de la recuperación y el crecimiento.

Si el BCE no les manda más pasta hay que sacarla de algún lado y después presumir de méritos supuestos, como hace todo gobernante del sur de Europa. Como hace Artur Mas al hablar de los avances de Cataluña y de las virtudes superiores del pueblo catalán.

Salvar a Pujol no salvará a Mariano cuando el dinero se acabe, y a este ritmo se acabará pronto. De hecho, el dinero de vuestros impuestos subvenciona sus fraudes, como los de la Familia Real y como los de las absoluciones de corruptos que vemos cada día.

Ni sale el dinero ni hay pruebas de que tenga origen ilícito, cuando sale. La presunción de inocencia se estira y estira porque raramente ocurre que un juez se atreva a ponerla en duda cuando tiene delante a un político.

El "expresident" ha tenido el favor de una judicatura acostumbrada a esperar el beneplácito del Gobierno. ¿Cuantos Presidentes han estado convencidos de que por derecho divino les correspondía su porción?.  Que la gente no haya podido impedirlo no significa que lo consientan, pero eso no cambia unos hechos que ni nos cuentan.





Al hijo del dueño del "Bribón" y del "Fortuna" creo que quieren venderle una nueva versión de la vieja idea de la "monarquía compuesta" de los "Reinos, Estados y Señoríos" unidos bajo un mismo monarca, pero que mantenían cada uno sus propias Cortes e instituciones. Como sucedió, según los historiadores, con la monarquía británica, la austrohúngara y la española, por ejemplo.


Como escribió Quevedo, «propiamente España se compone de tres coronas: de Castilla, Aragón y Portugal». Ahora Portugal ya no es reino, ni de España, y en cambio la antigua Corona de Aragón sí es de España pero ya no es reino aparte. O sí, opinará algún sabio.


Según opina John H. Elliott, "los reinos constituyentes continuaban después de su unión siendo tratados como entidades distintas, de modo que conservaban sus propias leyes, fueros y privilegios. [...] En todos estos territorios se esperaba que el rey, y de hecho se le imponía como obligación, que mantuviese el estatus e identidad distintivos de cada uno de ellos".


Pues eso (que lo he copiado de por ahí) debe ser la famosa y misteriosa "tercera vía" que los líderes convergentes le habrán propuesto al Borbón, quien lógicamente habrá decidido decirles que debe pensárselo, no sólo para que se lo piensen sus consejeros sino para esperar acontecimientos como el referéndum de Escocia.

Pero sin perder de vista la herencia que le toca. Y si no, se lo recordará su señora.

                   



Pues ante este cambalache, el Tribunal Constitucional está al quite y dispuesto a encontrar defectos en las iniciativas legales nacionalistas. Los complacientes jurisconsultos han emanado un razonamiento de los suyos: las vías parlamentarias para la reforma constitucional están abiertas, y no hay más.

Lo que queda pendiente de emanar es el asunto de por qué no existe una Ley para dotarnos a los ciudadanos de procedimientos para expresar opiniones, que es un mandato constitucional como antes he dicho. 

Seguramente como consecuencia de emanaciones superiores, los sumos oráculos han rehusado definirse sobre si la Constitución admite enmiendas sobre aquello que va en contra de principios constitucionales, y la soberanía es el primero y fundamento de los demás. En teoría la nación es soberana porque las leyes son la expresión de la voluntad del pueblo, no de la voluntad de los representantes. Representantes que si se ponen de acuerdo pueden hacer y aplicar las leyes de reforma constitucional que les dé la gana sin pedir opinión.

Lo que piensan los que se denominan soberanistas es que ninguna ley española les vincula porque les ha sido impuesta. Como a los demás, añadiría yo.

Lo que pienso es que para decir que se es un país diferente deberían exponerse hechos y diferencias irreconciliables, y la que viene siendo más invocada es la lengua propia.

La verdad es que la lengua no es un hecho diferencial de los catalanes, para empezar porque es la misma que se habla en otras Comunidades Autónomas que ya he mencionado, y en algunas zonas de Aragón, o en Andorra y Francia. Y en segundo lugar, porque la existencia de lenguas propias no es una excepción sino algo habitual en muchos territorios de España. Y en otros países.

Puede que me equivoque y que el hecho diferencial lingüístico sea más importante de lo que he dicho antes. No cabe duda de que los catalanes que reclaman igualdad de derechos lingüísticos han tenido motivos de protesta por no haber podido usar su lengua ante muchas administraciones públicas.

Pero desde la transición han conseguido esa aspiración y ahora que la tienen se ha convertido en reclamación de una lengua exclusiva, con lo que ahora los que reivindicamos nuestro idioma somos los castellanoparlantes, que no pusimos ningún obstáculo a la cooficialidad del catalán.

Hablando claro, los catalanes no tienen nada raro ni especial. Se podría reducir el hecho de ser catalán a saber hablar catalán.

Al final, eso no es un gran motivo para la independencia ni la idea puede resultar tan buena como parecía. Lo de poder decidir, y tener derecho a ello es lo que ha superado las argumentaciones históricas y todo eso, es justamente lo que convence a la gente.

No sólo en Cataluña, porque la sociedad española en su conjunto, como suele decirse, está cansada de no importar una mierda a nadie.