GUZMAN1

jueves, 28 de septiembre de 2017

VÍSPERAS INCIERTAS.



Puigdemont ha convocado "in extremis" la Junta de Seguridad, entidad de composición paritaria entre la Generalitat y el Estado y presidida por el Presidente de la Generalitat.

El President pretende así recuperar el control en la coordinación de los cuerpos policiales de la administración central del Estado y de Cataluña. El mando único nombrado por Interior, un coronel de la Guardia Civil, también pierde liderazgo en favor de la autoridad judicial a la que se someten todos los cuerpos policiales.


La última vez que se reunió la Junta de Seguridad de Cataluña fue en Julio, ocho años después de su última cita, presidida por el presidente catalán, y con la asistencia, entre otros, del ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y el conseller de Interior.

Tuvo entre sus objetivos integrar a los Mossos d’Esquadra en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y explorar su conexión con Europol. Tras tanto tiempo sin reunirse, Puigdemont había anunciado que convocaría unilateralmente la Junta, y lo ha vuelto a hacer.

Presidido por el propio Carles Puigdemont, han acudido a la Junta el conseller de Interior, Joaquim Forn, el secretario general del Departament d’Interior, Cèsar Puig, el director general de la Policia, Pere Soler, y el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero. Por parte del Gobierno participaron el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, y el director de Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, Diego Pérez de los Cobos.

Tras la reunión, Forn ha comparecido ante los medios y ha aclarado: "Somos nosotros los que decidiremos cómo van a actuar los Mossos, con los criterios de siempre". O sea, que no detendrán la votación.

Demasiado tarde para corregir el rumbo de los acontecimientos. En horas y en los días sucesivos sabremos si se celebra o no el referéndum y que pasará después. Raúl Romeva ha declarado públicamente que el Parlament declarará la independencia en 48 horas si gana el sí.



El Delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, se limita a repetir que hay que cumplir la ley y que Puigdemont miente a los catalanes. Y se vuelve a su despacho tan contento.

Pese a todo, los indepes son los que mandan en las calles de Barcelona. Sus anuncios invitando a votar en el incierto referéndum están por todas partes, y poca presencia del Gobierno Central se percibe aquí.

No es que el Gobierno haya hecho sus deberes en el momento oportuno, sino que ha dejado que la situación empeore mientras disimulaban el asunto. Son otros los que le resuelven la papeleta, al tiempo que esto ya trasciende en las noticias internacionales.

Por eso, esta situación amenaza al Gobierno tanto como al "Govern", y si empeora aún más hará necesario adoptar medidas más contundentes. Pese a las vanas advertencias a los funcionarios catalanes, tanto los de la Administración Central del Estado como los de la Generalitat, los de las Diputaciones y los municipales, muchos se muestran reacios a obedecer las instrucciones, pero no abandonarán el servicio público.

Los profesores también han manifestado su voluntad de prestar los colegios para que se celebre esta votación sin garantías.

Los alcaldes que colaboran en los preparativos del referéndum anulado tienen a su disposición a muchos funcionarios también dispuestos a participar. No sabemos cuántos de ellos lo harán, porque están más pendientes de no desafiar a la autoridad local y la autonómica que de las dudosas responsabilidades que pueda exigirles el Estado central. Esto incluye a las policías locales.




Vista la escasa colaboración de algunos, el Gobierno popular desconfía de si los Mossos D'Esquadra podrían desobedecer o no hacer cumplir las órdenes a los demás funcionarios. Sus mandos políticos dependen de la Generalitat y ya se ha visto que les han dado instrucciones contrarias a las del Gobierno.

Por si acaso, Mariano Rajoy ha ordenado que un coronel de la Guardia Civil se ponga al mando del operativo contrarreferendario. Y sin aplicar el artículo 155 ni las leyes de excepción sino el artículo cuarenta y seis de la Ley Orgánica 2/1986, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Este precepto legal permite a las Comunidades Autónomas con Cuerpos de Policía propios solicitar el auxilio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando no dispongan de los medios suficientes para el ejercicio de algunas de sus funciones. No es el caso, ya que la Generalitat no ha pedido refuerzos; es Rajoy el que quiere enviarlos, diez mil efectivos según he oído.

El artículo también establece que: "2. En el resto de los casos, cuando en la prestación de un determinado servicio o en la realización de una actuación concreta concurran, simultáneamente, miembros o Unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Policía de la Comunidad Autónoma, serán los Mandos de los primeros los que asuman la dirección de la operación."

Es este segundo apartado el que autoriza al Ministerio del Interior a diseñar un extenso operativo sobre toda Cataluña, que no sabemos si consiste en retirar las urnas el domingo o evitar tumultos. Las dos cosas a la vez no van a poder ser, y a partir del dos de octubre se verá si los refuerzos van a tener que quedarse permanentemente o estaban sólo para que no hubiera líos este domingo.




Sin embargo, sería injusto culpar a los agentes del Cuerpo de Mossos d'Esquadra de desobediencia si no consiguen impedir el referéndum que les van a ordenar impedir. La Ley Orgánica 2/86, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad contiene en su capítulo "PRINCIPIOS BASICOS DE ACTUACION" el artículo 5, el cual ordena que: "En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria, y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable; rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance." Se trata, simplemente, de no causar mayores alteraciones del orden público que las que se quieren evitar. Y de no inmiscuirse en situación de inferioridad.

Y al fin y al cabo, ya se sabe que el resultado del referéndum será nulo, y no cumple unas garantías mínimas para su reconocimiento internacional. Lo único peor que permitir el acto simbólico es que alguien salga mal parado.

Por ello los mozos pueden argumentar razones de inoportunidad o falta de proporcionalidad que les hagan recomendable no retirar las urnas y desmontar el dispositivo electoral, llegado el caso. La Fiscalía ha dado órdenes al mayor Trapero de intervenir pase lo que pase, pero el Conseller de Interior Forn y otros intentarán por todos los medios que se cumplan sus contraórdenes.

El director general de los Mossos d'Esquadra es Pere Soler, quien accedió al cargo en julio después de la dimisión de su predecesor en desacuerdo con la deriva independentista. Este individuo que debe proteger nuestra seguridad es conocido en Twitter por frases como la que sigue, y ya ha demostrado que es visceralmente contrario a opciones políticas distintas de las que nos ofrece su pandilla soberanista, como el PSC, PP y Podemos. Obedientes hasta el final, los comparsas de Puigdemont van a seguir bloqueando la intervención del Estado en Cataluña hasta el final o hasta que alguien le ponga remedio.