- I -
¡Tus virtudes! Acaso me engañaras,
si no pertenecieras
al gremio de esas grandes embusteras
que dan, para engañar, las cuentas claras.
- II -
Sí, sí, caro lector, esa que miras,
formando su virtud con falsedades,
da color de verdad a las mentiras
y un aire de mentira a las verdades.
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