GUZMAN1

sábado, 12 de mayo de 2018

NO ES VIOLACIÓN, AHORA ES ABUSO.

El Código penal regula los "Delitos contra la libertad e indemnidad sexuales", actualmente redactados según las reformas de 1.999, 2.003 y 2.010.

Estas reformas fueron instigadas por el movimiento feminista y los partidos que las secundaron, que fueron todos los partidarios de las llamadas "leyes de género", incluyendo al PP. Según estas nuevas leyes el antiguo delito de violación queda definido como agresión sexual o abuso sexual. Por eso llama la atención que cuando estas leyes se han puesto de relieve tras la sentencia de "La Manada". haya salido el feminismo a decir que el caso no es de abuso, sino de violación.

El Artículo 178 del Código Penal define agresión sexual como atentado contra la libertad sexual de otra persona, utilizando violencia o intimidación, y solamente en ese caso. A tenor del Artículo 179, cuando la agresión sexual consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, el responsable será castigado como reo de violación.

Anteriormente una violación podía cometerse cuando el acceso carnal se producía doblegando la voluntad de la víctima mediante alcohol o drogas. Ahora estos supuestos han quedado tipificados como "abusos sexuales", y así ha quedado reflejado en la sentencia contra los miembros de "La Manada".

El Artículo 181 determina que cuando, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, alguien realice actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual. A los efectos, se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto. Esta modificación de la Ley procede de la L.O. 5/2010, de 22 de junio.

La misma pena que en el caso anterior se impondrá cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose el responsable de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima. La polémica sentencia del Tribunal navarro acoge también esta tesis y condena a los miembros de "La Manada" por prevalerse de superioridad cuando abusaron de la víctima entre cinco.

En definitiva, son las nuevas leyes y no los criticados jueces los que han dibujado esta situación. Violar a una borracha ya no es violación, sino abuso, según las reformas legales que han reducido la penalidad de este supuesto.

Así se explica el nerviosismo de los llamados "progresistas" y su preocupación por evitar que la opinión pública se dé cuenta de que la actual legislación "de género" es una chapuza elaborada por los seguidores del nuevo feminismo. ¿En qué estaban pensando cuando redujeron el castigo a los que se aprovechan de la vulnerabilidad de la mujer cuando ha consumido alcohol, drogas o fármacos?.

No puedo cerrar este comentario sin antes reflexionar sobre el voto particular del magistrado que consideró que no hubo negativa de la víctima a mantener relaciones sexuales. Es un viejo debate: el de la falta de resistencia de la víctima y la imposibilidad de condenar en base a un consentimiento aparente, para respetar el principio de presunción de inocencia.

Cualquiera puede darse cuenta de que recomendar resistirse ante una posible violación es un consejo arriesgado, por las consecuencias de una agresión física además de la sexual. Pero "dejarse hacer" también sería un mal consejo que ni evita la violación ni la posible violencia añadida del o los agresores. No sería la primera vez que una mujer es asesinada tras una violación para que no queden testigos.

Un juez no da este tipo de consejos, sino que pone sentencias aplicando la Ley vigente. Y la Ley, como vemos, es la que no responde a las expectativas de seguridad de las posibles víctimas de delitos sexuales. Hace falta regular mejor la falta de consentimiento para que la víctima no tenga que demostrar en juicio que se negó a mantener relaciones sexuales con su atacante. Es difícil que nuestros políticos sepan acometer una reforma legal que funcione, vista su incapacidad, que hipócritamente intentan disimular cargando contra la judicatura que no hace otra cosa que aplicar la legislación que sale de las Cortes. Aunque sea una basura, es la Ley en vigor.