Corren rumores de que se va a legislar en relación a la famosa Ley de la Memoria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de Diciembre), la cual tiene como objeto "reconocer y ampliar derechos en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura".
La Exposición de motivos habla del "espíritu de reconciliación y concordia, y de respeto al pluralismo y a la defensa pacífica de todas las ideas", mencionando la Transición y la Constitución de 1978, que dicen dió lugar a un "Estado social y democrático de derecho con clara vocación integradora".
"Es la hora, así, de que la democracia española y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas, en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia."
También expone la Ley su homenaje a "quienes en distintos momentos lucharon por la defensa de los valores democráticos", poniendo como ejemplo, entre otros, a los brigadistas internacionales y los combatientes guerrilleros, para a continuación afirmar que esta Ley sienta las bases para que "los poderes públicos lleven a cabo políticas públicas dirigidas al conocimiento de nuestra historia y al fomento de la memoria democrática." Para ser mínimamente críticos, la democracia estaba fuera de juego desde el principio, con un bando apoyado por Hitler y otro por Stalin, así que las alabanzas a luchadores por los valores democráticos en la Guerra Civil chocan con la dura realidad.
Cabe citar también este párrafo: "En definitiva, la presente Ley quiere contribuir a cerrar heridas todavía abiertas en los españoles y a dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión de la Dictadura. No es tarea del legislador implantar una determinada memoria colectiva. Pero sí es deber del legislador, y cometido de la ley, fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos como las entonces vividas".
Si no se trata de "implantar una determinada memoria colectiva", se le parece mucho porque todos los entes públicos, incluyendo la educación, están obligados a obedecer estas consignas sin discusión.
En realidad, esta proclama se basa en la idea de "dignificar" a los muertos olvidados por el franquismo relegando al olvido a los que murieron víctimas del otro bando. Es inútil repetir que los combatientes en la Guerra Civil frecuentemente no murieron "por sus ideas" sino por el reclutamiento forzoso en ambos lados y bajo amenaza de ser fusilados por desertores. A éstos, que los hubo, nadie les va a recordar.
Analicemos, desde el artículo 1, el objeto de la Ley que es "reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales".
Cuando la Ley cita a "quienes padecieron persecución o violencia", dice también cuándo: "durante la Guerra Civil y la dictadura". Ahora bien durante la Guerra Civil muchos fueron perseguidos, torturados o muertos en el lado Republicano. Con la Ley en la mano, también ellos debieran ser reconocidos y compensados. Y más si la propia Ley dice pretender dignificar a todas las víctimas de persecución durante el conflicto civil.
Por poner un ejemplo claro, la persecución por motivos religiosos fue casi exclusivamente dirigida en el lado republicano, y fueron muchos los ejecutados por el mero hecho de ser católicos.
En cuanto a la defensa de los valores democráticos, la izquierda republicana había dado un primer golpe de estado asesinando al jefe de la oposición en un clima de desobediencia a la Ley, pistolerismo, ocupaciones de tierras y otras actividades generalmente consideradas ilegítimas. Lo de Franco fue un contragolpe llevado a cabo principalmente por militares. Merecen también por ello ser llamados rebeldes, pero es que no existía ya un gobierno legítimo.
Nunca eso le importó al franquismo, que celebraba su "glorioso alzamiento" a pesar de las connotaciones penales de esta expresión. "Alzarse con las armas" es una expresión de uso jurídico que siempre han reivindicado los sublevados que impidieron la dictadura frentepopulista imponiendo la suya propia. Tanto o más rebeldes como fueron también anarquistas y comunistas que dirigían sus propias columnas insumisas al Gobierno Republicano mientras hacían la revolución en la retaguardia. Sus innumerables víctimas, o sus allegados deberían poder reclamar un reconocimiento al amparo de esta Ley. Pero en la práctica los que la invocan pretenden justificar los actos represivos de la izquierda a la par que borran cualquier dignificación a sus víctimas.
Recientemente, un estudio del Ayuntamiento de Sabadell, valoró la posibilidad de retirar el nombre de la calle de Dolores Ibarruri, "La Pasionaria", por haber estado al servicio del estalinismo. Aplicación reflexiva y ecuánime de la Ley de la Memoria Histórica.
Un testigo famoso fue Antoine de Saint-Exupéry, quien ejerció como corresponsal de guerra en Barcelona, en manos de los anarquistas, donde escribe que aquí "no se combate, tan sólo se fusila". Una opinión imparcial que hoy se olvida, como si los únicos que fusilaron fueran los franquistas. Y como si hubiera que rendir homenaje a los que también fusilaban.
La Exposición de motivos habla del "espíritu de reconciliación y concordia, y de respeto al pluralismo y a la defensa pacífica de todas las ideas", mencionando la Transición y la Constitución de 1978, que dicen dió lugar a un "Estado social y democrático de derecho con clara vocación integradora".
"Es la hora, así, de que la democracia española y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas, en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia."
También expone la Ley su homenaje a "quienes en distintos momentos lucharon por la defensa de los valores democráticos", poniendo como ejemplo, entre otros, a los brigadistas internacionales y los combatientes guerrilleros, para a continuación afirmar que esta Ley sienta las bases para que "los poderes públicos lleven a cabo políticas públicas dirigidas al conocimiento de nuestra historia y al fomento de la memoria democrática." Para ser mínimamente críticos, la democracia estaba fuera de juego desde el principio, con un bando apoyado por Hitler y otro por Stalin, así que las alabanzas a luchadores por los valores democráticos en la Guerra Civil chocan con la dura realidad.
Cabe citar también este párrafo: "En definitiva, la presente Ley quiere contribuir a cerrar heridas todavía abiertas en los españoles y a dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión de la Dictadura. No es tarea del legislador implantar una determinada memoria colectiva. Pero sí es deber del legislador, y cometido de la ley, fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos como las entonces vividas".
Si no se trata de "implantar una determinada memoria colectiva", se le parece mucho porque todos los entes públicos, incluyendo la educación, están obligados a obedecer estas consignas sin discusión.
En realidad, esta proclama se basa en la idea de "dignificar" a los muertos olvidados por el franquismo relegando al olvido a los que murieron víctimas del otro bando. Es inútil repetir que los combatientes en la Guerra Civil frecuentemente no murieron "por sus ideas" sino por el reclutamiento forzoso en ambos lados y bajo amenaza de ser fusilados por desertores. A éstos, que los hubo, nadie les va a recordar.
Analicemos, desde el artículo 1, el objeto de la Ley que es "reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales".
Cuando la Ley cita a "quienes padecieron persecución o violencia", dice también cuándo: "durante la Guerra Civil y la dictadura". Ahora bien durante la Guerra Civil muchos fueron perseguidos, torturados o muertos en el lado Republicano. Con la Ley en la mano, también ellos debieran ser reconocidos y compensados. Y más si la propia Ley dice pretender dignificar a todas las víctimas de persecución durante el conflicto civil.
Por poner un ejemplo claro, la persecución por motivos religiosos fue casi exclusivamente dirigida en el lado republicano, y fueron muchos los ejecutados por el mero hecho de ser católicos.
En cuanto a la defensa de los valores democráticos, la izquierda republicana había dado un primer golpe de estado asesinando al jefe de la oposición en un clima de desobediencia a la Ley, pistolerismo, ocupaciones de tierras y otras actividades generalmente consideradas ilegítimas. Lo de Franco fue un contragolpe llevado a cabo principalmente por militares. Merecen también por ello ser llamados rebeldes, pero es que no existía ya un gobierno legítimo.
Nunca eso le importó al franquismo, que celebraba su "glorioso alzamiento" a pesar de las connotaciones penales de esta expresión. "Alzarse con las armas" es una expresión de uso jurídico que siempre han reivindicado los sublevados que impidieron la dictadura frentepopulista imponiendo la suya propia. Tanto o más rebeldes como fueron también anarquistas y comunistas que dirigían sus propias columnas insumisas al Gobierno Republicano mientras hacían la revolución en la retaguardia. Sus innumerables víctimas, o sus allegados deberían poder reclamar un reconocimiento al amparo de esta Ley. Pero en la práctica los que la invocan pretenden justificar los actos represivos de la izquierda a la par que borran cualquier dignificación a sus víctimas.
Recientemente, un estudio del Ayuntamiento de Sabadell, valoró la posibilidad de retirar el nombre de la calle de Dolores Ibarruri, "La Pasionaria", por haber estado al servicio del estalinismo. Aplicación reflexiva y ecuánime de la Ley de la Memoria Histórica.
Un testigo famoso fue Antoine de Saint-Exupéry, quien ejerció como corresponsal de guerra en Barcelona, en manos de los anarquistas, donde escribe que aquí "no se combate, tan sólo se fusila". Una opinión imparcial que hoy se olvida, como si los únicos que fusilaron fueran los franquistas. Y como si hubiera que rendir homenaje a los que también fusilaban.