GUZMAN1

martes, 9 de abril de 2019

TIC, TAC, TIC, TAC ...



Protegido por sus escoltas de la Guardia Civil en su nueva mansión, Pablo Iglesias ya no recuerda por qué dijo que «Lo de izquierdas que eres se mide por la distancia que dejas con la policía.».

Iglesias se llegó a creer que él podría por fin ser el que dirigiera la policía para que sirviera a sus intereses como en sus admirados regímenes bolivarianos. Su proyecto, integrado en la corriente del "socialismo del siglo XXI" es «Una izquierda que sea capaz de plantearse como alternativa de gobierno con propuestas concretas y específicas, y ahí el punto de referencia puede ser América Latina». 

Como ha dicho tantas chorradas, no le preocupa la hemeroteca y aunque ahora reniega de sus palabras, nosotros sí recordamos cuando dijo: «Se echa de menos al comandante. Venezuela es un modelo para Europa.» No sabemos si aún lo piensa o sólo fue una manera de agradecer favores a los bolivarianos y a los ayatolás iraníes. Sea o no cierto que les han financiado, hay desde hace mucho negocios de la oligarquía española con estas potencias petroleras y lo que vale para unos tiene que ser igual para todos.

Visto lo dicho, los seguidores de Podemos buscan ahora nuevas alternativas de izquierda para su partido, si el aparato de Iglesias y su camarilla lo permiten. De los dirigentes, Iñigo Errejón ha sido el primero en buscar una salida digna. Ramón Espinar, líder de Podemos en Madrid, ha seguido sus pasos y la formación morada seguirá perdiendo capital humano hasta que el grupito de Iglesias se quede solo.

La ruptura con Izquierda Unida tiene como resultado que esta formación se plantee aglutinar a la izquierda. Pretenden desligarse de la dirección de Podemos, y respaldar candidaturas en todos los territorios.

Sería fácil echar la culpa de todo al arrogante Pablo, pero él sólo se representa a sí mismo y no a sus votantes. La masa que le sigue confunde las palabras y opiniones personales de alguien que ejerce un cargo con la ideología del partido.

¿Y cuál será esa ideología? Dicen que son de izquierda y por ello justifican su sexismo positivo, su afán de poder intervencionista y su política de reeducación de las masas a su capricho. El Estado invasivo que ansían Pablo Iglesias y sus servidores les permitiría controlar aparatos administrativos, subvenciones y privilegios nada más ocupar sus escaños.

Prometiendo nuevas soluciones para todo, los diputados que aspiran a ser plenipotenciarios nos las dictarán a los gobernados. Muchos republicanos de los que añoran la experiencia de los años treinta han dado su confianza a Podemos, creyendo que no han sido asimilados al sistema de partidos.

El fin de Podemos es que Pablo Iglesias lo venda o alquile a la socialdemocracia. El partido se distinguía por seducir a ciudadanos cansados de las prácticas de las formaciones tradicionales. Un partido que alardeaba de hacer una nueva política, participativa y plural, valores que no mantiene debido a los personalismos y la falta de democracia interna.

Desde las principales cadenas de TV, los partidos pueden manipular a sus fieles seguidores. Podemos, gracias al PSOE, tiene acceso a los medios públicos y también cadenas privadas que les sostienen, presentándolos como la alternativa rupturista. Cualquier cosa recibe el nombre de "radical" cuando habla la prensa bipartidista, para la cual la mugre incrustada durante años es la única opción en democracia. Así que no hay que hacer mucho caso a la labor de los medios de incomunicación, porque son los que ponen partidos, o los quitan cuando conviene a quien paga mejor.

Los partidos emergentes de la izquierda populista mantienen la estrategia de llamar la atención, movilizando al votante crédulo con huelgas y revolución carnavalera. Su credibilidad, pese a las grandes palabras y promesas, ya no es lo que era.