GUZMAN1

sábado, 26 de septiembre de 2020

"Con presunción de bélico soldado", de Lope de Vega.


Con presunción de bélico soldado,
galán sale y feroz Pablo atrevido,
que si agora en la cuenta no ha caído,
caerá muy presto del primero estado.
¿Adónde, Pablo, de soberbia armado
para quedar con una voz vencido?
Seguid las letras, ¿Dónde vais perdido,
que habéis de ser Dotor del mayor grado?.
Aunque valor vuestra persona encierra,
no es bien que nadie contra Dios presuma,
que dará con los ojos por la tierra.
La Iglesia espera vuestra docta suma,
mirad que no sois vos para la guerra,
dejad las armas y tomad la pluma.




El movimiento antifa no puede considerarse una organización, ya que los antifa se organizan y actúan a nivel local, y el movimiento ni siquiera se basa en una única ideología: incluye a socialistas, anarquistas, comunistas o anticapitalistas unidos en su oposición a la extrema derecha y, particularmente en Estados Unidos, al supremacismo blanco.

Su objetivo es impedir que la extrema derecha difunda sus discursos, ya que, según los antifascistas, estos generan odio contra las minorías y son una amenaza para la democracia. Para conseguirlo, los antifa recurren al uso de la violencia, que consideran justificada para lograr su objetivo.

Podemos, partido socio del Gobierno de Pedro Sánchez, ha sido especialmente beligerante con las manifestaciones en las calles, buscando defenderse de la gestión llevada a cabo desde el Gobierno. 
Las caceroladas que empezaron en la calle Núñez de Balboa de Madrid se han extendido no solo por la Comunidad, sino que han alcanzado otras regiones como Cataluña. Con la extensión de las protestas también se han extendido los problemas y la Policía está preocupada.

De las 77 organizaciones anticapitalistas que se calculan existen en España, sólo en Madrid hay unas 40, la mayoría sin actividad reconocida y repartidas por todos los barrios de la capital. La mayor parte de estos movimientos están ligados en toda España a equipos de fútbol y no solo se encuentran en barrios obreros. Los siguientes por tamaño y actividad se encuentran en Barcelona y las Fuerzas de Seguridad ya los conocen bien por los incidentes protagonizados por independentistas en las calles de Barcelona, donde ha formado un "ejército" de unas 4.000 personas según la Policía. En el resto de España son activos en Asturias, País Vasco, Andalucía y Cantabria.

Todos los grupos de izquierdas o casi todos tienen canal de Youtube, página de Facebook y son activos en Twitter, las redes sociales son su ámbito perfecto de actuación y en ellas captan seguidores y se manejan como peces en el agua.

La polémica se ha servido además con las declaraciones del vicepresidente Pablo Iglesias tras las concentraciones delante de su casa, así como en la del ministro de Transporte, José Luis Ábalos. El vicepresidente ha manifestado que estas protestas solo contribuyen a la crispación y que: “Mañana será gente de izquierdas manifestándose enfrente del apartamento de Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros o de la casa de Abascal”. Estas declaraciones han sido interpretadas por otros políticos y medios de comunicación como amenazas de la izquierda de continuar las protestas.

Por supuesto, estas declaraciones no pasaron desapercibidas por otros políticos como es el caso del líder de Vox, Santiago Abascal, quien decidió responder con un tuit a través de su cuenta de Twitter oficial en la que explicaba: “El vicepresidente del gobierno amenazando con mandar a su partida de la porra a nuestras casas. ¡Pero si el jarabe democrático lo inventó él! En mi tierra ya me lo hicieron sus amigos de ETA. Y aquí estamos”. Estas declaraciones hacen referencia a las declaraciones de Pablo Iglesias en 2013 durante el programa “Fort Apache”, donde defendía los escraches y los denominaba “el jarabe político de los de abajo”.


Rodrigo Lanza Huidobro, el asesino confeso de un hombre que llevaba tirantes con la bandera de España, es nieto del almirante Sergio Huidobro, un ex-contraalmirante y diplomático chileno, que mandó la Infantería de Marina de Pinochet y tuvo una importante intervención en el mismo golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

La mamá del angelito es Mariana Huidobro, una activista de extrema izquierda, cuyo documental “Ciutat Morta” sobre supuestas torturas policiales a su hijo provocó el delirio progre en 2015, es de culto para la CUP, ERC y Podemos, lo emitió Canal33 y fue premiado por el ayuntamiento de Trias porque acusaba a España de tener un sistema judicial corrupto. El documental hacía creer a la gente que Rodrigo era un angelito inocente de dejar tetrapléjico al guardia urbano Juan José Salas de una pedrada; parece que su abogado defensor en el caso fue Jaume Asens (Podemos), teniente de alcalde con Colau, diputado de Podemos en el Congreso y defensor también del maestro del imán de Ripoll. Rufián (ERC) estuvo emitiendo trinos alabando el documental de Lanza durante semanas.

Con los abogados que ha podido pagar su familia y las influencias de los simpatizantes izquierdistas del antisistema Lanza, éste consiguió que el asesinato a golpes de Víctor Laínez Muntané fuera considerado "homicidio imprudente". Los fiscales y los testigos indicaron que el antisistema atacó brutalmente a su víctima por la espalda y que, una vez en el suelo y sin conocimiento, siguió propinándole puñetazos y patadas en la cabeza.

Con jueces poco dispuestos a la severidad con un "antifa", la familia de Lanza puede mover sus contactos en Chile y en Madrid igual que hizo tras su detención en 2006 por la agresión a un guardia urbano de Barcelona que quedó tetrapléjico. El reincidente niño mimado con veleidades anarquistas cuenta con la saga del abuelo golpista, que quiere para su cachorro la misma impunidad por sus crímenes que la suya por lo que hizo en la época de Pinochet.

Sin embargo, las tesis de la Fiscalía y las acusaciones de la familia de la víctima Víctor Laínez y de la acción popular han sido acogidas por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que ha ordenado repetir el juicio contra Rodrigo Lanza por el contradictorio veredicto del jurado.

Es impresentable que el magistrado que enjuició el caso aceptase condenar a Lanza por un delito de lesiones dolosas concurrente con otro de homicidio imprudente, con una atenuante de arrebato y una agravante de actuación por motivos ideológicos. Sólo un jurista indecente puede justificar que el agravante de odio pueda atenuarse por no controlar el impulso asesino.

El jurado ha considerado por mayoría de ocho a uno a Rodrigo Lanza culpable del asesinato de Víctor Laínez en diciembre de 2017 en un bar de Zaragoza, y ha determinado por la misma mayoría que la agresión se produjo sin que la víctima pudiera defenderse y que fue por motivos ideológicos, aunque descarta el ensañamiento.

Así, el tribunal popular acepta las versiones de la fiscalía y las acusaciones y rechaza la versión dada por Lanza en el juicio, quien manifestó que actuó movido por el pánico pensando que Laínez le iba a atacar con una navaja, y que el primer golpe se lo dio de frente.

Los nueve jurados han considerado probado que Lanza golpeó fuertemente con el puño la parte inferior trasera de la cabeza de Laínez, tras lo que este cayó inconsciente. Por unanimidad determina el tribunal popular que cuando la víctima estaba en el suelo Lanza le dio una patada en la cabeza, se le colocó encima y siguió propinándole puñetazos en la cara, tras lo que le dio una última patada muy fuerte en la cabeza y salió del local.

El jurado, además, considera probado por unanimidad que la víctima no llevaba una navaja, como Lanza arguyó en el juicio para demostrar que había actuado movido por el pánico, y que la causa de la muerte fueron los severos traumatismos craneoencefálicos que le provocaron una parada cardiorrespiratoria, así como que no se defendió.

Como agravantes el jurado acepta que el acusado actuó por motivos ideológicos, basándose en que un amigo le había advertido previamente de la condición de extrema derecha de la víctima, y la alevosía, teniendo en cuenta que no tuvo posibilidad de defenderse.

Ante este veredicto, la fiscalía y las acusaciones han calificado los hechos de asesinato con alevosía y con la agravante de motivos ideológicos, y la atenuante de influencia leve del alcohol.

La fiscalía ha pedido 20 años de prisión y 150.000 euros de indemnización, que las acusaciones particular y popular han elevado a 25 años con una indemnización para los herederos legales de Laínez de 500.000 euros.

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a Rodrigo Lanza a 20 años de cárcel por asesinato con alevosía y motivos ideológicos. La semana pasada, el jurado consideró por mayoría de ocho a uno a Rodrigo Lanza culpable del asesinato de Víctor Laínez y determinó por la misma mayoría que la agresión se produjo sin que la víctima pudiera defenderse y que fue por motivos ideológicos, aunque descartó el ensañamiento. El tribunal consideró como atenuante también su estado de embriaguez.