GUZMAN1

jueves, 26 de febrero de 2015

MILAGROS DE PANES Y PECES.



Vaya debate del Estado de la Nación, que pareció un mítin y no una rendición de cuentas como correspondería.

Sin entrar en definiciones, una de las características del populismo es prometer cosas que no se van a cumplir. ¿Qué partidos no son populistas en estos días? ¿Cuántas de sus promesas a la ciudadanía se podrían cumplir?

El populismo se ha entendido generalmente como búsqueda de popularidad o simpatía del más amplio grupo de votantes para mantener 
a corto plazo el poder y la hegemonía política.

Hoy se habla mucho de "Podemos" pero hay y ha habido numerosos partidos y coaliciones contrarios al estado democrático y sin embargo, su rechazo a estas estructuras de poder no les impide pensar en utilizarlas para favorecerse a sí mismos.


Esto viene de antiguo. Controlar los sectores económicos estratégicos (energéticos, industriales, bancarios, etc.) y captar recursos de la ciudadanía para redistribuirlos entre aliados poderosos, ha sido siempre parte de la política populista de los principales partidos españoles, nacionales o no.

Cambio de opinión si empezasen a cambiarlo desde fuera del sistema, pero es que no creo que los asilvestrados lo cambien aupándose a lo peor de cualquier sistema. Aquí lo que pasa es que somos tantos los arrinconados por este régimen político y tantos los favorecidos oprobiosamente que los primeros no esperan nada de los segundos, y éstos se agarran a sus estructuras porfiando de cualquier tipo de reformismo.


Un sólido motivo para desinflar muchas expectativas electorales es la corrupción de los partidos que cobijan delincuentes desde hace más tiempo. Cosa que no ha importado tanto a tantos votantes tantas veces.

Pero mucho ojo con las formaciones nuevas y otras no tan nuevas que ni convencen de ser diferentes ni aseguran cómo poner en práctica las mejoras sociales y económicas prometidas.

El que vota por convicciones a lo mejor se puede ver superado por los que votan por necesidad. Resultado de haber dejado a tantos en la cuneta y sin esperanza.

Aunque cuenta en campaña electoral la moral humana del votante, la del votado nunca se sabe pero desgraciadamente se supone.



En fin, han encendido la luz verde a las elecciones municipales, y en Andalucía también autonómicas pero allí no me toca votar.

La Constitución Española de 1978, en su artículo 137, dice que "El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses". Manda huevos que la misma carta de derechos fundamentales hable de los intereses de la Administración en lugar del de los ciudadanos.

Al hilo del artículo 140, se garantiza la autonomía de los municipios, que gozarán de personalidad jurídica plena. "Su gobierno y administración corresponde a sus respectivos Ayuntamientos, integrados por los Alcaldes y los Concejales". Los Concejales pueden ser elegidos por los vecinos y los Alcaldes también, excepto en los casos en que son electos por los concejales.

La ley también debe regular las condiciones en las que proceda el régimen del "concejo abierto", ese supuesto de democracia directa para los municipios pequeños. En éstos se juntan de verdad los habitantes, con esas resonancias asamblearias que ahora convencen a tantos.

Además, el artículo 141.3. permite otras situaciones especiales, como la creación de agrupaciones de municipios diferentes de la provincia. Se ha hablado mucho de las ventajas que supondría unificar pequeños municipios, pero la agrupación de los cinturones industriales también puede aplicarse en las grandes ciudades.

Los representantes son los responsables de que el gasto se sujete al mejor aprovechamiento de los fondos y no al endeudamiento, el despilfarro o el descontrol, torpedos favoritos del populismo contra la sostenibilidad presupuestaria.

Y también de que queden reservas cuando dejen el cargo, pero eso ya les importa menos porque siempre pueden ir a pedir más. "Las Haciendas Locales deberán disponer de los medios suficientes para el desempeño de las funciones que la ley atribuye a las Corporaciones respectivas y se nutrirán fundamentalmente de tributos propios y de participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas" (artículo 142 de la Constitución). Algunos han ejercido el cargo demostrando ser capaces de agotar hasta una cornucopia.





La cocina de las encuestas de intención de voto ya nos dice a quién es mejor no votar. ¿Quién es peor que gane las elecciones municipales? No nos lo dirán las estadísticas oficiales, con las que también nos la quieren dar con queso.

La Ley 12/1989, de 9 de mayo, de la Función Estadística Pública regula la planificación y elaboración de estadísticas "para fines estatales", a tenor de lo establecido en el artículo 149.1.31 de la Constitución.

La Administración del Estado y las entidades dependientes de ella organizan sus servicios estadísticos dentro de sus relaciones con las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales, así como con la Comunidad Europea y Organismos internacionales.

Las Comunidades Autónomas que tengan competencia exclusiva en materia estadística en teoría deberían estar coordinadas con la Administración Central, y usar criterios comunes. Sin embargo esta coincidencia existe sólo en los fines, que son los del que encarga las encuestas.


Algunos no saben qué hacer por el pueblo con el poder que les han dado. Hasta ese punto demuestran ser usurpadores y no representantes.

Para lo que quieren alcanzar la mayoría es para quedarse algunos años en la máquina de sacar dinero que es el ejercicio de un cargo.

Y se sabe por todos menos por los que tienen en sus manos evitarlo, o eso aparentan. Cada factura de estos negocios está a disposición de los que pueden juzgarlos. Aquí no se mueve un papel sin untar a uno o a varios, pero los jueces no quieren ver la relación entre los asuntos que llevan para, en teoría, juzgarlos con independencia. Así que, pese a estar claro que un pago por asesoramiento coincide con porcentajes de ciertas gestiones, los vínculos de la corrupción se juzgan como hipótesis nunca suficientemente demostradas.




Como las condenas de verdad no se aplican al selecto club de los representantes de lo ajeno, éstos han acordado aplicarse las llamadas "penas de telediario" que vienen a sustituir una condena por un corto paseíllo ante la prensa autorizada.

Ni siquiera un abucheo al estilo de la tomatina de Bunyol, porque los escraches eran poco democráticos y ya los jueces han dicho que no eran reprimenda sino amenaza.

Pero es que la amenaza es recíproca cuando la invasión de una determinada política afecta a los derechos básicos de gran parte de la población, que los exige con la intensidad de sus circunstancias.

La política de más burocracia y menos consideraciones ideológicas y sociales no puede esperar buena acogida. En lugar de buscar la simpatía del ciudadano, los gobernantes buscan la complicidad de los enchufados en las administraciones públicas y las grandes empresas.


Además, hoy por hoy es Europa quien toma las decisiones en esa búsqueda de la eficacia que reduce a cifras los problemas ciudadanos. Lo que le viene muy bien a todos los que gobiernan según esas instrucciones pero que quieren echar la culpa a otro.



La política es para que algunos puedan labrarse su futuro y si acaso el de algunos parientes y amigos, pero mucho menos para mejorar el nuestro.

La próxima campaña con la que querrán infundirnos esperanzas lejanas no me va a convencer de que estamos muchísimo más lejos del bienestar general que lo que siempre nos vende la propaganda electoral. Decían que la recuperación habría llegado en 2.014, ahora Rajoy dice que el año que viene, usando el truco del palo y la zanahoria. El camino va a ser duro, menos para los que nos miran desde el palco.

No me extraña que haya gente que quiera votar a quien prometa cambiar unas reglas que no se cumplen porque a unos cuantos no les da la gana.

Es que es demasiado lo que se va sabiendo sobre los candidatos, sus comités, cuadrillas y apoderados.




Aquí por lo visto se hace mangante todo el que se acerca a un cargo con su correspondiente aforamiento, que ya es como un título y se transmite por parentesco, amor y amistad.

Los viejos partidos izquierdistas están tocados y en favor de las nuevas plataformas de cibervotantes. Ahí es en lo que los podemistas han ganado votos y hasta de los que no votan.

Los que hablaban de ser honrados, aunque no lo eran, seguirán teniendo votantes resignados a que les roben, o votantes a quien ya no pueden robar más, o que también aspiran a vivir del cuento.



Para los que sueñan con vivir en la Venezuela europea, hay muchas "franquicias" que ellos llaman "círculos" porque dan vueltas sin ton ni son para llegar al mismo sitio.

Para muestra, un botón: la actriz Ada Colau y su tingladete electoral, a ver qué sale. Dentro de lo inservible, los hay peores entre el resto de tapaderas pseudodemocráticas de la coprocracia hispánica, partidos y coaliciones, cubiles de la profesión y abuso de la política.

La costumbre de hacer lo que les da la gana ha creado estos nuevos movimientos que aspiran a lo mismo.



Veremos si cambiamos a la vieja guardia convergente que caciquea la ciudad en donde vivo, si se dejan robar la silla.

Ya estoy viendo a sus candidatos pidiendo el voto en la calle con el único argumento de la banderita estrellada, como si fuese la suya. Más de lo mismo y a gastar en obras, que su gente no tiene ni un euro y les hace falta.

¿Qué partidos pueden obrar el prodigio de hacer caer el árbol reseco de la capitalidad provinciana que representa Trías?


A la espera del bronce en las próximas elecciones y sin perder de vista lo que más les importa, Rosa Díez también ha pedido un adelanto de la plata y el oro para que se vea que su partido es de los que aspiran a plaza permanente con retiro garantizado para sus lugartenientes.

De eso no tienen la culpa todos los candidatos, pero seguramente sí los de las grandes ciudades, que conocen la tela.

Para algunos, UPyD son meros pescadores del voto socialista harto de la mugre. La regeneración intransigente es lo que nos hace falta, con escarmiento público al caco como mandan las tradiciones de la defenestración. 

Ya veremos si los upeidistas, que han estado años proyectando su programa, podrán cumplirlo sin sulfurar a la gobernanta que es la que decide en nombre de los que le son útiles mientras le sirvan. Para que nos hablen de democracia.



Ciudadanos por fin tiene un programa económico, diez años después de su Primer Manifiesto por el que convocaban a la ciudadanía a la creación de un nuevo partido político que se preocupara de los problemas reales de la ciudadanía, de buscar soluciones a éstos y dejar de darle vueltas a los debates identitarios promovidos por la mayoría de partidos catalanes.

El programa ha tenido tan buena acogida que los populares han tomado prestadas algunas fórmulas y Rajoy dice que este sí lo va a cumplir. Orinocos orino de la risa, que diría Monedero.

Se agradece un contrapeso al monolitismo de los grandes partidos, sobre todo en Cataluña. Representan un voto moderado con un programa, dicen que viable, que ha llegado justo a tiempo de los comicios.

Cuidado, Rivera, que si no cumplen tus ediles, será sólo populismo, y eres la gran esperanza catalana. Al menos para los que no somos partidarios de seguir bailando al son de los independentistas.



Ya sé que otras veces he hablado de Vox, que ya veremos si nos brinda algunos concejales que pongan por ahí un poco de orden. Se atreven a decir que son de derechas en lugar de huir de los calificativos, cosa que sí hace Ciudadanos. Por eso los de VOX me convencen más, pero desde luego las expectativas electorales más optimistas son para "C's" en Barcelona y aledaños.

Y eso que casi todos los partidos me considerarían como del Tea Party radical o algo así. Con la falta que hace concentrar fuerzas en una sola lista y uno ve lo celosos que están unos de otros por apetitos de poder que a los demás nos impiden ser dueños de nosotros mismos. A ver si nos enteramos todos de que los partidos no roban votos, sólo los pueden perder.





Si es que ya no dan ganas de volver a pisar un colegio electoral. Votar se parece a probar suerte con la lotería, dejándote esa duda que te mueve a comprar el boleto porque si no a nadie le toca.

Yo considero el abstencionismo una opción política, así que cuando me digan que debería votar aunque sea en blanco ya les diré yo cómo pueden perder el tiempo de forma más útil a la sociedad.

Como por ejemplo escribir un blog que en apariencia no lee nadie.