GUZMAN1

martes, 12 de diciembre de 2017

"A jugar y perder, pagar y callar."


Artur Mas, el que fuera gallito peleón, va a tener que pagar de sus abultados bolsillos los costes de la consulta ilegal del 9 de noviembre de 2014. Aún no hay una resolución definitiva, pero cautelarmente el Tribunal de Cuentas ha impuesto una fianza a los responsables últimos de la convocatoria: Mas, Rigau, Ortega y Homs.

Este cuarteto debe depositar solidariamente 5,250 millones de euros por el gasto ocasionado al erario público para la organización de la consulta del 9-N, celebrada pese a haber sido suspendida por el Tribunal Constitucional.

No sabemos si cada uno pagará su parte o tendrá que ser el expresident el que saque de Liechtenstein el dinerito. Pero si no sale todo lo que se debe en plazo, el Tribunal embarga cuentas y propiedades. El Tribunal de Cuentas ha ordenado el embargo del domicilio de Mas en la calle Tuset de Barcelona, así como de otros responsables del desafuero.

Artur no estará verdaderamente contento hasta volver a ser President, a ver si sale de las urnas indemne y aforado para poder recuperarse del desembolso.

Gozan de inmunidad gracias a tantas concesiones a los rupturistas como las que hace Rajoy como su predecesor, siempre dispuestos a reunirse con Artur y sus suplentes cuando sea, pero para hablar en privado de "otras cosas". Ya se sabe, algunas de aquellas que Rajoy dijo que son ciertas.


El PDeCAT ha promovido una colecta para recoger fondos destinados a pagar los costes jurídicos y las multas derivadas de las penas de inhabilitación a los condenados por impulsar la consulta soberanista del 9-N.

La coordinadora general del PDeCAT animó “a todos los ciudadanos, no solo los del partido”, a aportar fondos con los que “sostener a las personas inhabilitadas”. El argumento es que “nuestro agradecimiento es grande, pero también tenemos que ayudarles a tirar hacia delante y dejarles claro que no están solos”.

Cuando se dirigen a los que no son de su partido deben referirse a los votantes del soberanismo, porque a muchos nos parece muy bien que tengan que devolver el dinero desviado. Hay muchos soberanistas tan inocentes o tan obedientes que pagarán con gusto los gastos de gente que se ha hecho rica con la política.


El ex-vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, afirmó que todos los catalanes que votaron en la consulta del 9N estarán "más que satisfechos" de aportar dinero para "crear una caja de resistencia". Junqueras calculaba que, si votaron "más de dos millones personas" solamente tocarán a 2'1 euros por persona.

Con lo de la independencia el ex-President Mas sólo se ha enfrentado a los partidos del llamado "bloque constitucional", para alinearse con los demás. Ya no se trata de no definirse, como siempre fue entre los convergentes, sino de recabar todos los apoyos posibles tras haberse metido solitos en un berenjenal que ya les supera.

Dicen que "la pela es la pela" y puede que la coacción económica personal funcione mejor que los demás métodos aplicados por "Madrit" para sofocar las maniobras independentistas.


Ahora a las asociaciones indepes se les amontona tanta petición de beneficiencia como están recabando para fianzas de investigados. La ANC ha pagado la libertad de Carme Forcadell y otros de los encausados por rebelión y sedición.

Por lo menos, Artur Mas no va a tener que repartirse los fondos con los ex-consellers que quedan en prisión sin posibilidad de fianza. Bien se nota que algunos tenían fondos preparados para esta eventualidad, además de las contribuciones ciudadanas. Una prueba más de que todo esto es una farsa prepactada para que el actual Govern pase a la reelección y así no tengan que rendir cuentas de su patrimonio a la ciudadanía y a la superioridad. La famosa "Transparencia" legal no sirve de nada.

Se han creído que todo este entramado jurídico que ha ido a parar al Tribunal Supremo es pura teatralidad, como si realmente tuviesen una carta guardada que les saque del presidio cuando ellos lo decidan. A lo mejor es verdad lo que dijo Pujol sobre no menear el árbol y eso es lo que estamos viendo mientras nos entretienen con su revuelta de pacotilla.

El Supremo parece más apaciguador que la Audiencia Nacional con las medidas cautelares sobre los líderes insumisos. Como quieren parecer unos vejetes simpáticos, se conforman con declaraciones de arrepentimiento y propósito de enmienda de los acusados que, de momento, aquí no señalan como renegados. Ya se sabe que en un Juzgado el acusado tiene derecho a mentir.

La buena conducta en prisión puede que permita a Junqueras y los demás recuperar su libertad. Cuentan con ello para las elecciones, y si no les dejan salir en caso de ser reelegidos tendremos un lío muy gordo.


En fin, ya veremos si acaban por extraditarnos a Puigdemont y sus consellers prófugos, Toni Comín (Salud), Meritxell Serret (Agricultura), Clara Ponsatí (Enseñanza) y Lluis Puig (Cultura).

¿A esos les van a permitir pagar fianza, con demostrado riesgo de fuga?. Ya veremos, el día que vuelvan, cosa que ocurrirá tarde o temprano, y en función de la posible excarcelación de los consellers que no gozan de las ventajas del exilio. 
Encima los cinco de Bruselas se las dan de gobierno legítimo desterrado, mientras los presos como mucho ponen algún twitter para animarse.

El Ministerio del Interior sigue la pista del Mosso D'Esquadra que hizo de chófer para la fuga de Puigdemont a Bélgica. No le valdrá de excusa decir que lo hizo estando fuera de servicio porque la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se rige por el principio de "dedicación profesional" que obliga a estos funcionarios a intervenir siempre estén o no de servicio, en defensa de la Ley y de la seguridad ciudadana. Son responsables personal y directamente por los actos que en su actuación profesional llevaren a cabo, infringiendo o vulnerando las normas legales, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial que pueda corresponder a las Administraciones Públicas por las mismas. Todos los gastos del proceso de extradición de Puigdemont se los tendrían que reclamar.

Como siempre, que se las cargue un pringao. Ja, ja, ja.

Aprende de tus antecesores, Puchi.