Los populares creen que pueden seguir acaparando el voto conservador agitando la bandera para estar a tono con Ciudadanos y Vox. El bipartidismo expulsa o asimila a los partidos emergentes para imponernos su desolador muestrario de representantes, que aspiran a nuevos gestores del Estado en su propio nombre e interés.
El actual resquebrajamiento del bipartidismo socialdemócrata es resultado de la absoluta vacuidad ideológica de los partidos mayoritarios, los viejos y los emergentes. Ninguno ha presentado un programa interesante, creíble o novedoso. Ninguna propuesta tangible, sino vaguedades y las consabidas promesas de solucionar problemas que apenas corrigen para mantener el voto cautivo.
En lugar de valores, exhiben una estrategia de cálculo para atraerse votos engañando y confundiendo a la opinión pública. La errática y baldía política de la cuadrilla de Sánchez sólo se sostiene compensada por unos oponentes tan débiles e inútiles como ellos. Se supone que cuando uno cree en una determinada ideología intenta seguirla para poner en marcha proyectos para alcanzar sus objetivos. El único objetivo de nuestros congresistas parece ser distraernos con sus rifirrafes parlamentarios.
En lugar de valores, exhiben una estrategia de cálculo para atraerse votos engañando y confundiendo a la opinión pública. La errática y baldía política de la cuadrilla de Sánchez sólo se sostiene compensada por unos oponentes tan débiles e inútiles como ellos. Se supone que cuando uno cree en una determinada ideología intenta seguirla para poner en marcha proyectos para alcanzar sus objetivos. El único objetivo de nuestros congresistas parece ser distraernos con sus rifirrafes parlamentarios.
Los dirigentes populares presumen con alucinante desfachatez de ser "el partido de las ideas", cuando llevan dos décadas sin representar ninguna ni más ocurrencias que la amnistía fiscal para los defraudadores y corruptos. Los de Ciudadanos, que están igual en cuanto a propuestas, se apuntan al seguidismo mientras Vox tendrá que ejercer la oposición por su cuenta.
Las diferencias ideológicas entre las derechas abarcan desde posturas liberales y laicas al confesionalismo religioso, desde el apoyo al sionismo al antisemitismo, desde posturas nacionalistas a otras globalizadoras. Pese a la campaña de prensa que agita la resurrección del franquismo y del neofascismo, Vox demuestra aceptar la democracia como medio adecuado para proteger un orden social que sirva para defender la propiedad privada, la creación de riqueza a través de la libre competencia, y bajo la protección de la moral tradicional, no la demagogia cambiante del llamado progresismo.
Abascal ha centrado su campaña en la suspensión de la autonomía catalana, la derogación de la Ley de Memoria Histórica y de la sexista ley de violencia de género para promulgar una ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños. En su programa abordan también el empleo, las cotizaciones y la inmigración. Algunas de sus propuestas han sido acogidas por el PP y en otras chocan, pero aunque Vox no obedece órdenes de la Unión Europea, los populares sí y tienen mayoría en la oposición.
Vox es el único partido con una posición firme y clara contra la mortífera y criminal ruta de las pateras. Como Trump, quieren construir muros alrededor de Ceuta y Melilla y se han significado a favor de la posesión de armas y su uso en legítima defensa. que está castigado en España. Las armas sirven para defenderse tanto como para robar y asesinar, por lo que incrementar sus ventas podría agravar la inseguridad ciudadana. A cambio de reducir el gasto público y los impuestos que lo costean, hacen propuestas como éstas, que les hicieron superar a Albert Rivera.
Vox es el único partido con una posición firme y clara contra la mortífera y criminal ruta de las pateras. Como Trump, quieren construir muros alrededor de Ceuta y Melilla y se han significado a favor de la posesión de armas y su uso en legítima defensa. que está castigado en España. Las armas sirven para defenderse tanto como para robar y asesinar, por lo que incrementar sus ventas podría agravar la inseguridad ciudadana. A cambio de reducir el gasto público y los impuestos que lo costean, hacen propuestas como éstas, que les hicieron superar a Albert Rivera.
Rivera ha ignorado a sus votantes y ha dejado tomar a sus mecenas la mayor parte de las decisiones. Muy al contrario de su pregonado liberalismo, el partido Ciudadanos ha demostrado ser un aliado servil del bipartidismo socialdemócrata.
La socialdemocracia critica el capitalismo por las desigualdades sociales que comporta, pero sin embargo se cuida de ir contra la oligarquía por los muchos servicios y contribuciones que ambos se pueden prestar. Por eso, en el capitalismo de amiguetes que financia tanto a Ciudadanos como a populares, las propuestas verdaderamente liberales no están ni se las espera, ni ninguno representa una postura crítica con el intervencionismo económico y social del Estado, sino partidaria de que actúe para imponerse.
La defensa de la unidad de España es lo único que une al PP, Cs y Vox, porque se ha convertido en la única excusa que tienen para sobrevivir. En cuanto a lo demás, me reitero en lo dicho sobre la falta de propuestas de populares y ciudadanos en contraposición a las exageradas proposiciones de Vox.
La amenaza rojimorada extiende sus brazos a un pacto con los indepes catalanes y vascos que incluya amnistía y reconocimiento de Cataluña como país soberano. El socialista Iceta propone que Cataluña sea considerada una nación mientras España quede como Estado o mera entidad administrativa. La oposición, en lugar de ofrecer el voto a Sánchez si no a otro socialista más fiable, corta toda alternativa a que este contubernio se consolide fatalmente.
Pensando sólo en alcanzar el poder del Estado, y desde allí hipotéticamente promover el progreso social, los más atrevidos olvidan que los planes más ambiciosos suelen fallar. Además de que estos proyectos dependen de que las personas trabajen para el Estado y no en beneficio propio. La mejor manera de hacer crecer el país es permitiendo prosperar al individuo, sin que el Estado ponga obstáculos al libre desarrollo de la persona y de la economía. El "laissez faire" (dejad hacer) del sistema de libre competencia se halla en las antípodas del socialismo, que persigue la igualdad antes de nada, y para lograrla. necesita la intervención del estado.
Así las cosas, la oposición va a hacer en la próxima legislatura el boicot más absoluto al Frente Popular que se está conformando. En defensa de las prebendas que garantiza el bipartidismo.