La masacre que tuvo lugar el 11 de Marzo de 2.004 tenía como objetivo unir a todos los españoles en una causa, cuya polarización y manipulación surtió el efecto contrario. Al ser víctimas asesinadas al azar, todos nos sentimos amenazados por este tipo de acciones.
Al margen de ese hecho conocido, el crimen fue ejecutado con previo conocimiento de la Prensa, que alentó una ensayada agitación aprovechando la histeria general. La paulatina filtración de los datos que se fueron conociendo y la aparición de pruebas falsas junto a la desaparición de las pocas muestras tomadas fueron el interrogante sobre el papel del Estado y de terceros en la construcción de una verdad oficial.
Los grandes medios han jugado con el silencio y la indiscreción para alimentarse de fondos públicos y no de la calidad informativa de su negocio. Su principal objetivo ha sido ocultar un fraude orquestado por el Rey sobre jueces y fiscales para apropiarse de fondos retenidos judicialmente a quien la Prensa atribuiría la autoría ideológica del 11M, de ser necesario.
Un chivo expiatorio es la denominación que se le da a una persona o grupo de personas a quienes se quiere hacer culpables de algo con independencia de su inocencia, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador. De manera más específica, este apelativo se emplea para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados o para satisfacer la necesidad de condena ante la falta de culpables.
El montaje posterior a la serie de bombazos satisface las maquinaciones para alterar los precios del petróleo mediante embargos y guerras. Cuanto más alto sea ese precio, mayor la recaudación de impuestos.
Algunos medios han incidido en las incongruencias de las pruebas periciales y otros se limitan a hablar del tema como agua pasada. Sin embargo, el proceso judicial no quedó del todo cerrado, lo que indica que los fiscales o los jueces buscaban a alguien más que justificara la absurda instrucción y enjuiciamiento de los hechos. La Prensa no hizo nada diferente al señalar pistas falsas.
Bárcenas aseguró que “desde 1982 existió institucionalizado un sistema de financiación del PP con percepciones en «b» que se realizaban a través de donativos”. Con esos donativos, entre otras cosas, importantes dirigentes recibían “complementos salariales en b” y se compraban acciones de Libertad Digital, grupo de comunicación presidido por Federico Jiménez Losantos. Los gobiernos de PP y PSOE han tenido siempre a sueldo a la Prensa.
Por otro lado, la relación entre los explosivos asturianos (como los de la mochila de Vallecas) y los utilizados en los trenes nunca fue demostrada porque aparecieron pruebas falsas al tiempo que la masa coreaba "NO A LA GUERRA", desaparecían los videos de las cámaras de seguridad y se suicidaba el presunto comando yihadista. Todo apunta a que el 11-M fue un crimen que tuvo como consecuencia imprevista la elección de Zapatero pese a que fue probablemente cometido para sembrar artificialmente la ideología del choque de civilizaciones en la población europea, y para que ésta apoyara las guerras por el petroleo en Oriente Medio que todavía estaban por venir después de Irak.
Pero es de creer que Aznar no contaba con los informes de la policía a propósito de dos bombas sin explotar, contenidas en mochilas probablemente colocadas en los andenes después de las explosiones, entre los enseres extraídos de los trenes. El 11-M, que ocurrió un año después de la invasión de Irak, pudo haber servido para convencer a las opiniones públicas europeas y a sus gobiernos para que se implicasen mucho más en el "choque de civilizaciones" y la “cruzada contra el terror” en Oriente Medio impulsada por Bush.
Ya que los artificieros destruyeron las 2 bombas-señuelos colocadas en los andenes, se tuvo que improvisar otra bomba-señuelo, que apareció como por encanto en una comisaría 18 horas después del atentado. Pero al ser improvisada, esta nueva bomba-señuelo tenía un montón de incoherencias. El jefe de los artificieros aseguró que la bomba no podía provenir de los trenes porque su equipo los había registrado cuatro veces sin verla (audiencia del 14 de marzo del 2007). El artificiero que examinó la bomba explicó que no explotó por la “pequeña chapuza de no encintar los cables”, o sea unos cables sueltos, lo cual “no cuadraba” con su confección “muy ingeniosa”.
La única serie de fotos de la bomba muestra una gran cantidad de clavos y tornillos, cuando la médico forense aseguró que no había metralla en ninguna de las víctimas. Pero esas fotos no son las que realizaron el policía científico, ya que declaró que las suyas habían desaparecido (3 de mayo del 2007).
En cambio aparecieron unas fotos en la cadena estadounidense ABC News, sin ninguna explicación. Dado la confusión que rodeaba la investigación, esas fotos tuvieron un papel muy relevante, ya que hasta que no se publicó se dudaba incluso de la existencia de tal extraña bolsa-bomba.
Empecemos a examinar una serie de coincidencias que vinculan el atentado a EEUU. Un día antes del 11-M, la alianza militar liderada por Estados-Unidos, la OTAN, estaba organizando un simulacro de ataque terrorista en toda Europa. Este simulacro de crisis, del 4 al 10 de marzo, era titulado CMX04. « La similitud del ejemplo diseñado por la OTAN con lo sucedido en Madrid es escalofriante y ha impresionado a los diplomáticos, militares y servicios de Inteligencia que participaron en el simulacro apenas unas horas antes », según contó El Mundo (14 de marzo del 2004). Se produjo el mismo tipo de coincidencia durante los otros atentados de esa época, en Nueva York y Londres. En este último caso, Peter Powers, un organizador del simulacro, salió en los medios a contar su asombro por la coincidencia. Maniobras con fuego real.
Esa hipótesis permite arrojar luz sobre aspectos misteriosos que nunca se han aclarado como: ¿Por qué no existe ninguna imagen del comando terrorista grabadas por las cámaras de seguridad? Y ¿Cómo es posible que nadie haya notado que se dejaban abandonadas 10 mochilas-bombas en los trenes en plena hora punta? La repuesta es que nadie depositó bombas en los trenes la mañana del 11 de marzo, sino que probablemente se escondieron explosivos militares muy potentes el día anterior, fuera de las horas de servicio.
Entre todas las líneas de cercanías de Madrid, la que se golpeó tiene una particularidad. Es la que bordea la base militar de Torrejón de Ardoz, utilizada por la OTAN y las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. Se eligió esta linea a pesar de que había otra que hubiera quedado mucho más cerca de Morata de Tajuña, el lugar de donde se supone que salieron los terroristas en la madrugada del 11-M.
Ademas de la bomba aparecida en una comisaria, la policía también tuvo que improvisar 2 vehículos supuestamente utilizados por los autores del 11-M. Una furgoneta Renault Kangoo fue inspeccionada en el estacionamiento de la estación de trenes de Alcala de Henares sin que los perros adiestrados olieran nada sospechoso dentro. ¡Pero sorpresa! Poco después de haber sido trasladada a una comisaría, se encontrarían en su interior restos de explosivos, ademas de pistas como cintas audio del coran. Sin embargo en el juicio el guía canino aseguró que no era posible que su perro no notara ningún olor en el caso de que fuera utilizada la Kangoo para transportar tal cantidad de explosivos (19 de marzo del 2007).
La investigación del otro vehículo es igual de rocambolesca ya que se supone que tenemos que creer que pasó desapercibido durante 3 meses antes de que la policía note su presencia, a pesar de que se encontró a apenas 20 metros de donde estaba la Kangoo.
Según la versión oficial, aparte de Jamal Zougam, todas las demás personas que supuestamente pusieron bombas el 11-M perecieron en la explosión de un piso de Leganés, tres semanas después del atentado, justo cuando los policías de elite del GEO emprendían su asalto.
Estos preguntaron públicamente porqué los jefes no ordenaron que se utilizara gas incapacitador para neutralizarlos (Cadena Ser, 7 de abril del 2004). La médico forense encargada del 11-M también cuestiono la investigación, ya que aseguró que en Leganés, no se hicieron autopsias a ninguno de los 7 sospechosos (Libertad Digital TV, 30 de enero del 2008). También sorprende que el piso de al lado estuviera ocupado por un policía que se dedicaba a la lucha antiterrorista, como se explicó durante el juicio (10 de abril del 2007).
Para acabar, se supone que los sospechosos se comunicaron por teléfono con sus familias durante el asedio para despedirse. Solo 2 familiares fueron citados como testigos de esas llamadas. Uno declaró que no pudo reconocer la voz de su hermano durante la llamada, y que pensó que no era él (9 de abril del 2007). Y la otra había contado con todo detalle a El Pais (8 de marzo del 2007) la llamada de su ex-novio, Jamal Ahmidan, pero luego durante el juicio confesó que nunca había existido esta llamada (10 de abril del 2007).
A lo largo del tiempo, los medios dirigidos por Pedro J. Ramirez o Federico Jimenez Losantos han ido acusando mas o menos abiertamente del 11-M a ETA, al PSOE, a Marruecos o a Francia. Así que surge la pregunta de si uno de los papeles de esos personajes consiste en desviar la atención, gracias a unas hipótesis sin mucho fundamento, para que nunca se aborde en el espacio mediático la pista OTAN/CIA en el 11-M.
El sistema necesita unos medios de comunicación que se encarguen de que la gente de izquierda siga creyendo que el 11-M fue un atentado de origen islamista, porque si se dieran cuenta de que la investigación era un montaje peligraría su influencia.
Recordemos que Ignacio Escolar fue uno de los principales periodistas que se opuso de manera sistemática a que se criticara la investigación, en su página escolar.net . Así que, entre otras razones, le debe de ser difícil reconocer hoy que pudo haberse equivocado durante todos esos años. Escolar esta también integrado al sistema mediático a través de su padre, director durante 20 años del gratuito 20 minutos, lo que le facilita el acceso a las grandes cadenas, como por ejemplo Atresmedia, que le invita regularmente a un canal de televisión propriedad de ese grupo, como la Sexta.
Los medios internacionales, que no tienen nada que temer del Rey y sus encubridores, supieron dar tiempo a las empresas implicadas en un gigantesco fraude para ocultar su parte en el extranjero, provocando la mayor fuga de capitales en septiembre de 2.011. Eso, a la vez que la crisis de la eurozona llegaba a máximos.
Sobre la pista francesa del 11-M y la cooperación de los servicios secretos franceses y marroquíes, la verdad es que las declaraciones de algunos ministros de Mohamed VI, así como el el hecho de que la mayoría de los detenidos sean marroquíes implican a su país.
El principal condenado por el 11-M es Jamal Zougam, falsamente relacionado con terroristas islamistas, pese a la investigación oficial para justificar la sorprendente rapidez de las detenciones del 13-M, durante la jornada de reflexión de las elecciones generales.
Los investigadores policiales arguyeron que el nombre del marroquí Jamal Zougam, que comercializó las tarjetas de las bombas, había aparecido relacionado con una investigación sobre tramas islamistas en el año 2000. La Policía encontró, en la madrugada del 11 al 12 de marzo de 2004, una mochila-bomba milagrosamente intacta en una comisaría de Vallecas, donde había un teléfono y una tarjeta telefónica, utilizados para detonar el artefacto. Y, al indagar dónde se había comercializado aquella tarjeta, se comprobó que había sido vendida en una tienda de telefonía de Lavapiés, propiedad de un marroquí llamado Jamal Zougam.
Zougam había sido investigado entre los años 2000 y 2001 a consecuencia de una comisión rogatoria enviada desde Francia porque el teléfono de la casa de Zougam había aparecido en la agenda de un terrorista islamista de origen francés, llamado David Courtailler. Como consecuencia de aquella comisión rogatoria, Zougam y su madre fueron investigados en 2001, aunque sin llegar a acusarles nunca de nada, y su piso fue registrado.
Sin embargo, como reveló El Mundo, cuando el juez francés Jean Louis Brouguiere se desplazó a Madrid el 12 de junio de 2001 para tomar declaración a Zougam y a su madre, resultó que en realidad era mentira que hubiera aparecido el teléfono de la casa de Zougam en la agenda de ningún terrorista francés. El número que se había encontrado en la agenda era el 91.397.48.02, mientras que el de la casa de Zougam era el 91.377.48.02. Es decir, los dos números diferían en el cuarto dígito (un 7 en lugar de un 9). Por tanto, las investigaciones sobre Zougam y su madre se debían a un mero error judicial.
Sin embargo, a partir de aquel momento, y a pesar de que todo era producto de un error, Zougam ya no pudo quitarse la etiqueta de "sospechoso habitual". Y, desde entonces, Zougam fue investigado en distintas diligencias policiales, sus teléfonos fueron intervenidos hasta la misma víspera del 11-M y los informes policiales echaron mano, sin ningún rubor, de esa "comisión rogatoria francesa" para justificar que Zougam era un potencial terrorista islámico. Y, de hecho, las detenciones del 13-M se justificaron echando mano de esas "investigaciones" del año 2001 que, como vemos, se basaban en un mero error. De no haber sido por aquel "error judicial" cometido cuatro años antes del 11-M, y la mochila misteriosamente encontrada, no se habría podido detener a nadie en plena jornada de reflexión, porque a los investigadores policiales no se les habría ocurrido relacionar a Zougam con el islamismo.
Paralelamente al hecho de que ETA dejase de ser sospechosa, empezó la liberación de presos vascos, para tranquilidad del ministro del Interior francés, Manuel Valls, dueño entre otros del secreto que ha sabido utilizar para medrar en Francia y ahora en España.
Pero no es el único: Villarejo grabó en 2009 una comida con la cúpula policial de Rubalcaba en la que se habló de los servicios secretos franceses y marroquíes. "Estaban detrás", le admitió Juan Antonio González, máximo responsable de los operativos de la Policía Judicial.
La reunión se produjo en el restaurante madrileño Rianxo, el mismo sitio en el que comisarios de Policía se encontraron por casualidad con Luis Bárcenas en junio de ese año, o donde también quedaron a comer con Baltasar Garzón y Dolores Delgado, por aquel entonces fiscal de la Audiencia Nacional, en la famosa comida de octubre de ese 2009.
En esta ocasión, los comensales fueron Juan Antonio González, comisario general de la Policía Judicial; José Luis Olivera, que dirigía la Unidad de Delincuencia Económica (UDEF); Eloy Quirós, máximo responsable de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) y José Manuel Villarejo, adjunto a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía y que fue la persona que grabó la conversación sin que sus compañeros de mantel lo supieran.
Tanto González como Villarejo coincidieron en que “no se puede decir fuera de aquí”. Olivera lamenta que en “los tres primeros días se trabajó muy deprisa”, mientras que Villarejo admite que “objetivamente, la historia no va a juzgar bien este servicio“.
Es evidente que en los tres primeros días es cuando se sembraron las pistas falsas que los comensales llamaron "servicio", aunque no fuera en defensa del orden público. Igual que la Prensa no defiende el derecho a la información veraz, sino a manipularla amparándose en la libertad de expresión.
Unas veces es suave y delicada
en puntos suspensivos diluida;
otras veces es bárbara homicida
que atraviesa el honor como una espada.
Para abrigarse busca, la taimada,
el calor de la envidia, que es su vida,
y desde allí, con lengua envilecida,
procura herir a la existencia honrada.
Nace de los rufianes endiosados
y a impúdicos y a necios alboroza;
medra en el corazón de los malvados,
se recoge del vicio entre la broza
y sobre estos cobardes enlodados
el genio se levanta y la destroza.
(La Lucha, Gerona, 25-2-1900)