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jueves, 23 de diciembre de 2021

"VIEJO LOBO DE MAR", de JOSÉ ÁNGEL BUESA.

 

Viejo lobo de mar, de sed sorda y violenta:

el humo de tu pipa tiene olor a tormenta.

Si relatas tus viajes ya nadie te hace caso,

porque siempre naufragas en el fondo de un vaso,

y cada travesía concluye como empieza:

en espuma de mar o espuma de cerveza.

Viejo lobo de mar: quédate en tu navío,

y escupe hacia la noche tu rencor y tu hastío.

La tierra te rechaza, viejo lobo sediento,

pues ya, como las velas, perteneces al viento;

y la mujer desnuda que adorna tu tatuaje

hoy duerme con un hombre que no se va de viaje.

El amor es un surco que florece o se cierra,

y tú, al vencer el mar, naufragaste en la tierra.

No, viejo navegante: quédate en tu navío,

y llena de humo amargo tu corazón vacío,

y esconde, en una risa de dientes incompletos,

la pesadumbre inmensa de tu vejez sin nietos.

Vuélvete a tu guarida, lobo de pelo cano,

para morir la muerte del que ha vivido en vano;

¡y córtate esa mano que no supo sembrar,

porque ya, para siempre, perteneces al mar!



Ecologistas en Acción solicita al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que España se posicione en contra de la sobrepesca en las negociaciones del Consejo con su negativa a la modificación del margen de tolerancia y con la adopción de cámaras para el control de la pesca incidental.

El 10 de marzo de 2021 se votó en el plenario del Parlamento Europeo el nuevo Reglamento de Control de la Pesca de la UE. Ecologistas en Acción celebra el avance en algunos aspectos, como en transparencia, en el control de la obligación de desembarque o la obligación de registrar las capturas para toda la flota, y espera, que el Consejo apoye estos avances para el texto definitivo del reglamento.

Sin embargo, en otros aspectos, el reglamento propuesto por el Parlamento es insuficiente e incluso empeora las cosas, ya que abre la puerta a la sobrepesca: aumentaría el margen de tolerancia en el registro de capturas de ciertas especies, facilitando así el infraregistro de las capturas. Además, no se ha apoyado la implementación de sistemas de cámaras remotos para el registro de capturas incidentales o bycatch de especies vulnerables de aves, tortugas y mamíferos marinos.

Esta nueva normativa representa la posición del Parlamento Europeo, pero Ecologistas en Acción confía en que, en el proceso de negociación del trílogo, el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se oponga a la modificación del margen de tolerancia y apueste por la toma de datos rigurosa y el control de todas las capturas, sin olvidar las especies protegidas de delfines, tortugas, y aves marinas que son a menudo capturadas por redes de pesca.

El margen de tolerancia le da a los buques un margen de error del 10 % en el registro de capturas que en muchos casos puede resultar necesario. Sin embargo, en el nuevo reglamento se aumentaría este margen hasta un 20 % para varias pesquerías y hasta un 25 % para las de los atunes. Este nuevo margen de tolerancia permitiría que de lo que se captura se pueda registrar un 20 % menos en el diario de pesca electrónico pero, si al llegar a puerto no hay inspección, se puede declarar un 20 % menos de lo que se había anotado.

Es decir, que si un barco pesca 100 toneladas, puede registrar en el diario de pesca electrónico 80 toneladas. Si al llegar a puerto no hay inspección, puede declarar 60 toneladas porque tiene un margen del 20 % respecto a lo que dice traer. Por lo tanto, se podría declarar hasta un 40 % menos o un 50 % menos en el caso del atún. Esto no solo contribuye a la sobrepesca, sino que también genera un infraregistro de las capturas reales, falseando los datos y con esto las evaluaciones del estado de las poblaciones de peces.

En 2009 se acotó el margen de tolerancia al 10 % porque la legislación anterior, de 1983, la mantenía en el 20 %. Con esta nueva norma, se retrocedería a una legislación de hace casi cuatro décadas.

La pesca representa una de las mayores amenazas para especies vulnerables de tortugas, aves marinas y mamíferos marinos y, sin embargo, apenas se tienen datos sobre estas capturas.

Ecologistas en Acción reconoce que es un avance que el Parlamento Europeo haya aprobado que todos los barcos de la UE (incluyendo los barcos de pesca artesanal), registren en sus diarios de pesca electrónico todas las capturas incidentales con información más detallada y estándar: el nombre de la especie, el número de individuos capturados, si se han devuelto al mar vivos, si han muerto, localización geográfica, etc.

No obstante, esta obligación no garantiza que se disponga de todos los datos, o que los datos sean fiables, porque en ningún caso asegura que el registro se haga de forma correcta. Para ello es necesario contar con observadores pesqueros a bordo, cualificados e independientes y en su defecto, debería incluirse un sistema remoto de cámaras a bordo de grabación continua (REM, por sus siglas en inglés), que luego pueda analizarse por personas expertas. Sin datos fiables no se pueden calcular tasas de pesca incidental ni hacer evaluaciones del impacto de las pesquerías en las especies más vulnerables, fundamentales para crear planes eficientes de mitigación de estas capturas.

Esta propuesta se refiere a barcos con alto riesgo de capturar incidentalmente especies vulnerables, que no pueden incorporar observadores pesqueros por cuestión de espacio, o porque se niegan a incluirlos a bordo. La iniciativa ha sido rechazada en el plenario del Parlamento Europeo. Sin embargo, Ecologistas en Acción espera que la posición de España en el Consejo de la UE retome esta propuesta y no deje pasar esta oportunidad de liderar la lucha contra la pesca incidental en Europa, sobretodo porque la Comisión Europea ya ha abierto un proceso de infracción al Estado español por no tomar medidas en la reducción de pesca incidental.

En la última visita oficial que el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, realizó a Galicia anunció la inminente tramitación de la Ley de Pesca Sostenible, llamada a sustituir a la normativa que data del 2001 y para la que se mostró abierto a las opiniones del sector. Desde entonces, poco más se ha sabido. Tan poco, que en la asamblea general de la patronal pesquera Cepesca, los miembros acordaron solicitar una reunión urgente con la Secretaría General de Pesca porque la falta de información sobre ese anteproyecto de ley está despertando demasiada inquietud. No saber nada de una norma legal que va a marcar el futuro de la profesión preocupa al sector que prefiere ser consultado antes de darse de bruces con medidas que les puedan perjudicar.

Pero no es el sector pesquero el único colectivo preocupado por la falta de noticias al respecto de esa Ley de Pesca Sostenible. También los ecologistas han hecho llegar al ministerio su desazón. Así Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF se han dirigido por carta a Luis Planas para reclamar participación activa en la elaboración de la Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera. Recuerdan que, en enero, el Ministerio de Agricultura, Pesca, y Alimentación publicó la consulta pública previa sobre el anteproyecto llamado a actualizar una ley que ha quedado desfasada por la crisis climática y la pérdida de biodiversidad en los océanos, que se han agravado desde el 2001. Han pasado además por encima de esa norma dos reformas de la política pesquera común y sus reglamentos asociados y se ha evidenciado la importancia capital de reforzar la coordinación y coherencia entre políticas y Administraciones implicadas en la gestión y conservación del ecosistema marino, incluyendo una nueva directiva dirigida a lograr el buen estado ambiental del medio marino (Directiva Marco de Estrategias Marinas). Y por si eso fuese poco, la Ley de Pesca Marítima no soportará la prueba que suponen el Pacto Verde Europeo y la nueva Estrategia de Biodiversidad 2030 que establece un marco nuevo donde deben encuadrarse las nuevas normas de agricultura y pesca, y otras actividades con impacto en la naturaleza.

Por eso los ecologistas creen que las leyes en elaboración son cruciales y necesarias para establecer una base moderna, sólida y eficaz para la gestión de la actividad pesquera en la próxima década y una oportunidad para facilitar una transición ecológica y justa de la pesca, algo para lo que es imprescindible una participación auténtica e informada del conjunto de los actores. Sin embargo, «desde la consulta sobre el anteproyecto, pese a haberse mantenido varias reuniones con la Secretaría General de Pesca y con el ministro, las oenegés apenas han recibido información sobre los cambios en los que se trabaja, a pesar de tratarse de una ley capital para la conservación y recuperación de la biodiversidad marina». Hasta ahora «la participación se ha limitado a la establecida en la fase de consulta preliminar previa a la publicación del anteproyecto, a la que las oenegés han contribuido aportando las prioridades ambientales y sociales que consideran». Por esta razón, las organizaciones firmantes creen que deben participar en igualdad de condiciones que otros sectores y han solicitado al ministro Planas una reunión urgente para conocer los ejes de reforma de dicha ley. También han exigido que abra la elaboración del texto a los distintos actores implicados, con conocimiento y capacidad para contribuir sustancialmente a lograr la ley que necesitamos y que contribuya a conservar y recuperar la biodiversidad marina. 

La merluza europea, las gambas blanca y roja o la cigala, entre otras, soportan una explotación hasta diez veces por encima del valor sostenible, por lo que el Gobierno ha tenido que delimitar nuevas áreas prohibidas a las flotas de arrastre, un tipo de "pesca destructiva" que representa casi el 70% de la capacidad pesquera del país.

Revertir la sobrepesca en el Mediterráneo, el mar más esquilmado del mundo, está resultando más complicado de lo que se pensaba. Apenas un año después de poner en marcha el plan de conservación de recursos demersales (los más cercanos al fondo), el Gobierno deberá ampliar la zonas vedadas a la pesca industrial para intentar alcanzar un nivel sostenible de capturas en 2025.

Las especies pesqueras que viven a mayor profundidad están "en situación precaria", la mayoría debido a la sobrepesca, según reconocía el plan de gestión del Ministerio de Agricultura y Pesca en mayo de 2020. Algunas de las especies con mayor valor comercial han venido padeciendo una sobrexplotación diez veces por encima del valor sostenible, según especifica la organización Oceana. Las protagonistas son variedades tan populares como la merluza europea, las gambas blanca y roja, la cigala, el salmonete de fango o el langostino moruno.

Los 'santuarios temporales' deben ser ricos en ejemplares jóvenes y constituir "zonas de desove", unos criaderos donde estas especies puedan recuperar su población hasta ser adultos sin ser arrastrados por las redes fuera del fondo

El mandato acordado en la Unión Europea en 2019 es reducir la cantidad que se pesca de algunas de estas especies demersales (el "esfuerzo pesquero", en jerga comunitaria) para que puedan recuperarse. Entre otras cosas, el reglamento europeo contemplaba la medida de establecer zonas vedadas, durante algunas épocas del año, a las flotas de arrastre que buscan estas variedades.

Estos santuarios temporales deben ser ricos en ejemplares jóvenes "por debajo de la talla mínima" y constituir "zonas de desove". Es decir, unos criaderos donde estas especies puedan recuperar su población: los huevos eclosionarán y los alevines y crías medrarán hasta ser adultos sin ser arrastrados por las redes fuera del fondo.

Tras publicarse zonas de veda temporales en el Mar de Alborán, siete zonas en el norte y otras siete en el sur de la isla de Mallorca y seis en el golfo de León, el Ministerio ha diseñado, año y medio después, nuevas áreas prohibidas en el Mediterráneo andaluz, zonas de las islas de Menorca, Ibiza y Formentera y áreas entre el cabo de Salou y Francia.

Sin embargo, el choque entre conservación biológica y economía pesquera se mantiene muy vivo. Viene explicitado en las órdenes que crean los vedados: "Aunque las medidas de conservación de los recursos pesqueros tienen una base con el objeto de mejorar la situación de las poblaciones, es necesario tener también en cuenta el componente socioeconómico".

Esta idea ha definido la postura mantenida por el Gobierno durante las negociaciones de las cuotas pesqueras europeas que se han cerrado este martes por la mañana tras casi dos días seguidos de negociación. La reducción de jornadas que podrán pescar los buques de arrastre en el Mediterráneo (a menos días, menos capturas) ha hecho que España no haya refrendado el acuerdo (que será obligatorio de todas formas).

España se opuso al acuerdo europeo de reducir las jornadas de faena: "Apoyar esta propuesta significaría defraudar a nuestros pescadores y dejar a la deriva el futuro y el sustento económico de las zonas costeras y la población que depende de su actividad.

Agricultura y Pesca ha entendido que "antes de incidir en más recortes de días de pesca que pueden comprometer la viabilidad de la flota en el Mediterráneo" había que dar más tiempo para que los científicos evaluaran las medidas ya puestas en marcha como, por ejemplo, "las vedas espaciotemporales", que está ampliando.

"Los científicos ya han dado la alarma: ninguno de los escenarios de gestión evaluados para 2022 terminarán con la sobrepesca en 2025 como fue el compromiso", han alertado conjuntamente varias organizaciones ambientales como Ecologistas en Acción, WWF u Oceana. Según su análisis, es precisa una "reducción drástica" de ese esfuerzo pesquero de arrastre para "no poner en peligro el futuro de la pesca mediterránea". Su temor es que la sobrepesca colapse los stocks, es decir, que las poblaciones se conviertan en excesivamente exiguas.

Los cálculos técnicos pedían reducciones de las capturas para las especies más buscadas por los buques de arrastre de un 74% en los bancos de merluza, entre un 57 y un 90% para la cigala, un 36% para la gamba blanca o hasta un 58% para la roja.

El arrastre es una forma de pescar, básicamente, poco selectiva. Las redes lastradas se deslizan por el fondo marino y van apresando todo lo que encuentran a su paso, ya sea objetivo de la industria o no. Antes de poner en marcha el plan de gestión, más de un 40% de las capturas en el Mediterráneo occidental se descartaba (se tiraba por la borda sin más), según los cálculos de la FAO.

De hecho, el reglamento europeo permite a los buques que enganchen redes menos masivas faenar algunos días más para fomentar esa "selectividad": que se pesquen cada vez más los ejemplares adultos de las variedades deseadas y dejar a salvo juveniles y otra fauna y flora.

Con todo, la organización Oceana califica esta modalidad como "pesca destructiva" con gran impacto ya que la flota de arrastre, que supone como un 25% de la flota española, representa casi el 70% de la capacidad pesquera.

En cierto sentido, la creación de nuevas áreas apoya la idea de que las medidas actualmente en vigor no alcanzan para cumplir con las capturas sostenibles. El borrador que crea esas nuevas zonas de veda admite que las especies siguen en "situación no óptima", a pesar de "algunas mejorías", debido a su sobrexplotación.

Finalmente, tras 40 horas de reunión en Bruselas, la mayoría cualificada de Estados ha aceptado reducir el número de jornadas de faena un 6% más. Se une a un acumulado del 17% de rebaja de los dos años anteriores. El voto español ha sido negativo. "Apoyar esta propuesta significaría defraudar a nuestros pescadores y dejar a la deriva el futuro y el sustento económico de las zonas costeras y la población que depende de su actividad", ha dicho el ministro Luis Planas.

La nueva normativa de Agricultura y Pesca ahora en elaboración insiste en que "de estos recursos dependen de forma directa el trabajo y la actividad de los pescadores (...) así como un elevado número de personas dedicadas a actividades complementarias derivadas del ejercicio de esa actividad".

Sin embargo, los ambientalistas señalan que, precisamente, esta fórmula de explotación va a acabar con la materia prima de la que depende esa economía. Y advierten de que, a pesar de los pasos en "la buena dirección, el colapso de las pesquerías pronto se convertirá en una cruda realidad en el Mediterráneo".

Para Ecologistas en Acción, todavía "se priorizan los intereses económicos de la industria sobre la gestión de recursos que son públicos mientras es necesaria una visión a largo plazo para asegurar una pesca con futuro que garantice poblaciones de peces y ecosistemas marinos saludables y comunidades costeras vivas".

Un sentinazo es el vertido al mar de las aguas sucias de los buques y barcos pesqueros. Se estima que la extendida práctica pesquera de destripar los pescados en alta mar y arrojar sus vísceras de nuevo al agua provoca que otros peces presentes en los caladeros ingieren esas vísceras y el parásito Anisakis se propaga así rápidamente. Anisakis es un género de gusanos parásitos, cuyo ciclo vital afecta a los peces y mamíferos marinos, en los que puede producir lesiones en su tubo digestivo.

Segú la OCU, en España hasta el 36% del pescado tiene anisakis, especialmente el que viene del Cantábrico (50%) y siendo más raro en el Mediterráneo (tan solo un 6%). La ingesta de pescado contaminado por larvas de Anisakis puede producir afecciones digestivas y reacciones alérgicas diversas, que van desde la urticaria o angioedema al choque anafiláctico. El número de alérgicos es prácticamente imposible de medir, con datos que oscilan entre el 6% y el 56% de la población, aunque parece claro que es más frecuente en las regiones cantábricas.

Las especies de Anisakis tienen un complejo ciclo vital que las conduce a través de varios hospedadores a lo largo de su vida. Los huevos, tras embrionar, eclosionan en agua de mar y las larvas se encuentran en estado libre. Los crustáceos se alimentan con las larvas que los infectan y son devorados por un pez o cefalópodo (calamar, pulpo) y se aloja en las paredes de los intestinos de este hospedador.

El hospedador podrá ser ingerido por el hospedador definitivo o por otros peces, los cuales pasarán a ser hospedadores también. Normalmente se encuentra en el interior de las vísceras, aunque ocasionalmente pueden estar en otras partes como por ejemplo el músculo o bajo la piel.

El ciclo vital se completa cuando un mamífero marino se alimenta de un animal infestado que aloja en el intestino donde se alimenta al parásito, muda dos veces más y se transforma en un adulto que se aparea y desova, soltando los huevos en el agua marina mediante las heces del mamífero.

Como los mamíferos marinos son muy similares a los humanos, las especies de Anisakis pueden infestar a humanos que comen pescado crudo o poco cocinado. Entre las especies de pescado que con mayor frecuencia pueden contener en su tubo digestivo este parásito se encuentran: la sardina, el bacalao, el boquerón, el arenque, el salmón, el abadejo, la merluza, la pescadilla, la caballa, el bonito, el jurel, el rape , la bacaladilla o la palometa.

Los anisákidos plantean un riesgo para la salud humana en dos sentidos: a través de la infección mediante gusanos al comer pescado no elaborado y mediante reacciones alérgicas a las sustancias químicas que los gusanos dejan en el pescado.

La anisakiasis es la enfermedad ocasionada por la infección de gusanos Anisakis. Aparece con frecuencia en áreas del mundo en las que el pescado se come crudo o ligeramente salado o condimentado. Las áreas con mayor nivel de ocurrencia son: Japón (tras comer sushi o sashimi) donde se contabilizan el 95 % de los casos de esta enfermedad que se producen en el mundo, Escandinavia (del hígado de bacalao), los Países Bajos (por comer arenques infestados y fermentados, llamados maatjes), y a lo largo de la costa pacífica de Sudamérica (por comer ceviche).

En 1995 se describió en España el primer caso de alergia grave a Anisakis y desde entonces se han descrito centenares de casos de alergia al parásito. Incluso bien cocinado, el Anisakis plantea un riesgo para la salud de los humanos. Los anisákidos liberan una serie de productos bioquímicos en los tejidos que los rodean cuando infectan a un pez. Estos productos pueden consumirse junto con el pescado.

Las personas que son sensibles a los nematodos pueden sufrir reacciones anafilácticas graves después de comer pescado que haya sido parasitado por especies de Anisakis. Esto se puede confundir con alergia al propio pescado.

Los humanos no son el hospedador definitivo de Anisakis sino un fondo de saco del ciclo, ya que las larvas no pueden sobrevivir en los humanos y al final mueren. En consecuencia, en la gran mayoría de casos el tratamiento es sintomático. La única indicación para el tratamiento es la obstrucción intestinal debida a la larva de Anisakis, que puede requerir cirugía de urgencia, aunque existen casos en los que el tratamiento con albendazol (evitando la cirugía) ha resultado exitoso.

Debido a que las larvas de Anisakis sobreviven 50 días en el pescado guardado a 2 °C, dos horas a -20 °C, dos minutos a 60 °C y dos meses en vinagre, es importante asegurar medidas de control. Una de las principales medidas de control de la infestación es informar a la población sobre los riesgos que conlleva el consumo de pescado crudo o insuficientemente cocinado, que permite así la ingestión de las larvas vivas.

En el Real Decreto 1420/20066​ se fija la obligatoriedad, para los establecimientos que sirven comida, de someter todos los pescados que se vayan a servir en crudo o casi crudos a un ciclo de congelación de 24h a una temperatura igual o inferior a -20 °C. Esto incluye productos de la pesca que han sido sometidos a un proceso de ahumado en frío en el que la temperatura central del producto no ha sobrepasado los 60 °C. Igualmente estarán obligados a garantizar la congelación en las mismas condiciones si se trata de productos de la pesca en escabeche o salados, cuando este proceso no baste para destruir las larvas.

Por su parte, en el Real Decreto 1437/1992, de 27 de noviembre, se fijan las directrices relativas a la producción y comercialización de los productos pesqueros y de la acuicultura. Referente a los parásitos, determina que, tanto los pescados, como los productos derivados del pescado, habrán de pasar un control visual para detectar los posibles parásitos visibles y desecharlos. Por otra parte, se prohíbe la venta de los pescados o las partes de estos que estén fuertemente parasitados. Finalmente, son los barcos factoría y las industrias dedicadas a la elaboración y preparación de los productos de la pesca los responsables de realizar el control para garantizar el cumplimiento de dicha ley.

Felices fiestas con marisco y besugo, que va a durar poco.