El patio, en su trinchera de alambres y cordeles,
goza la paz, templada de sol, del mediodía.
Advierto en sus rincones arrugados papeles,
montones de botellas, tirada trapería.
Soleados, orondos, maduros, dilatados,
irrumpen los tomates, irrumpen los pimientos.
Junto a los acentuados verdes, los encarnados
apuntan, con vigores sumos, sus ardimientos.
El aire se satura del olor de las tinas;
y, adueñados del simple, doméstico recinto,
su copula efectúan el gallo y las gallinas
en los desbordamientos vitales del instinto.
En detalles que indican simplicidad, abunda
el patio. Muy gozosa de su vida ligera,
de su vida que es vida llameante y fecunda,
descubre allí sus frutos colosales la higuera.
La Unió Llauradora i Ramadera ha detectado un nuevo cargamento de fresas contaminadas con hepatitis A proveniente de Marruecos. Nueve días después de otro suceso similar, que había sido denunciado por la Asociación Valenciana de Agricultores, la Unió da esta vez la voz de alarma por la presencia de contaminación por el virus y reclama que se garantice la seguridad alimentaria.
La información proporcionada por el Sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF) detalla que estas fresas presentan niveles de hepatitis A superiores al límite máximo permitido, lo que significa que plantean un riesgo serio y significativo a la salud pública.
Sin embargo, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señalan que la incidencia «no está clasificada oficialmente como alerta». Existen cuatro tipos de notificaciones del RASFF, que implican diferentes niveles de riesgo e importancia. El nivel más alto de gravedad es el de las notificaciones calificadas como alertas, que exigen una acción inmediata por parte de las autoridades. El segundo nivel es el de las notificaciones de información, como es el caso de las fresas contaminadas con hepatitis A.
En estos casos, «se ha identificado un riesgo, pero el producto no ha llegado al mercado o el riesgo no requiere una acción rápida», aclara la OCU, que explica que "se trata de un alimento contaminado, probablemente por las aguas con que se ha regado" y las medidas recomendadas:
Lava las frutas y verduras cuando te las vayas a comer (no antes) y elimina todas las zonas dañadas.
Frota la piel para eliminar una mayor cantidad de residuos y otros posibles contaminantes, siempre y cuando la superficie de la fruta o vegetal lo permita, como por ejemplo en el caso de manzanas, peras o calabacines.
Cabe señalar que los virus responsables de la hepatitis A son resistentes a distintos ambientes y pueden soportar los tratamientos comunes aplicados en la producción de alimentos para eliminar o controlar bacterias dañinas, por lo que conviene tomar las precauciones indicadas y reforzar las medidas de higiene de manos.
Lavar las verduras y frutas es fundamental incluso aunque no tengan suciedad visible en su superficie.
Se cree que la contaminación pudo haberse originado a partir del uso de aguas que estaban en contacto con materia fecal para irrigar los cultivos. El contagio a través del consumo de agua, si bien no es tan común en España, puede ocurrir cuando esta se contamina con aguas residuales o no ha sido tratada adecuadamente.
Aquí hace muchos años que no se riegan las frutas y verduras con aguas residuales, en Marruecos es lo normal, y luego en el supermercado que trae esos productos regados con aguas turbias, se te lanza una frutera como una pantera si no te pones guantes.
¿Se deben suspender los acuerdos agrícolas y la importación de fresas y otros alimentos de Marruecos mientras no haya las mismas inspecciones y controles a sus alimentos que en el resto Europa?
¿Se debe cerrar el Puerto de Algeciras de manera definitiva, tanto para los camiones, autobuses, motos, patinetes, gente portando fardos, abuelas, niños...?. ¿Por qué no debe ser así?. Es que si el consumidor, no compra productos marroquís, claramente tendrán que llevar su producto a otro lado.
Las mismas condiciones para todos o no compro nada de Marruecos. Pero ¿sabemos de dónde vienen los productos que venden en el supermercado?
Muchos de los productos que los españoles compran en el supermercado no proceden de España aunque las marcas sean nacionales. Es más, pese a que los medios han difundido que los códigos de barras que comienzan por 84 son españoles, la realidad es que este no es un buen indicativo para saberlo, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Las frutas y verduras que se encuentran en el supermercado vienen de muchos países: Marruecos, China, Costa Rica, Guatemala o Sudáfrica.
En concreto, aunque cuenta con un código de barras que comienza por 84, hay marcas que comercializan las judías marroquíes que contienen pesticidas que triplican los límites del Reglamento nº 293/2013 de la Comisión Europea.
En su envase, un producto contiene una etiqueta en la que consta «elaborado en España», aunque si se mira bien se revela la verdadera procedencia extranjera, especialmente, en la letra pequeña.
Pero esto no siempre garantiza con seguridad que el alimento sea 100% español. El etiquetado debe incluir el país de origen o el lugar de procedencia, pero puede resultar confuso en algunas ocasiones: si intervienen dos países en la elaboración, en la etiqueta debe indicarse como país de origen aquél en el cual se ha hecho la última transformación de su ingrediente principal, el cual tiene que representar más del 50% del alimento.
La OCU asegura que es muy complejo averiguar de verdad el origen de los productos que compramos. Para conseguir conocer con exactitud la verdadera procedencia de un producto, los españoles deberán pedir cambios legislativos, pues la normativa actual no establece la obligación de ofrecer este tipo de información en los envases.
Se debe cesar TODO con Marruecos. ¿se va a hacer? No y de hacerse ¿en España? Menos. La gente no debe consumir productos que vengan de otros países si los hay aquí. El problema es que son más baratos porque no tienen los mismos requisitos de aquí y hay gente que no puede pagar más. Los boicots de todo o nada son como escupir hacia arriba.
Somos los españoles los que tenemos que rechazar esas verduras o frutas, debemos comprar productos nacionales. No solamente de Marruecos. También de cualquier país que no cumpla las mismas normativas que hay en Europa. Por supuesto con Ucrania: que estén en guerra no quiere decir que tengamos que tragarnos el nalpalm o el fósforo de las bombas en el grano que nos venden, por supuesto sin fitosanitarios ni controles, todo para "pagar" ayuda de guerra. Nos sale ya muy cara la guerrecita.
Otros países tampoco cumplen como Turquía, Egipto y Sud América y es evidente que, lo que carece de los estándares europeos no puede venderse en Europa. No creo que se deban "suspender" en concreto a Marruecos, lo que hay es que aplicar exactamente las mismas trabas a los productos que vengan de fuera que a los internos, debemos ser los únicos gilis del mundo que no lo hacemos.
Pero el mayor problema es que la UE ha permitido que los puertos de Marruecos sean los puertos donde se descarguen todos los productos extracomunitarios, sin inspecciones fitosanitarias y de otra índole. Todo para no pasarse con el tope de CO2 que permite la UE. Europa es cómplice. Y todo por la patraña del cambio climático que no existe. Ya se encargan ellos de entorpecer la posibilidad de llegada de agua por el yoduro de plata, con el que nos fumigan. Y así Europa no amplia sus emisiones de CO2 cuando es en países como China donde se producen más emisiones contaminantes.
Tan ecologistas que son en la UE y se permiten contaminar en las mismas fronteras. Hay que aislar el problema para proteger realmente a agricultores y ganaderos.
Hacen leyes inútiles y cuando es necesario legislar de verdad, hay pactos secretos que no nos contarán para favorecer a los de fuera y perjudicar a los nuestros. ¿Para que sirve, si no, la Comunidad Económica Europea?
Quien lo debe decidir es Bruselas. Y el moroccogate, el Qatargate y otros casos similares, que por cierto están en el limbo y sin resolución judicial alguna, no lo permiten. Es un caso que sobrepasa a España. se ve que los negocios del magreb y el Golfo tienen mucho peso.
La intoxicación de 1981 no fue causada por el aceite de colza, sino que fue debida a la mala utilización de pesticidas organofosforados en una plantación de tomates en Almería. La negligencia por parte de un agricultor puede darse de nuevo sin control de los productos extracomunitarios. Parece que allí están relevados de cumplir con los controles y que haya más permisividad con los productos importados que con los nacionales, lo que además de poner en desventaja al sector agrícola español está poniendo en riesgo la salud de todos.
No se pueden estar exigiendo en España medidas fitosanitarias extremas y costosas, mientras se permite que terceros países metan productos en nuestro mercado sin iguales controles. Evidentemente, hay que suspender la entrada de productos procedentes de países que nos envenenan.