"¡La copa es de oro fino,
El néctar que contiene es de los cielos!"
Dijo, y bebió con ansia
Hasta el último sorbo de veneno.
¡Era tarde!; después ardió su sangre
Emponzoñada, y muerto,
Aun rojiza brillaba en su sepulcro
La llama inextinguible del deseo.
Expertas de la ONU piden investigación internacional sobre el envenenamiento de Navalny quien, tras sufrir un intento de asesinato el pasado año, se encuentra encarcelado en Rusia pese a la presión de la comunidad internacional para su liberación. Para las sanciones, la Casa Blanca se amparó en la Ley sobre Armas Químicas y Biológicas, ya que el intento de asesinato hacia Navalny se produjo mediante un envenenamiento con un agente nervioso del tipo Novichok, cuyo origen data de los tiempos de la Unión Soviética.
El Kremlin, ante las sanciones de EE.UU. y la Unión Europea por el caso del opositor ruso Navalny manifestó: “Otra injerencia abierta en nuestros asuntos internos que no vamos a tolerar”, que responderán “de forma recíproca y no necesariamente de manera simétrica”.
Por otra parte, Moscú señaló que “Washington, que ha violado toda una serie de acuerdos y convenios en el ámbito del control de armamentos y la no proliferación, no tiene derecho para sermonear a los demás”.
Se habla de injerencia internacional cuando un Estado se involucra o interfiere en los asuntos internos de otro Estado a fin de imponer su voluntad. La injerencia así entendida constituye un desafío al principio jurídico de soberanía nacional. La injerencia puede ir desde la presión diplomática hasta la intervención militar.
Por ello, la injerencia internacional se asocia a la práctica del intervencionismo, aunque no lo es toda injerencia. La injerencia humanitaria es la intervención en un Estado soberano por uno o varios Estados u organizaciones internacionales, mediante la fuerza armada y sin su consentimiento, con el objetivo de proporcionar a la población civil protección ante la violación masiva y sistemática de sus derechos humanos o bien ante situaciones de emergencia derivadas de una guerra civil, de hambrunas o genocidio, entre otras causas.
La injerencia humanitaria no deberá afectar a la integridad territorial del Estado, sino meramente aliviar la situación de su población civil. Hay criterios de humanidad que prevalecen sobre el principio de soberanía de los Estados y el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados.
Según The Washington Post, el gobierno del primer ministro israelí está preparado para librar una batalla prolongada en la maltrecha Franja de Gaza mientras busca aplastar las capacidades del grupo militante islamista Hamas. Netanyahu quiere desmilitarizar por completo el enclave palestino, comenzando por la red de túneles que permiten a los combatientes de Hamas infiltrarse en territorio israelí.
Los combates actuales entre las fuerzas armadas superiores de Israel y los terroristas de Hamas, impiden a los israelíes otorgar los mismos derechos a millones de palestinos que viven bajo ocupación. Hamas se levantó en 1988 en Gaza en el momento de la primera intifada, o levantamiento, con una carta ahora infame por su antisemitismo y su negativa a aceptar la existencia del estado israelí. Pero durante más de una década antes, las autoridades israelíes permitieron activamente su ascenso.
En ese momento, el principal enemigo de Israel era el partido Fatah del difunto Yasser Arafat, que formaba el corazón de la Organización de Liberación Palestina (OLP). Fatah era secular y estaba moldeado por otros movimientos guerrilleros revolucionarios de izquierda que libraron insurgencias en otras partes del mundo durante la Guerra Fría.
Mientras tanto, las actividades de los islamistas afiliados a la prohibida Hermandad Musulmana de Egipto se permitieron al aire libre en Gaza, una desviación radical de cuando la Franja era administrada por el gobierno laico-nacionalista egipcio de Gamal Abdel Nasser. Egipto perdió el control de Gaza ante Israel después de la guerra árabe-israelí de 1967, en la que Israel también se apoderó de Cisjordania.
Después de los acuerdos de Oslo de 1993, el reconocimiento formal de la OLP por parte de Israel y el comienzo de lo que ahora conocemos como el proceso de paz, Hamas se negó a aceptar a Israel o renunciar a la violencia y se convirtió quizás en la principal institución de la resistencia palestina a la ocupación israelí, que, más allá de la ideología religiosa, es la principal razón de su continua popularidad entre los palestinos. En 2007, después de una victoria electoral legítima de Hamas que enfureció tanto a Occidente como a Fatah, el grupo islamista se apoderó de Gaza, una medida que condujo a estrictos bloqueos israelíes y al ciclo de conflicto.
El gobierno de línea dura de Israel, compuesto por muchos políticos contrarios a la creación de un estado palestino separado, se concentra en la amenaza a la seguridad que representan los cohetes de Hamas demostrativos de una ideología y una estrategia impregnadas de confrontación y resistencia entre doss partes que parecen no poder vivir juntas,
Esto es el resultado de particiones de territorios llevadas a cabo por las autoridades coloniales británicas como la tristemente conmemorada partición de la Isla de Irlanda. Israel está creciendo a costa de la presión que ejercen sobre unos territorios que quieren anexionarse, con el aval de las cinco potencias con derecho de veto que Israel iguala con su arsenal nuclear.
La intervención humanitaria es un concepto que solo permite el uso de la fuerza en una situación en la cual el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no puede aprobar una resolución bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas debido al veto de un miembro permanente o al no alcanzar nueve votos a favor. El Consejo de Seguridad puede actuar en situaciones en las que hay una "amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión". Sin embargo, cualquier resolución con ese efecto debe ser aprobada por todos los cinco miembros permanentes.
La Carta de la ONU de 1945, en su artículo 2 establece que "nada autorizará la intervención en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados." Ya que tanto los promotores como detractores de la intervención humanitaria tienen bases legales en la Carta de las Naciones Unidas, todavía existe controversia sobre si es la soberanía o las causas humanitarias las que deben prevalecer. Las Naciones Unidas también han estado constantemente involucradas con asuntos relacionados a la intervención humanitaria, interviniendo en un creciente número de conflictos dentro de los territorios de las naciones.
La primera justificación del uso de la fuerza con el primer intento de "castigar la injuria y proteger a los inocentes" se lo atribuye a Hugo Grocio dando inicio al debate sobre la injerencia humanitaria que se prolongó durante los siglos posteriores y entre otros escritores como: Pufendorf, Wolf, Vattel, Kant o Stuart Mill, que justificaron el uso de la fuerza contra quienes "hubiesen maltratado a sus súbditos más allá de lo que parece aceptable".
El concepto de injerencia humanitaria llevó al establecimiento de un tribunal de justicia internacional encargado de velar por el respeto de los derechos humanos y de perseguir los crímenes de guerra y contra la humanidad. Países como USA no le reconocen ninguna autoridad.
José Julio Rodríguez Fernández es un militar de carrera que alcanzó el grado de general del Aire, ocupó el puesto de jefe del Estado Mayor de la Defensa entre 2008 y 2011, nombrado por el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero durante su segundo mandato. Desde diciembre de 2017 desempeña el cargo de secretario general de Podemos en el municipio de Madrid y dice cosas inesperadas en un responsable de Defensa. Es de la izquierda de un país de la OTAN y por lo tanto no intervencionista.
El no intervencionismo es la doctrina en política exterior que indica la obligación de los Estados de abstenerse a intervenir, ya sea directa o indirectamente, en los asuntos internos de otro Estado con la intención de afectar su voluntad y obtener su subordinación. Se deriva de un principio del derecho internacional público, el principio de no intervención que establece la independencia de las naciones y el derecho de autodeterminación de los pueblos.
Este principio de no intervención prácticamente equivale al de no injerencia en los asuntos internos de otro país, pero no excluye la intervención no gubernamental por organizaciones como Amnistía Internacional.
Ejemplos históricos de los partidarios del no intervencionismo son los presidentes de EE.UU. George Washington y Thomas Jefferson, quienes favorecieron la no intervención en las guerras europeas, manteniendo el libre comercio. Otros promotores han sido el senador estadounidense Robert Taft y el congresista Ron Paul.
El principio de no intervención se encuentra en la Doctrina Monroe desarrollada en 1823 por el Presidente James Monroe de los Estados Unidos bajo el lema de «América para los americanos» en función de la cual sostuvo que las potencias europeas no tenían derecho a intervenir en ninguna parte del continente. Paradójicamente, la Doctrina Monroe abrió también camino a la intervención neocolonial de los Estados Unidos en el continente americano.